25 julio 2011

Los elefantes que hacen llorar.

Bueno, este es el cuento de los elefantes que hacen llorar.

Érase una vez una elefanta que se asustó y salió huyendo. Invisible para ella, una carretera transitada se atravesó en su huída. Un conductor, Tomás López Durán, para quienes los elefantes no son invisibles pero sí inesperados, tras de sí llevaba la responsabilidad de un autobús lleno de pasajeros. Supo frenar de tal manera que las únicas víctimas fueron él y la elefanta. Fue un héroe. Salvó a todos los pasajeros porque supo manipular correctamente el autobús.
La noticia, por inusitada, llenó todos los medios de comunicación. Muchos lloraron al conductor, pero hubo quienes lloraron a la elefanta. Ese es el cuento, que fue real y trágico.

Los años han pasado y la gente ha cambiado. Pero sé que todavía alguien recuerda a la elefanta, cuyo nombre era Indra. Y soy yo la que la recuerda porque aprendí que hay alguien capaz de llorar a los elefantes.


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