13 marzo 2012

Felicidad


Da un poquito de escozor. Y quedó la línea de la vida oculta por ella, y ahora ya no sé si aquello era mal presagio o un extravagante don que me liberó del algún mal destino, pues la cicatriz borró del todo el cuidadosamente planeado futuro y ahora solas quedamos la imaginación, la voluntad y yo para resolver el cómo dibujar el cuenco que ha quedado. No está mal después de todo.

Mientras tanto estrujo en las noches a la fantástica imagen del hechizo que más quiero, y despierto con agradable regusto en el corazón pues, según el Estagirita, ahí está el sentido que en verdad todo lo siente, y ahí las imágenes se imprimen como si fueran vistas durante el sueño.

Mientras me sorprende la vigilia con imágenes que no solicité, y rauda me pongo a pensar en los íconos que, en ausencia, evocan al caballero que espera ansioso el amoroso producto de los desvelos y las vigilias en latín. Y ¡ay de los ojitos aborregados que me traen toda distraída!... andemos pues a la obra, que solas estamos mi imaginación, mi voluntad y yo para dibujar el cuenco que ha quedado en la palma de la mano.

Que, bueno, solas no estamos: gentil oído y boca en la mesa comparte alegrías y penas conmigo. Compartimos del mismo plato alimento y nos sacamos una a otra fotografías. Y el regusto gustoso permanece hasta el próximo encuentro...

***
Btw: siempre que creo haber perdido algo, y en doloroso llanto me dejo caer durante unos días –o meses, o incluso años– resulta que más bien he ganado tanto, tanto. Y así un maestro me mandó mucho a los cuervos (¡ay los insultos lírico-poéticos-arcaicos!) me permitió, gracias al desprecio, encontrarme con dos caballeros cuya belleza radiante no sólo moraba en los ojos y las elegantes y bellas siluetas, sino en nobles y esforzados corazones. Y, cada uno a su manera, espíritus gentiles y graciosos. Y de quienes he aprendido tantísimo...

Ahora el sabio José me recordó la frase que, ante mis lágrimas, dijo aquella vez: "al perder un amor nadie sabe lo que ha ganado". Y hoy di fe a sus palabras... ya veremos que nos espera. Al menos, por ahora, la liberación del espíritu.

Poesía...

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