28 febrero 2013

Histeria

Si resultara ser diagnosticada con "histeria", Valerio tendría toda la razón para dudar de que lo he querido alguna vez. Y, por supuesto, se explicaría porqué, en la realidad y no ante Valerio, sino ante R., soy un ser tan difícil de tratar. Pero –y esto suena a consuelo de muchos– la conclusión sería no que no he podido quererlo a él, sino que soy incapaz de amar. En general y para siempre. 

¿Y si lo dejamos en que fue un amor literario? 

***

Las caracterizaciones –valga la redundancia– de los caracteres neuróticos, son crueles. Dice "es una persona vacía". Y entonces golpeo mi pecho y escucho un eco. Y ya me está aburriendo esto de los autoanálisis porque no me queda otra que volver al mago de Oz, pero ahora soy el hombre de Hojalata. Si tan sólo pudiera amar, si tan sólo tuviera un corazón... 

Y de nuevo voy detrás de mi Mago de Oz a ver si, además de un cerebro lleno de agujas –para que sea muy agudo– me da un corazón para poder amarlo. Y el valor, por supuesto, que brota de sus poros (Valerio ¿recuerdan? ¿recuerdan porqué le puse Valerio?). Quiero un valor así, como ese. Me quiero quitar mi máscara, mi persona

***

Amarse a uno mismo, dicen, es la solución. A todos los males. A todos los extravíos en la tierra de Oz. Mi camino amarillo es la suave voz de ése que ya no se llamará jamás Valerio, porque la voz es condición de la segunda persona. Mi camino amarillo me llevará ante el espejo, me sacaré de ahí y me abrazaré. Y me diré: Gracias por estar conmigo, por haber sobrevivido. Te festejo, Paloma, por seguir aquí.

***
Gracias, R., por estar conmigo. Te festejo por habérseme dado el don de conocerte. 

No hay comentarios.: