Esta es una versión surgida de una tallereada. Agradezco mucho los comentarios de mis tallereadores (que me hicieron recodar... cof, cof, cof, cof... mucho a mi asesor... cof, cof, cof, cof... incluyendo el tonito sarcástico pero buenaondita... cof, cof, cof... pero que espero hayan surtido el defecto deseado... por mi...).
***
AVE
FÉNIX
Debe
ser todo un espectáculo mirarme enamorada.
No sólo
se ve a través de mis ojos:
toda yo
soy una pecera traslúcida.
Basta
que te acerques,
roces
sin querer mi mano, y helo ahí:
minúsculos
pececitos en llamas,
vórtices
ígneos, reacciones en cadena
vaporizando
la estructura básica de mi pose.
Y tú
–que
eres puros ojos–
conoces
bien mi maquinaria:
jalas
la palanca ésa, das con el botón aquél,
y abres
la claraboya de mi sonrisa idiota.
(Te
solazas, divinidad,
de ser
causa de las llamas que contemplas).
Ando
luego con cuidado de no acercarme mucho.
Un
instinto me hace rebotar sobre tu presencia
y me
mantiene lejos, porque adivina la combustión
y el
resultante remolino de ceniza y hollín
que tiznará
tu pulcra camisa negra.
¡Pero
quiero ser remolino!
2 comentarios:
Muy bueno, todo un poema esponjoso. Me gustaría expresar así mis sentimientos, a veces, pero se me dificulta mucho.
Alfonso:
Muchas gracias.
Yo a veces lo que quisiera es poder expresarme de una manera más efectiva...
Abrazo.
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