12 febrero 2014

Sidi

Hoy me arreglé.
Me arreglé mucho.
Me arreglé porque, por primera vez, fui sínodo de un examen.
¿Qué vestido podía ponerme?
Y todo para decirle al alumno que la materia común no era la versión de la forma sensible 'abstraída' por los sentidos. Los dislates fueron muchos, muchísimos, pero la culpa la tienen un tomista de los años cuarenta fanático de la Gestalt y enemigo acérrimo de Kant. O bueno, de los dislates no tiene la culpa. Con todo, fue muy bonito escuchar la emoción del presidente del jurado (que resultó nada más ni nada menos que el rector de la escuelita) con qué emoción hablaba de cómo la filosofía y los descubrimientos científicos pueden ir de la mano... obvio no los que tomaba en cuenta Fabro, pero, bueno, la idea es esa ¿no? Con las ciencias cognitivas de ahora, las neurociencias ¿no? Y esa emoción me embargó a mi también, y sonreí mucho al pensar en mi proyecto propio... y luego resultó que el rector pos es un medievalista (más bien teólogo... así como mi ídolo Anzulewicz) y pos tenía textos muy acá difíciles de conseguir y que me los va a pasar y...

Y me arreglé mucho. 

Y al que fui a ver y vi pareciole no importar. 
Y al que ardía en ganas de ver, no lo vi. 
No, no lo vi. 

Y me di cuenta que quiero verte, verte mucho. 
Y que ardía (de ardor, de conflagración, de ¡fium! sublimación)
ardía porque me vieras así, arreglada, muy arreglada. 
Arregladísima. 

Para ti. 

Sidi*

Esponjita

*Sidi, en árabe, Mi señor.

PD: y no, no puedo dejar de pensar en ti. 
Rabiosamente. 
Ardorosamente. 
Conflagrada.

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