(de nuevo, el texto de Gerardo: link y la respuesta que le di ayer, y sobre lo cuál no me ha contestado aún: link)
El problema humeano es el problema humano, dice Quine en Epistemología Naturalizada al explicar cuál es el problema invencible que enfrenta la fundamentación de las ciencias naturales: la inducción. ¿Cómo de una serie finita de casos particulares podemos pasar a un enunciado universal y verdadero? El intento repetido de fundamentar sobre una base segura el poderoso conocimiento científico es una historia plena de fracasos repetidos. ¿Cómo ubicarnos en el mundo si ni siquiera podemos dar cuenta del mundo en el cuál pretendemos ubicarnos? Detrás del desarrollo científico y los desesperados intentos de fundamentar ese conocimiento se encuentra una angustia existencial de proporciones cósmicas.
El problema humeano es el problema humano, dice Quine en Epistemología Naturalizada al explicar cuál es el problema invencible que enfrenta la fundamentación de las ciencias naturales: la inducción. ¿Cómo de una serie finita de casos particulares podemos pasar a un enunciado universal y verdadero? El intento repetido de fundamentar sobre una base segura el poderoso conocimiento científico es una historia plena de fracasos repetidos. ¿Cómo ubicarnos en el mundo si ni siquiera podemos dar cuenta del mundo en el cuál pretendemos ubicarnos? Detrás del desarrollo científico y los desesperados intentos de fundamentar ese conocimiento se encuentra una angustia existencial de proporciones cósmicas.
Así que no pude reprimir un pequeño sarcasmo al momento de analizar la serie de argumentos que Gerardo nos presentó para demostrar que la ciencia es distinta de la filosofía: "la ciencia ha fallado una y otra vez, y sus teorías han sido "superadas" una y otra vez, así que fácilmente podemos suponer que así seguirá pasando". Al leer esto como un contra argumento contra las que Gerardo supone son las pretensiones de la ciencia, no pude evitar el sarcasmo. Pensé: Este hombre no ha llevado, jamás en su vida, un curso decente de filosofía de la ciencia. Y no estaría mal que, de este intercambio bloguero-epistolar, se anidara la duda en su corazón, y emprendiera el estudio sobre una de las cuestiones que tuvo en vilo el meditar de Platón y Aristóteles.
Pero la pregunta original que se planteó en Twitter, era si la ciencia y la filosofía tienen algo en común, si en realidad son partes de lo mismo, o en qué sentido se oponen. La respuesta de Gerardo, a pesar de poseer estructura argumental, era excesivamente burda: la ciencia y la religión son malas y la filosofía es buena.
La ciencia y la religión son malas porque son autoritarias y pretenden dar certezas, y la filosofía es buena, porque además del θαυμάζειν aristotélico que de todo se admira y cuya perenne actitud es el ζήτειν (investigar), tiene valor práctico.
Sin embargo, lejos del espíritu de las escuelas helenísticas, Gerardo matiza una y otra vez la fuerza de su primer aserción: "Pero si existe una enajenación propiamente filosófica: consiste en suponer que el análisis conceptual (o el análisis reflexivo) es un fin en sí mismo y no un medio para comprender el mundo y saber actuar en él". El vocabulario marxista del valor práctico de la filosofía es, sorprendentemente, matizado una primera vez: "no se trata de que el filósofo se convierta en un "práctico" sino de que sepa orientarse en el pensamiento. Que sepa orientar su pensamiento hacia algún punto".
La pregunta es ¿qué demonios significa "orientarse en el pensamiento"? ¿qué es aquél punto hacia dónde? ¿un punto de saber vivir sabiamente, correctamente, conforme a la naturaleza cósmica o, en todo caso, a la naturaleza de la voluntad de poder?
Pero continua: "El pensamiento necesita de una epistemología pero también de una ética" pero matiza a qué se refiere con una ética: no una ética cualquiera sino una especial "una ética del pensamiento" ¡¿Qué demonios es una ética del pensamiento?! Aquí pareciera que es el pensamiento el que ha de ser llevado por el buen camino ¿un camino normativo de cómo pensar buenamente? No simplemente correctamente: la epistemología tiene carácter normativo, o lo ha pretendido desesperadamente desde que Aristóteles escribió el Organon. No: Gerardo dice que, frente a la epistemología que el pensamiento necesita, también requiere una ética.
A línea seguida, acota: "...que no significa, a su vez, que el filósofo se vuelva un santo (o peor, un sacerdote)". La referencia al sacerdote, que es quién dicta normas del comportamiento, me hace suponer que el sentido que Gerardo da a "ética" del pensamiento sí se refiere a una normatividad de carácter moral al momento de dirigir la actividad filosófica... lo cuál suena terrible, porque los malos son aquellos que "condicionan, limita, reprimen lo que es solamente una acción positiva: el pensamiento, pero también el conocimiento, el arte, el erotismo, el amor, el trabajo, la simple alegría (¡sic!)... La vida, una vida". Entonces, no. ¿Cómo le hacemos para que una ética del pensamiento no termine llevándonos a aquél lugar del que desesperadamente queremos huir como filósofos buenos? ¡Pues matizando más la primer afirmación!: "[que no se vuelva un sacerdote] sino que asuma SIMPLEMENTE que la capacidad de pensar es un bien público (un bien universal) y que debemos hacer uso responsable (WTF?) de este bien, como de cualquier otro."
¡Vaya, vaya! Se trata de pensar con responsabilidad. Los irresponsables al pensar ¿qué hacen? ¿bombas atómicas? Pero ¿cómo hacemos para pensar responsablemente antes de ponernos a pensar qué es la responsabilidad? Ok, ok, me estoy viendo, de nuevo, poco caritativa. Y, además, esto nos aleja del tema que queríamos resolver ¿es o no diferente la ciencia de la filosofía?
Vuelvo a citar este párrafo:
"Pero sí existe una enajenación propiamente filosófica: consiste en suponer que el análisis conceptual (o el análisis reflexivo) es un fin en sí mismo y no un medio para comprender el mundo y saber actuar en él".
Un poco de experiencia me hace suponer que la crítica está dirigida directamente contra la filosofía analítica: el ejercicio filosófico no es otra cosa sino el análisis conceptual. Pero el paréntesis que agrega Gerardo para 'explicar' qué significa "análisis conceptual", me hace suponer que Gerardo mismo no está del todo consciente del verdadero significado del enunciado que utiliza en su texto.
Quizás mi mala leche me hizo mal interpretarlo todo, aquello me sonó a la eterna queja de Zizek contra la analítica (quién, dicho sea de paso, SABE qué es la analítica), y sea yo la que ve más de lo que hay. Pero entonces la caracterización positiva que hace Gerardo de la filosofía, a saber, que su carácter es eminentemente moral y práctico queda totalmente diluida por la serie de matices:
Primero no hay que hacer al filósofo un práctico. Pero entonces la moralidad queda restringida al pensamiento, y estaríamos transformando al filósofo en el horrible sacerdote/científico del que queremos huir. Maticemos más: el filósofo ejerce con libertad y no con libertinaje el bien público que debe usar responsablemente, whatever that means. Así que volvemos al mismo punto: la filosofía es pensar libremente...
¿En eso se distingue de la física? ¿de la ciencia?
La filosofía, el mismo Gerardo lo admitiría, consiste en una serie de disciplinas: estética, ética, epistemología, filosofía de la mente, gnoseología, filosofía política, etc. Cada una de ellas, admitiría él mismo, se distinguen al menos por su objeto (la infinidad de objetos...).
Pero antes, bajo la rúbrica de la filosofía, se encontraban la psicología, la física, la alquimia, la astrología... las matemáticas. Dice Kant, parafraseando de manera magistral el Poema de Parménides, que hay disciplinas que se ha subido al seguro camino de la ciencia y, después de la lógica y las matemáticas, la siguiente en lograrlo ha sido la física. Kant piensa en Newton y ahora lo que pretende es trepar al seguro camino de la Diosa ni más ni menos que a la Metafísica: aquella Hécuba destronada que ahora llora humillada. Ella, la antes reina, deberá subirse a ese camino una vez efectuada la crítica. Es la fundamentación de la física de Newton. La trágica historia de la carabola que se hizo en semejante camino divino, es bien conocida por todos nosotros.
No hay tal cosa como al filosofía opuesta a la química, la física y la biología. Hay la metafísica... que tampoco agota todo ejercicio filosófico a pesar de seguir siendo, eminentemente, el negocio de los filósofos.
Me pongo en huelga hasta que Gerardo conteste, a menos que se me ocurra cómo seguir descuartizando su texto. Mientras tanto, pongo aquí la refutación de Feynman, premio Nobel de física y parte del proyecto Manhattan (esos irresponsables que, pensando, inventaron la bomba atómica), contra la acusaciones misteriosas que Gerardo hace a la Física:
La ciencia y la religión son malas porque son autoritarias y pretenden dar certezas, y la filosofía es buena, porque además del θαυμάζειν aristotélico que de todo se admira y cuya perenne actitud es el ζήτειν (investigar), tiene valor práctico.
Sin embargo, lejos del espíritu de las escuelas helenísticas, Gerardo matiza una y otra vez la fuerza de su primer aserción: "Pero si existe una enajenación propiamente filosófica: consiste en suponer que el análisis conceptual (o el análisis reflexivo) es un fin en sí mismo y no un medio para comprender el mundo y saber actuar en él". El vocabulario marxista del valor práctico de la filosofía es, sorprendentemente, matizado una primera vez: "no se trata de que el filósofo se convierta en un "práctico" sino de que sepa orientarse en el pensamiento. Que sepa orientar su pensamiento hacia algún punto".
La pregunta es ¿qué demonios significa "orientarse en el pensamiento"? ¿qué es aquél punto hacia dónde? ¿un punto de saber vivir sabiamente, correctamente, conforme a la naturaleza cósmica o, en todo caso, a la naturaleza de la voluntad de poder?
Pero continua: "El pensamiento necesita de una epistemología pero también de una ética" pero matiza a qué se refiere con una ética: no una ética cualquiera sino una especial "una ética del pensamiento" ¡¿Qué demonios es una ética del pensamiento?! Aquí pareciera que es el pensamiento el que ha de ser llevado por el buen camino ¿un camino normativo de cómo pensar buenamente? No simplemente correctamente: la epistemología tiene carácter normativo, o lo ha pretendido desesperadamente desde que Aristóteles escribió el Organon. No: Gerardo dice que, frente a la epistemología que el pensamiento necesita, también requiere una ética.
A línea seguida, acota: "...que no significa, a su vez, que el filósofo se vuelva un santo (o peor, un sacerdote)". La referencia al sacerdote, que es quién dicta normas del comportamiento, me hace suponer que el sentido que Gerardo da a "ética" del pensamiento sí se refiere a una normatividad de carácter moral al momento de dirigir la actividad filosófica... lo cuál suena terrible, porque los malos son aquellos que "condicionan, limita, reprimen lo que es solamente una acción positiva: el pensamiento, pero también el conocimiento, el arte, el erotismo, el amor, el trabajo, la simple alegría (¡sic!)... La vida, una vida". Entonces, no. ¿Cómo le hacemos para que una ética del pensamiento no termine llevándonos a aquél lugar del que desesperadamente queremos huir como filósofos buenos? ¡Pues matizando más la primer afirmación!: "[que no se vuelva un sacerdote] sino que asuma SIMPLEMENTE que la capacidad de pensar es un bien público (un bien universal) y que debemos hacer uso responsable (WTF?) de este bien, como de cualquier otro."
¡Vaya, vaya! Se trata de pensar con responsabilidad. Los irresponsables al pensar ¿qué hacen? ¿bombas atómicas? Pero ¿cómo hacemos para pensar responsablemente antes de ponernos a pensar qué es la responsabilidad? Ok, ok, me estoy viendo, de nuevo, poco caritativa. Y, además, esto nos aleja del tema que queríamos resolver ¿es o no diferente la ciencia de la filosofía?
Vuelvo a citar este párrafo:
"Pero sí existe una enajenación propiamente filosófica: consiste en suponer que el análisis conceptual (o el análisis reflexivo) es un fin en sí mismo y no un medio para comprender el mundo y saber actuar en él".
Un poco de experiencia me hace suponer que la crítica está dirigida directamente contra la filosofía analítica: el ejercicio filosófico no es otra cosa sino el análisis conceptual. Pero el paréntesis que agrega Gerardo para 'explicar' qué significa "análisis conceptual", me hace suponer que Gerardo mismo no está del todo consciente del verdadero significado del enunciado que utiliza en su texto.
Quizás mi mala leche me hizo mal interpretarlo todo, aquello me sonó a la eterna queja de Zizek contra la analítica (quién, dicho sea de paso, SABE qué es la analítica), y sea yo la que ve más de lo que hay. Pero entonces la caracterización positiva que hace Gerardo de la filosofía, a saber, que su carácter es eminentemente moral y práctico queda totalmente diluida por la serie de matices:
Primero no hay que hacer al filósofo un práctico. Pero entonces la moralidad queda restringida al pensamiento, y estaríamos transformando al filósofo en el horrible sacerdote/científico del que queremos huir. Maticemos más: el filósofo ejerce con libertad y no con libertinaje el bien público que debe usar responsablemente, whatever that means. Así que volvemos al mismo punto: la filosofía es pensar libremente...
¿En eso se distingue de la física? ¿de la ciencia?
La filosofía, el mismo Gerardo lo admitiría, consiste en una serie de disciplinas: estética, ética, epistemología, filosofía de la mente, gnoseología, filosofía política, etc. Cada una de ellas, admitiría él mismo, se distinguen al menos por su objeto (la infinidad de objetos...).
Pero antes, bajo la rúbrica de la filosofía, se encontraban la psicología, la física, la alquimia, la astrología... las matemáticas. Dice Kant, parafraseando de manera magistral el Poema de Parménides, que hay disciplinas que se ha subido al seguro camino de la ciencia y, después de la lógica y las matemáticas, la siguiente en lograrlo ha sido la física. Kant piensa en Newton y ahora lo que pretende es trepar al seguro camino de la Diosa ni más ni menos que a la Metafísica: aquella Hécuba destronada que ahora llora humillada. Ella, la antes reina, deberá subirse a ese camino una vez efectuada la crítica. Es la fundamentación de la física de Newton. La trágica historia de la carabola que se hizo en semejante camino divino, es bien conocida por todos nosotros.
No hay tal cosa como al filosofía opuesta a la química, la física y la biología. Hay la metafísica... que tampoco agota todo ejercicio filosófico a pesar de seguir siendo, eminentemente, el negocio de los filósofos.
Me pongo en huelga hasta que Gerardo conteste, a menos que se me ocurra cómo seguir descuartizando su texto. Mientras tanto, pongo aquí la refutación de Feynman, premio Nobel de física y parte del proyecto Manhattan (esos irresponsables que, pensando, inventaron la bomba atómica), contra la acusaciones misteriosas que Gerardo hace a la Física:
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