"Una" de fotos

Yo, sin mi "Una", no puedo vivir.

ESTA FOTO ESTÁ AQUÍ, PORQUE ES SINGULARMENTE ESTÉTICA, INGENIOSA, TIENE UNA BELLA COMPOSICIÓN...

y porque el modelo me permitió publicarla.

En forma de Cristo crucificado se aferra a los barrotes de la ventana. La posición no es artificial, sino que es la postura natural para encaramarse a la herrería. El rostro con la barbilla en el pecho y ladeado hacia el hombro izquierdo, perfeccionan la imagen deliberadamente ambigua.

Un peinado en crenchas y un par de tenis le recuerdan al espectador que no es un fraile del siglo XV. Pero cuando usted ve el delantal, las rejas y la postura, se imagina la escena en otro lugar, fuera de este siglo y de este mundo. El exceso de luz combinado con la pared blanca, le da cierto aire celestial, aunque lo negro del fondo de la ventana mantiene a la foto en tierra: el muchacho encaramado está más cerca de lo celeste que de lo terreno.

Un cartelito pequeño en una de las hojas de la ventana nos da más datos: con vaya usted a saber si aquello era el cartel que invitaba a un concurso de guitarra, o a una obra de teatro con Ofelia Medina... el caso es que el cartel tiene cara de ser muy siglo XXI.

Color: Blanco y Negro. El rostro no se ve. En realidad, aunque la foto haya sido deliberadamente planeada, dudo mucho que el plan haya ido más allá de unos segundo en la cabeza del fotógrafo.
El ojo que sacó la foto es sumamente hábil, como puede observarlo el lector, un ojo capaz de ver más allá que lo que el común ojo mortal es capaz ve. Sólo en ciertos estados alterados un ojo de humano es capaz de ver así, más allá de las carnes y los huesos de aquello fotografiado: es capaz de traspasarlo con la lente. Esa es una de esas ocasiones en la que quisisera haber sido yo la mirada aguda que disparó el obturador... (¿por qué será? algo me huelo en esa foto, algo que no podría explicarles, querido público lector... algo que sólo yo entiendo)

Su cualidad más evidente es ser una VENTANOTA y tener, aferrado a sus barrotes, al mismísimo señor de las ventanotas y las ventanitas. Lo más extraordinario de todo es que, aunque la ventana existe y que sé donde está, y que incluso (quizás con mucha suerte) podría volver trepar al modelo en esa misma postura, no podría reproducir tal escena... Porque eso que el fotógraf@ puso ahí, eso a lo que huele la foto es irreproducible. Y yo quiero esta foto, impresa en gelatina y gran formato para tenerla en la pared de mi cuarto...

No por el modelo

No por la ventana

Sino por lo que vieron esos ojos cuando apretaron el gatillo de la cámara

La esponja que sin su "Una" no puede vivir

PD: y yo quiero una otra, u otra una... o como sea...