11 julio 2007

Tempus, temporis


Adán Dorfman(1976 -)
tiempo/time óleo sobre tela

Estoy haciendo una tesis sobre el tiempo en San Agustín. Asesores van, asesores vienen... el único que se mantiene fiel es San Agustín. Mi tesis es sobre el tiempo, y lo que ya no tengo es tiempo para hacerla... si no acabo en Agosto, la vida se me volverá compicadísima. Así que he dormido pocas horas, y cuando el cerebro se me barre (como un tornillo, comprenderán ustedes) vengo y me conecto umbilicalmente a la pantalla y los blogues).
Estaba feliz yo entre blog y blog, cuando encontré una página rarísima: la del ISST: instituto sobre el estuddio del Tiempo. Uno paga y se hace miembro: jajajajajajaja -ataque histérico de risa- no soy la única enferma.
Pero eso no es lo que les quería contar, sino más bien hablarles de la fidelidad de San Agustín. Ahí tienen ustedes que anoche, después de no haber dormido más que trece horas en cuatro días, me avaloriné y decidí enfrentar una de las lecturas más temidas por mí: Husserl, investigaciones sobre la conciencia interna del tiempo pues además de mal traducido por Agustín Haro (quién tiene fijación por los agustinólogos y desconoce otro signo de puntuación que no sea la coma), es un librito denso y difícil.
Pero para mi gran, grandísima sorpresa, Husserl no va mucho más allá que Agustín y lo toma de punto de partida para construir la mentada fenomenología. Sin embargo, mi descubrimiento mayor fue el siguiente: lo difícil del texto no es tanto la teoría que pretende plantear, sino todo el esfuerzo que Husserl dedica para deslindarse de los psicologistas.
Después de reflexionarlo un rato, me di cuenta de que en realidad de lo que se está deslindando es del dualismo metafísico (y harto cartesiano) de sus congéneres psicólogos.
Y luego pensé: esa mentada epojé y el mentado concepto de trascendental es un concepto que le sobraba a los filósofos para quienes era más fácil hablar de eternidad.
Husserl se devana los sesos explicando por que la temporalidad o la estructura que genera el tiempo no está en el tiempo mismo, y para explicar por qué la estructura que genera el espacio, y las reglas de lo espacial y lo temporal no están ni en el espacio ni en el tiempo... pero cuando uno se ha formado leyendo a Plotino, más bien lo que debe preguntarse es ¿por qué asumir esta especie de dualismo mente-cuerpo? ¿no es más fácil decir lo obvio?¿que las estructuras trascendentales no son sino estructuras eternas?
¿pero porqué ahora uno se cuida mucho de decir trascendental y no trascendente? ¿de decir atemporal y no eterno?
En meollo del asunto está en que los mexicanos del siglo XX confundimos "dualismo metafísico" con "laicidad y cientificidad". Y tenemos tanta fobia a todo lo que suene a "metafísico" y "cristiano" (como si fuesen la misma cosa) que preferimos crear una serie de conceptos nuevos y raros para explicar por qué no somos agustín o tomás.
Pero lo peor es esto: el dualismo metafísico es un pinche (nótese la expresión) supuesto y presupuesto metafísico que no nos permite darnos cuenta de eso: de que es una asunción no probada, tan válida y coherente filosóficamente como la otra opción: el monismo metafísico.
Hay quienes creen que Heidegger y Hegel son ¡uy! ¡super originales y liberadores del espíritu del mundo porque descubrieron que el mundo es uno y no dos! pero son los mismo pendejos que dice que Dasein y ser humano son la misma cosa, es decir, que siguen pensando "dualistamente".
Cada vez que sigo leyendo más a los medievales y demás caterva de neoplatónicos, me doy cuenta con más claridad de que Priani tenía razón al iniciar su curso de Historia 3 así:
"Vanidad de vanidades, dijo el predicador, vanidad de vanidades, todo es vanidad. Tiempos van, tiempos vienen, pero nada nuevo hay bajo el Sol"

La esponja que ya no tiene tiempo.

PD: si tan solo despertara las pasiones correctas...
PD 2: menos mal que es sobre el tiempo, porque si mi tesisi fuera sobre el espacio ¿qué ley de Morphy me aplicaría?

7 comentarios:

Livi Jazmín dijo...

Ya vine ya vine, ash es que estado como loca buscando servicio remunerado (como que esto debería decírtelo en un mail), en fin ¿qué puedo decirte? ¡Quiero estudiar en el Instituto de Estudios Sobre el Tiempo! Seguramente está lleno de relojes, como el cuarto que odiaba el capitán Garfio. Dado tu colmo como estudiosa del tiempo, en caso de estudiar el espacio serías obligada a vivir en una nuez. Ya me voy a mi clase de kick uiuiuiui. Saludos, Esponjosa.

Livi Jazmín dijo...

Ese fue el comentario del "como," repetí la palabra 4 veces, perdón, es que ando presurosa COMO comadreja.

Papá Moreno dijo...

Eso te pasa por estudiar filosofía, si hubieras estudiado física, tu cuneto del tiempo sería más fácil, pues como descubrió Einstein, lo puedas alargar o acortar según tu gusto. Bueno, pero eso no fue posible, por lo que tendrás que seguir abusando de tu juventud y seguir durmiendo 13 horas en tres días, bueno, eso es una manera (no muy sana) de alargar el tiempo, solo ten cuidado, pues abusar de eso te puede acortar el tiempo al fina.
Papá moreno que te adora.

Leo Ávila dijo...

Siempre me he preguntado si cuando se acabe todo, el tiempo seguirá por allí.
Esponjita Sabia, ¿tiene alguna respuesta para eso?

Esponjita dijo...

Trompetista: ¡cómo va a ser! cuánto como. No la franca verdad no me fijé cuántos cómos habíais puesto. Jé. Sobre la nuez, buena idea, y ojalá no patié a mucho karateka por allá.
Papá: je! ni maís palomas... Yo estudio "metafísica", o sea, lo que está antes de la física. Einstein era físico, y por eso no tenía problema alguno.
Ya ví tu bló: me gustó mucho, me gustó.
Leo Ávíla: pos mire, depende de donde lo vea. Según Kant, el tiempo es sólo una representación humana del mundo. lo explicaré así: el color verde no es "verde" para todos, es sólo una longitud de onda que al chocar contra tu retina excita a los bastoncitos (o conitos, ya se me olvidó), y éstos producen un impulso eléctrico que excita a su vez a las neuronas. En esa última excitación, reside el misterio de la conciencia. Pero el asunto no es ese sino éste: ¿qué del verde que estaba en el árbol llegó a tus ojos? ¿el verde es algo de la luz que rebota en el árbol, o la manera en que tu cerebro lo interpreta? ¿yo, la trompetista o mi papá ven el "mismo verde"? Porque ven el mismo árbol, y los tres lo llaman "verde". Pero "eso que ven" podría ser distinto, si por ejemplo, pudieras viajar al cerebro de la trompetista.
¿Sí? entonces, si eso pasa con los colores (que son meras representaciones de percepciones reales), dice Kant que lo mismo pasa con el tiempo y el espacio: un "objeto" lo percibimos extenso, no porque lo sea en sì (del mismo modo que las cosas no son "verdes") sino porque nuestro cerebro sòlo puede "ver" a las cosas en el espacio y el tiempo.

De esa chorerìsima explicaciòn se sigue: el tiempo es una propiedad no del mundo sino del alma, por lo cual, sin objetos que se representen temporalmente, ya no habrá tiempo. Pero tú diras: "yo no puedo imaginarme que el tiempo se pueda acabar, que no sea eterno". Fácil, te diría Kant, tu incapacidad de percbir algo sin determinada propiedad, prueba que esa propiedad está en tu cabeza, no en el mundo.

Einstein diría otra cosa, pero luego te la digo que ya exageré y no me vaya a regañar el físico que anda leyéndome por acá.

la esponja chorera

Leo Ávila dijo...

Esponjita, cada día la amo un poquito más :)

Esponjita dijo...

Léo:

*sonrojamiento*

la esponja