05 agosto 2007

Detrás del espejo (Mi Ángel, mi Profeta)

Actualización 1: lea la posdata arrepentida... nomás que ahora sí no borré la original.

Cuento alegórico para personajes bíblicos.
Desde niña me pasaba: veía rostros de tras del espejo. Si vale la pena contarlo, es porque no eran reflejos, sino caras pálidas y tristes, como idas. Todas indiferentes. Así que jamás les tuve miedo, aunque nunca me sentí una persona normal. Nunca tuve valor de contarlo: prefería ahorrarme la noticia de que estaba tocada.
No fue sino hasta que entré a la prepa que pasó. Una de las caras pareció interesarse por mí: me veía a lo ojos. Eso me turbó tanto como si nunca las hubiera visto: ¡era demasiado nuevo que un par de ojos se dirigieran hacia mí! ¡que me quisieran decir algo!... pasé algunas semanas sin verme al espejo... nadie lo notaba, total, siempre he andado greñuda y sin maquillaje. Pero la semana en que fuimos al universum, entre mis tres amigas me sambutieron a la casa de espejos (¿había una casa de espejos ahí... ? ¿o donde fue?)... No podía haber experiencia más terrorífica para mí. Me tapé la cara con las manos, y poco a poco fui tomando valor para ver a mi al rededor... estaba la multitud de rostros y cuerpos de toda la vida, unos sentados, otros parados, todos viendo hacia la nada... y sí: él seguía ahí. Entonces sonrió...
Yo pegué tal grito que llegaron los guardias y acabé en la enfermería... el reflejo aquél seguía ahí, pero ahora tenía cara de verdadera preocupación... al fin le perdí el miedo.

Pronto me acostumbré a que me viera. Me comencé a bañar y a vestir con la luz apagada, hasta que empecé a juguetear con él... aquello se volvió muy erótico. Era una especie de novio virtual, antes de que aparecieran las computadoras...
Si yo lloraba, él ponía cara de compungido, si yo estaba emocionada, el tenía cara feliz... Si usaba ropa sexi, ponía cara interesante... me acostubré a su mirada, a su presencia... tanto...
Pero entonces conocí a mi Ángel. Era un chico guapo que tocaba la guitarra... quedé embobada por él. En todo era perfecto, en todo era maravilloso. Y sobre todo tenía una gran cualidad: era de carne y hueso.
Llegué emocionadísima a contarle a todo mundo en mi casa el portento: ¡mi Ángel me había regalado el anillo más maravilloso del mundo!! ¡¡era mi novio!! ¡¡me había besado!!...
Por alguna semanas el rostro del espejo desapareció... temí lo peor. Pero lo peor no era que se enojara conmigo -como yo creí- o que me abandonara para siempre (una noche lloré al pensar que nunca volvería)... no... lo peor es que volvió: se apareció en el anillo.
Fue una tortura... no había manera de liberarse de su terrible presencia. Cada rato me sobresaltaba, fingía que le hacía daño al reflejo de mi Ángel, y nunca me liberaba de esa maldita mirada... ¡esa maldita mirada!.
Le conté todo a mi Ángel. Primero llegó a la conclusión de que yo estaba deschavetada... luego de que estaba deschavetada y que no le convenía estar conmigo: cada rato le decía ¡vez! ¡ahí está!
¡¡demonios!! -me gritó una vez- ¡¡ignóralo de una buena vez!! ¿puede salir? ¡no verdad! ¡déjalo en paz!.
Pero un día, harto de todo me pidió que lo dejara en paz.

Éstuve sola algunos años. Un día llegó la terrible noticia: mi Ángel había sufrido un accidente. A pesar de los años, el dolor se volvió insoportable... y fue en ese momento, cuando empecé a buscar su rostro en todos los espejos, que me percaté que aquel otro rostro había desaparecido por completo.
¡cómo lo maldije! ¡sólo estuvo ahí para quitarme a mi Ángel! Un estúpido rostro sin fondo, sin sustancia... y se había llevado la sustancia de mi Ángel...

Entonces concí a mi Profeta... todo fue menos efusivo: no era el primer beso, no era el primer novio, y le prohibí terminantemente que me regalara cualquier cosa que brillara... a él no le importó: lo único y de lo único que sabía era de libros y de flautas.
Por alguna razón él sí me creyó lo de los rostros en los espejos... porque a él le pasaba algo parecido. De hecho, él resolvió el misterio: "échales el vapor de tu aliento, y dejan de mirarte"... ¡conocía doscientos trucos para distraer a los fantastasmas de los espejos!
La relación con mi Profeta fue mucho menos sobresaltada, más tranquila... ¡ah como padecí a sus reflejos! Lo veía en las noches levantarse al baño para echar el aliento al espejo... "¿para qué te levantas si aquí no hay espejos?"... pero no contestaba y volvía a dormir.
Muchos años pasaron de serena felicidad.

Una mañana, al modo de los Boababs del Principito, me levanté a lavar todos los espejos de la casa mientras mi Profeta dormía. Mientras limpiaba las ventanas, sentí en la espalda una mirada...

Lo que me aterrorizó no fue volver a ser vista por un espejo, sino que no quería que se fuera... ¡era mi Ángel! ¡cómo iba espantarlo con artilugios mágicos o windex!
Su mirada era tiernísima, dulce... el otro malvado espejo jamás me vió con tal delicadeza.
Corrí al baño y con el bilé comencé a escribir al revés para que me entendiera... pero sus ojos mostraban la desesperación del que no halla como comunicarse...
Estuvimos toda la mañana sentados pensando qué hacer... ¿y si mi Profeta le echaba windex?... me empezó a dar terror volver a perder los dulces ojos de mi Ángel...

Pero después de unos días mi Ángel halló el modo de escribir en el espejo... debe ser algo muy difícil para un fantasma, porque cada mensaje tarda en escribirse varios días... finalmente vi que la ventana decía "te kiero" (deben, supongo, ahorrarse letras)
Mi Profeta sabe que algo pasa: ya se dió cuenta que hace meses que no limpio el espejo de la recámara. Lo que mi Profeta no sabe, es que hace algunas semanas que no veo a mi Ángel... saben, creo que los fantasmas tienen vidas propias, y novias, y casas... y nosotros somos fantasmas para ellos...


la esponja psicótica.
PD 1: sobre las pinturas: El Arcángel Miguel, de Guido Reni. Pintura del año 1636.
El profeta Daniel de Michelangelo en la Cappella Sistina.
Picasso, Muchacha en el espejo

PD2: ¡lean primero esta barbaridad...! ¿ya? díganme entonces... ¡qué tiene ese tipo en la cabeza!
Giovanni Pico de la Mirándola murió a los 32 años. Era, lo que se puede decir, un hombre intenso. Pero para el tipo que escribió la barbaridad, la intensidad de Pico radicaba en que se robaba doncellas... sin embargo (me consta) este señor ignora que el estrellato de Pico se debe a la agudísima inteligencia con la cual, digámoslo así, le demostró a Ficino que era una especie de hereje. O dicho de otro modo: Giovanni Pico de la Mirandolla era tan vehemente buscador de la verdad, que era capaz de pagarles los viáticos a medio Vaticano, con tal de discutir y llegar a la verdad... Pero al igual que ese tipo de tipos, hay quienes se hacen de oídos sordos y prefieren decir barbaridades.

PD2 arrepentida: Como ya es constumbre, cada vez que despotrico contra el tipo, luego luego me arrepiento. Es verdad que su articulito no me gustó nada, pero creo que exageré al decir que me consta que ignora el origen del estrellato de Pico. De hecho lo conoce muy bien, sólo que el tema piquiano es sumamente difícil, y entrarle necesita mucho valor.
Eso es lo que yo le reclamo, que no se aviente a hacerlo, que le saque la vuelta... si ya lo intentó una vez, y vió que no era imposible ¿por qué no lo intenta de nuevo?... le repito a él lo que el buen Omarintintin sabe: las clases de latín son gratis para medievalistas, y para neoplatónicos, pues hasta les invito el café.

18 comentarios:

Leo Ávila dijo...

oye!!! amé tu cuento!!!
aunque (pero que quede como un pequeño capricho personal sin importancia), no me gustó tanto la explicación del final. Lo del detalle "échales el vapor de tu aliento, y dejan de mirarte" me pareció buenísimo.
Quiero leerte más! :)

Eje Z del Gizmo dijo...

Nunca lo había hecho antes... Hasta que alguna vez alguien me dijo como ordenar mis frases y me pidió con amplia cortesía, que ya pusiera acentos, entonces me decidi a hacerlo lo edite y lo puse en el lugar numero uno y que paso? que al releerlo le encontre una fallita minima, sabia que la de Damocles hiba a caer sobre mi cuando lo leyera, oportunamente decidí suprimirlo heelo ahí.

ed ,!otaler nèub yum ,etnaseretrnI
...odiel eh os euq serojem sol


.ojepse la etne nU

Esponjita dijo...

Leo:Gracias por la flor y por la tallereada... creo que tienes razón, lo que pasa es que algo de autobiográfico se coló. Pero he de Pulirlo.
Doctor Fell: ¡no manches! ¡el checo no es mi fuerte!... jejeje. Bueno, poco a poco irá afinando su ortografía. Pero prométame una cosa ¡nunca dejes de escribir iba sin h!
¡ya comuníquese conmigo, que la semana se nos va a acabar!

Anónimo dijo...

Oiga! ¿Qué no puede ser más pueril aquél? Le juega al Leonardo con la escritura "inversa" como para que los demás no nos enteremos. Por suerte los ángeles de Ficino son más inteligentes.

D.

Darío Zetune dijo...

Ay mija! Yo no se como le hace pa ponerse en esos niveles de pachequez. Ya ni con las sabrosas pláticas con el Paco, Daniel y moi se pone usté así.

Estos días han sido de puro lavadero, claro que sí: por cierto, su cuentito es un chisme encubierto. Todo autobiográfico disfrazado de ficción borgeana con dejos de Corín Tellado, juar!

De cualquier manera, lo que pase con Pico Della Mirandola, con el filósofo con tenis rosas y todo eso no me quita el sueño, pero si usté pone el café y el conocimiento del latín, yolentro!!

Hacia los medievales, por Gadamer!!

ajúa!

Besos, te quiero mil

Darío Zetune dijo...

Ese "anónimo" que firma con "D". Por eso me agrada usté: juerte, audaz y valiente; aguerrido y arrogante pero con haaaarta sustancia (y mate, claro stá).

Su único defecto: pertenecer a la banda de Filosóficas...

Juar!

Sergio echando de cabeza a...

Esponjita dijo...

Anónimo D: ora sí que me siento damisela por la que dos se pelean... pero no es pa tanto, no es pa tanto, que al que le escogí pintura de Miguel Ángel fue a usté... y yo que creí que estaba en Checo...

Sphoenix: pos sí, le dió usted al puritito clavo (y eres un manchado)... Si le entra al latín, pos va....

Saludos: la esponja coscolina

alitter dijo...

Oh sí... autobiografía pura (se supone que yo no debería decir esa clase de cosas) en fin. Me gustó su cuento tiene imágenes geniales... Se le quiere.

El yuste dijo...

Puff! puro intelectual excepto yo, son los amigos de don Serch.
Por acá saludando, dándome un tiempo para ver blós de los enlaces de Fénix 21.
Salu2
Miguel

El yuste dijo...

Puff! puro intelectual excepto yo, son los amigos de don Serch.
Por acá saludando, dándome un tiempo para ver blós de los enlaces de Fénix 21.
Salu2
Miguel

Anónimo dijo...

Se escribe "antiguo" y no "antgüo".

Esponjita dijo...

grácias. myz dedoz te agradezen la correxión..

jejjee
no , neto, fue un dedazo. Pero gracias por hacerlo.

Juan Manuel Escamilla dijo...

¿Quién eres? Muy interesante tu bló.

Catalina Creel dijo...

Hola manigüisssss! visitándote después de ir a regañar a la Trompudista del Falo-opio.

Besosssss!

Esponjita dijo...

fru fru... ¡¡¡corté relaciones con la trompetista... buaaaaaa!!!!
anonimo: dedazo: dícese de cuando el error es imputable a una cuestión psicomotríz... no, ahora que lo pienso, el error no fue dedazo, porque hice mucho esfuerzo en poner la diéresis sobre la u.... ¿qué habrá sido? ahora que estoy escribiendo la tesis, he escrito mucho la palabra "antigüedad"... a lo mejor estoy tan traumada, que no más veo una gu y me pongo histérica.
garcínaltoalcazar: Pos soy la esponja... si vives trashumas por la fac de filos y letras de la unam, quizás algún día mi identidad te sea relevante.
manigüis: ya lo ví, ¡oh diéresis! ya lo vi.

Juan Manuel Escamilla dijo...

Óyeme, ¿por qué iba a serme relevante nada más si rondaba tu escuela? Ya eres, cuando menos, una persona interesante de la blogósfera. Y ya veremos. ¿Quién sabe? En una de esas hasta terminamos siendo amantes, uno no sabe nunca nada.

Esponjita dijo...

sé que no debe nunca decirse, nunca, pero, créame:
la cuota está cubierta.
De todos modos será un placer platicar con usted.

Juan Manuel Escamilla dijo...

Decía Cabral de su abuela: Ella decía, mi abuela decía: "Decir que no a una propuesta de amor es decírle que no a Dios que es el mismísmo Amor, ¡y yo soy una respetuosa y ferviente creyente!"

Think 'bout it...