¡Cuántas veces quise gritar Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?! y sustituir el vocativo por cuanto injusto nombre se me ocurriera.
Quería gritárselo a Fernández de Ceballos, a ver si era cierto que leía a Séneca en latín. Quería gritárlo fuera de la cámara de Senadores cuando lo de la ley televisa... quería gritárselo al Peje cuando empezó a destruir al PRD... pero eso fue cuando no sabía latín. Cuando empecé a aprenderlo, entonces quise gritárselo a la mitad de mis maestros.
Primero a Sánchez Valencia, luego al tipo que dijo que Protágoras votaría por el Peje, luego la vícera llegó hasta dos o tres profesores de filosofía... pero fue cuando me di cuenta de que el quo usque tandem sólo valía la pena gritárselo a alguien que había estado a punto de matarte... como Catilina a Cicerón...
Sin embargo, mi querida Margarita Platas, el viernes encontré a un nuevo blanco de mi quo usque tandem: aquél que le dije que era más maravilloso que el sol, la luna y las estrellas, el extraordinario maestro literatura latina medieval, el que sabe latín y sajón antiguo, el que dijo la palabra escolástica sin hacer feo (lo digo por el noventayocho porciento de la gente de clásicas), el que no pone a declinar sino a traducir... el que sabe de lo que habla (pensaba yo).
Pero, luego de media hora de decirnos la etimología de nuestros nombres, y de contarnos anécdotas simpáticas de la edad media... ¡que se mete con Buenaventura!...
Ahí tienes, Margarita, que san Buenaventura de Bagnoreggio era un filósofo franciscano super acá, que tuvo duros encontronazos con Tomás de Aquino... entre ellos, el asunto del tiempo y de la creación del mundo. También fue gran agustino, y una muy potente mente, quizás no tan famosa como la del aquinate, pero sí igual de poderosa.
Como buen país dominico que es éste, a Buenaventura se le conoce mucho menos que a Tomás... pero, dije yo, este tipo (el maestro de latina medieval) que es un dios, debe saberlo todo.
Fue entonces que nos contó que San Francisco de Asís le otorgó a Buenventura el mando de la orden...
--Buenaventura de Bagnoreggio- pregunté yo, sorprendida de saber que Buenaventura había conocido en persona al mismísimo hermano sol-hermano luna
--¿eh? ¿qué? ¡ah no!... era nomás Buenaventura.
Luego de preguntar al diccionario de cabecera (llámesele señor D.G.G), descubrí que sí, que era el de Bagnoreggio... y el malvado D.G.G. me dijo que ¡claro! yo siempre me dejaba apantallar por cualquiera (pienso, pues, que en parte, el éxito de nuestra relación es mi perenne estado de apantallamiento)
En fin... qué bueno que no asistió usted al curso que le dije. Pero ya no me contó usted ¿y finalmente con quién cayó?
Salud Margarita Platas
(y dice mi roto corazón: quo usque tandem abutere, Tu, patientia mea)
La esponja esquiza
PD: Saben... tengo gripa, quince días para entregar el segundo capítulo de la tesis, cuarenta versos del canto X de la Odisea, y la mitad de la primera catilinaria... debí hacer un post sobre las islas movedizas y el Céfiro mala onda que tortura a Odiseo: total, se parece más a mi situación... ¡a qué Poseidón hice enojar, caray!
7 comentarios:
jajaja si se me hace que si te dejas apantallar mucho.
No será que exiges demasiado a la gente y por eso te decepcionas? o que quieres creer de las personas cosas mucho mas perfectas de lo que son en realidad y por eso al final terminan como los malos de la peli? No se solo conjeturo.
muchos besos y abrazos sponjis
me gustan tus post de colores :d
Estoy intrigada ¿quièn diablos es Juliette Margarita Platas? Saludos.
Simpatizo con Yanik en ese punto, será acaso como en aquella vez en que dijiste: "Por San Agustín si era cierto lo de los 90 kilos y las pistas de avión en la cabeza"...
Psss qué, a San Buenaventura lo que digan de él le queda guango: yastá con el Altísimo. Lo que digan acá le hace lo que el viento a Juárez...
Por otro lado, habría que comentar que Daniel se está convirtiendo en toooodo un ejemplo a seguir, ¿no cree usté?
¿A onde nos invitará a cenar este muchachón?
Ahora sí, tenemos un ejemplo inspirador pa que terminemos la tesis, mija
Sergio.
Janik: sí, creo que tienes toda la razón. Pero ya hace tiempo que empecé a tratar tan mala enfermedad la mía... y ¡vivan los colore!
Trompetista: yo tampoco sé, pero alguna vez me hizo unas muy raras preguntas sobre si Ramos era un buen maestro de medievales... a ver si la conocemos algún día.
Doctor Fell: anoche soñé contigo... fue un sueño en el que flotabas y atravesabas paredes. Y ¡chale con los noventa kilos!...
Serch: MUAJAJAJA sí, me inspiró, la neta. La fiesta se está fabricando...
Muuuy bien que te guste Buenaventura. Y qué pena que te apantalles. Yo también soy muy sorprendible. Y si uno mira de cerca a sus mitos, se da cuenta de que tienen granos. Al menos eso dice Depardieu en Una simple formalidad.
Sí, a ver, a ver, aunque tenga miles de materias y rollos y a san Agustín y todo eso, ¿se olvida de los cuates y sus blós??
No hay derecho no hay derecho! Si ya la vi que nomás por hacerle la barba a la Trompetista se la pasa en su bló comente y comente.
Snif, snif.
jeje
Sergio.
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