Más que escribir en mi propio blog, uno de mis más bajo vicios es comentar los ajenos. Así me he hecho de muchos lectores, amigos, e incluso duros y crueles enemigos.
Mi manía y vicio discutidor ha provocado sinsabores amargos en otros blogosferántes, aunque nunca había ocurrido que se me citase (un poco a la presocrática, pero la intención es lo que cuenta).
Estaba yo paseando por el blog de la Trompetista cuando leí un comentario agradable a un comentario mío (una flor a las barbaridades que comento en el blog trompetero, últimamente es algo extraño y poco frecuente). Así que piquele al blog del susodicho idoupicio , y encontré lo siguiente:
«"Hubiera" no es una conjugación tan estúpida... es la cojugación del arrepentimiento.»
Creo que esta es una bella definición que hace justicia al a veces tan desdeñado subjuntivo. Frente a la indolente definición de «el 'hubiera' no existe», prefiero la otra ya citada. Claro, el subjuntivo es la conjugación del arrepentimiento, y también la conjugación de la querencia, del deseo, o la de la humildad, pues con el ojalá nos negamos a la resignación del «todo está dicho».
Lo morado lo escribí yo, y lo rosa es lo que escribió idou_picio. La reseña, pues,no es sólo para que vean que a alguien le gusta lo que escribo, sino porque me gustó mucho más lo que escribió alguien sobre un escrito mío.
Siendo yo investigadora de los medievales, he aprendido una cosa: los pilares de la tradición (haya o no que echársela al plato) son como grandes filósofos llenos de semillas. Pero los que le dan vida a la tradición son quienes saben regar y cultivar esas semillitas y hacerlas robustos y frondoso árboles. Y yo, amante de las analogías, sentí bonito con el comentario, pues una semillita mía ha sido vista como digna de cultivo.
La muy y eminentemente discutible esponja
PD: sí, lo sé: debería estar encerrada leyendo a Arist y a Agus y a Plotis, pero estoy en crisis de ¡nunca voy a titularme! y además no llegué a griego, y además llueve y además... buaaaaaaa!
12 comentarios:
bueno, usté siga sintiendo bonito, sea siendo discutible y discutidora que por eso la adoramos la adoraaaaaaaaaaaamoooooos!!
Salú!
sí, es usted adorable.:)
Oh, lamento no poder decirlo con franqueza porque no la conozco, señorita presocrática espojita, medievalista estrafalariamente posmoderna. Es de lo más divertido de la blogósfera, al menos. Y sospecho que será adorable. No lo sé de cierto, pero...
Y la lluvia es cosa hermosa, ¿no le parece? A mí me fascinan los días, como hoy, lluviosos. Son de quedarse en casa a ver pelis, a leer y estar abrazado de alguien. Además, fumar es más rico. Y uno puede vestirse de gabardina y usar paraguas. Eso es cool.
¡Vaya! Yo era de los necios que dicen "el hubiera no existe", pero ¿cómo rectificaríamos nuestros actos si no tuviésemos la conjugación del arrepentimiento? Una vez más tus escritos me sorprenden y agradan.
Habría que cuestionarse qué hubiera dicho Agustín sobre el "mal tiempo" que le impide continuar con su tesis...
esponja que ha absorbido la sabiduria, es genial que siembre semillas en la virtualidad. Y pues me gustaria que sembrara algunas en mi blog, incluso para decirme que le aburré; visiteme y si se arrepiente puede decirmelo y nunca más tener contacto conmigo y yo sufriré por su fuerte crítica y me esforzaré por cambiar.
Relájese y venga a mi bló.
Besos
serch: je, gracias, un infinito placer
abad: je, je (con chapetas rojas)...
garcín altoalcazar: no ande suponiendo cosas... y, digo, ¡qué bonito es ver llover y al mojarse no resfriarse!... pero es que ya estoy vieja.
itzel: sus flores siempre me sorprenden y agradan mucho... me gustó cómo dijo eso de la rectificación de los actos.
fru fru fru: jajajajajajaja
proxifaint: ya le di una vuelta a su bló: prometo cometarle pronto.
search 2: ya voy, ya voy...
¡Hija de la tomatada de chilpachole! ¡Cuatro veces infame! ¡Me quitaste mi linke! Tssss tsssss y yo que te iba a heredar un libro firmado por Chesterton, unos calzones matapasiones que pertenecieron a (luego te digo) y unos facsímiles. Saludos. Ahí nos topamos luego y no, no conozco a quien me preguntaste.
Siendo yo investigadora de los medievales, he aprendido una cosa: los pilares de la tradición (haya o no que echársela al plato) son como grandes filósofos llenos de semillas. Pero los que le dan vida a la tradición son quienes saben regar y cultivar esas semillitas y hacerlas robustos y frondoso árboles. Y yo, amante de las analogías, sentí bonito con el comentario, pues una semillita mía ha sido vista como digna de cultivo.
Anda, que ya salió la aguja del pajar. Sin querer, ya te consideraste un pilar de la tradición, un gran filósofo florentino cargado de semillas que uno, carente de ellas, se encarga solo de ser un simple comentarista de la tradición.
Saludos.
:)
señorita trompe: que no le quité el linke, solo lo moví...
señor idoupicio: no es pa tanto. de todos modos, creo que los Florentinos son más bien regadores y cultivadores de semillas que semilleros. Pregúntele al Ficino ¿de dónde sacó las semillas? de Plotino... pregúntele a Pico, y él le dirá que de Agustín y de Tomás.
la esponja contestona
aaah me gusto mucho la definición!!! Mucho mucho!!!
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