La buena terrorista

Primero: puse esta foto que nada tiene que ver con el tema del que hablaré, porque ¡la saqué yo!. Al fin tengo cámara y dejaré de depender miserablemente de google imagenes. Digamos mejor, queridos lectores, que les ofrezco un cubano express mientras leen mi textito. Ahora sí: a lo que te truje Chencha.

Doris Lessing abaca de ganar el priemio Nóbel. No. No me siento culpable de haber sabido quién es ella hasta que ganó el premio Nóbel: tuve que esperar a que Kapushinsky se muriera para saber que existía, así que la cosa no está tan mal.

Bueno. El caso es que a diferencia de Orahn Pamuk, que ganó el Nóbel el año pasado, éste me dieron muchas ganas de leer a la neopremiada y conseguí un librito llamado La buena terrorista. Según yo lo iba a leer en el baño, o justo antes de dormirme para despejar el cerebro de Descartes and Augustine o de De libero Arbitrio. Pero ocurrió que en dos días me fumé sus 514 páginas... no, nomás no podía parar de leer.

No les contaré el libro, aunque en realidad no perderían mucho si lo hiciera: es una extraordinaria novela donde lo importante no es la trama, sino las malevolosidades con las cuales Doris trata a la trama misma. Digámoslo: no es el "mithos" sino la moraleja lo que importa (por decirlo con Esopo).

Doris se burla, inmisericordemente, de los movimientos de izquierda. Es casi una burla brutal contra quienes participamos en la Huelga (con sus comillas) de 1999 en la UNAM, o contra los pobres ocupantes del Ché. Se burla de todo adolescente que encuentra divertidísimo vivir en una comuna (como lo hice yo en la facultad, salón 117), gritar y romper cosas, pintar las paredes con consignas antifasistas y ser golpeado por la policía. Y la burla resulta más ácida porque viene, no del enemigo, sino de la camarada Doris.

Se burla hasta del vocabulario... ¡¡¡Dios!!! los comunistas británicos hablan igual que los paristas de la Ultra... todo es imperialismo y facismo... cruel burla.

Y peor aún: la burla es "More Salustio"... ¿ustedes han leído a Salustio?

Resulta que hubo en tiempos de Cicerón un "malvado" y "perverso" conjurado llamado Catilina, quien abogada en favor de la inmoral reforma agraria y la igualdad entre los italianos. Entre las cosas horrendas que hizo Catilina, se encuentra la intentona de asesinato contra Cicerón, y el haberse conjurado con tropas para dar golpe de estado al Senado. Cicerón salvó el pellejo porque una chica ligera de cazcos le avisó que Catilina le quería dar chicharrón. As, un día, en el Senado, Cicerón comenzó gritando... ¡¡¡¡¡quoniam tantum abutere Catilina patientia nostra!!!!

A Catilina de dieron chicharrón y luego se convirtió en enemigo de la nación hasta nuestros días.

Pero resulta que hubo un historiador llamado Salustio que sabía que si hablaba bien de Catilina lo iban a chicharronizar. Así que escribió "LA CONJURA DE CATILINA" o "DE BELLUM CATILINAE" donde narra las atrocidades de Catilina... de tal manera que a uno le queda la sensación de que el bueno de la historia es Catilina y que el narrador es un imbécil que no se da cuenta de que nos está transmitiendo la imagen contraria. Pero en absoluto es un imbécil: sabe perfectamente lo que está haciendo. Tan devastador es su efecto, que uno cree que la sensación de que Catilina es un héroe la ha deducido uno a través de la fuerza de la evidencia, y no porque Salustio sea más hábil que el mismísimo Cicerón.

Bueno, pues lo mismito hace Doris Lessing: siempre del lado de Alice, la protagonista, el narrador no deja de llamar facistas a los padres de Alice, débiles a los amigos y clasemedieros a aquellos de quienes ella vive. Y sin embargo, uno quisiera meterse a la novela a darle sus cates a Alice por mensa... por se como yo soy, y era en 1999.

Si usted es de izquierda, experimentó vivir en una comuna, y soporta la crítica, La buena terrorista es para usted...

La comunitaria esponja