a Miriam, porque piensa en esas cosas
A toda mujer que sí ha padecido la discriminación
Eufrosina significa en griego algo así como la prudente, la del buen sentido.
Eufrosina Cruz es una mujer oaxaqueña de 27 años que ganó la alcaldía de Santa María Quielogani, comunidad zapoteca. Aunque la ganó hace ocho meses, no ha podido tomar posesión de su cargo desde noviembre, pues la comunidad se rige por "usos y costumbres", y según los caciques que gobiernan la comunidad está prohibido que las mujeres gobiernen. Para saber más de ella, pínchele aquí.
Pero no crean ustedes que Eufrosina contradice su propio nombre, no. No es una loca que comenzó a hacer cosas "poco tradicionales" porque algún loco francés le haya metido ideas locas. A los once años escapó de su casa, con el apoyo de su mamá, para evitar que su padre la cediera a un hombre que ella no quería. Así llegó a Salina Cruz y, vendiendo elotes y pepitas, entró a estudiar contaduría.
Trabajó para la Comisión Nacional de Fomento Educativo, fundó tres preparatorias y regresó a us tierra, a un lugar cercano a su comunidad donde fue directora de un CECITE en El Camarón. Finalmente regresó a su comunidad, donde se lanzó como candidata a la alcandía.
Contra las espectativas de su único contendiente, ganó. Y, no sé si sea la primera vez que ocurre, pero sucedió que se utilizó el argumento de "usos y constumbres" como fraude electoral.
Pero la cosa fue a mayores. Ella no estaba sola, evidentemente la comunidad que le dió el triunfo la apoyó, pero fue acallada por el miedo a perder los apoyos gubernamentales y luego con amenazas de muerte. Una vez acallada la comunidad, a Eufrosina Cruz le fue aplicado el "ostracismo": es decir, fue expulsada de su comunidad y se le retiraron todos sus derechos civiles como ciudadana.
Esto último debe llamarnos mucho la atención. El asunto no es que aquella comunidad tenga actitudes excesivamente arcaicas (¿greco-clásicas?), ni tampoco que aquello sea producto del antiguo machismo contra el que se ha luchado tanto todo el siglo XX. No. El asunto más llamativo es que el cacique de la comunidad se sirvió de un argumento ultramoderno: el derecho de "usos y constumbres" de las comunidades indígenas.
Para todos es más que evidente que el argumento de "usos y constumbres" fue usado por el cacique al más puro estilo priísta. Pero el argumento, por más negras que hayan sido las intenciones de los "poderosos" de aquella comunidad, no es un mal argumento: "si aquí gobernaran las mujeres, y sobre todo una mujer profesionista, entonces perderíamos nuestra identidad como pueblo". Y por más deleznable que suene aquello, es absolutamente verdadero.
Claro, si Eufrosina ganó, fue porque la mayor parte de la comunidad opina que aquella "identidad" de la que hablan los caciques, no es sino un discurso de poder que ya no le agrada a la comunidad que vota.
¿Qué está ocurriendo aquí en realidad?
Todo discurso político es un discurso de poder, ¿cierto?
Pero ocurre que cuando existe enfrentamiento y guerra entre dos grupos diferentes, lo que hay también es una guerra entre discursos. Quién gana impone su discurso.
Así, bajo la lupa del discurso ganador, lo que está bien en su comunidad, está también bien para la comunidad vencida; y lo que en la vencida no empate con la vencedora, pues está mal. Pero ello conlleva al poco entendimiento entre ambas comunidades obligadas a coexistir.
Si algo fue discutido, por mera y urgente necesidad política (de polis) en la Nueva España, fue el asunto de cómo coexistir. Muchas gramáticas de "mexicano" hicieron los españoles. Mucho latín aprendieron los nahuas y los mayas. Muchos siglos convivieron hasta que los criollos se hicieron del poder...
El asunto es que en pleno siglo XIX y XX el problema de la convivencia entre indios y criollos se transformó en un discurso fuertemente liberal que, ya traducido a región cuatro, se transformó en un discurso que anuló toda diferencia comunitaria y nos transformó a todos en individuos.
Pero no es el caso que nos hayamos vuelto "iguales" de repente, sino que al individualizarnos, de pronto todos acabamos subordinados a un sólo discurso de poder, a una sóla visión: la de quién gobernaba en ese momento, a sus caprichos antropológicos.
Al suponer que todos somos individuos racionales, se supone que nuestra "personalidad" queda vacía solamente lista para llenarse de pura racionalidad. Así, en el siglo XIX era racional encarcelar sodomitas, pero en 1990 el que insultara a un gay diciéndole "pinche puto" acabaría en la cárcel. Ese es el problema del discurson individualista: supone que lo "racional" estriba en su propia evolución ideológica.
Pero está el otro lado: si suponemos que nuestra "individualidad" está subordinada a la comunidad, entonces toda discusión se da entre grupos y no entre individuos. Hay un pálido reflejo de racionalidad aquí: puede suponerse que dar por buenos los "usos y costumbres" del vecino de convivencia significa respetarlo como racional, pero también significa suponer que, como indio que es, pues debe regirse según sus bárbaras razones (si es que tiene algunas, terminaría la frase el racista). Así, si un grupo de mujeres de una comunidad tradicionalmente machista se rebela contra la opresión... hay dos respuestas posibles:
a) Pues como indias que son, no podemos hacer nada. La individualidad de cada una de ellas está subordinada a su pertenencia a su comunidad. Éste sería un discurso totalmente coherente, pero a muchos comunitaristas a la vez que feministas, pues les duele (obvio).
b) Hay que terminar con los usos y costumbres, pues ellos anulan al individuo, el cual sólo puede ser definido por la visión antropológica del grupo dominante (nótese el sutil circulus in probando que usé. Un beso para quién me explique por qué). Este discurso justifica las guerras gringas en nombre de la democracia.
Ahora. Fíjese el lector, después de realizar su propia investigación del caso de Eufrosina y el pueblo de Santa María Quielogani, si no acaso ambas respuestas son correctas sólo para un mundo donde las gallinas son esféricas*. Pero en este mundo las gallinas tienen plumas y patas y un gobierno oaxaqueño priísta y que depende de los caciques para tener controladas a las comunidades.
¿Deben haber usos y costumbres o no? ¿Hasta qué nivel deben de haberlos? ¿Hasta donde deben subordinarse al estado nacional? ¿donde está la falacia, del lado del individualismo o del comunitarismo? Tratemos de resolver el asunto.
Es claro que cualquier discurso político es un discurso de poder, y que la política sólo puede hacerse desde estos discursos. Entonces ¿Cómo resolver el problema?
Es aquí donde Eufrosina lleva en el nombre el destino.
Ella dijo, en entrevista para Paola Rojas en Radio Fórmula, que el asunto no es luchar contra ellos (los caciques o el grupo que la expulsó del pueblo) sino por los derechos de las mujeres de la comunidad. Y ese derecho no sólo lo exigen las mujeres de la misma comunidad, sino aquella que le dió el voto en la cual se encuentran muchos hombres. Así pues, la voluntad popular expresada en esa votación no está por la defensa de un grupo social específico, sino que podemos suponer que el asunto va más allá.
Seamos honestos: en la antigua Grecia Clásica las mujeres no tenían muchos derechos que digamos ¿verdad? por ello Aristófanes pudo escribir una comedia como Lisístrata. Las mujeres se juntan, se organizan, utilizan medios de presión política y logran (aunque sea literariamente) transformar la sociedad y las leyes políticas. Logran participar.
Tampoco las mujeres inglesas del siglo XIX tenían derechos civiles. Así que se organizaron. Y no había una "supra-sociedad" que les sirviera de ejemplo ¿verdad? ni tampoco una ONU ni una Comisión interamericana de derechos humanos, ni una ONG ni nadie que las apoyara. Ellas solitas se aventaron contra un discurso de poder. Y no les decían "que gachos son ustedes" sino que iban a marchar a las calles, y eran encarceladas, e inventaron las huelgas de hambre (y en aquél tiempo, en vez de que se murieran de hambre, las obligaban a comer con un embudo). Ellas decidieron transfromar su lugar en la sociedad, cambiar el discurso con la pura fuerza, al grado de que a más de una le costó la vida.
Ello quiere decir que la lucha de Eufrosina no depende ni del pensamiento liberal de individuos que deban alienarse al capricho antropológico de moda, ni de comunidades ahistóricas que vivan, como pedazos arqueoantropológicos dentro de una sociedad "moderna y de razón". No. Sino que a esa comunidad le llegó la hora. La hora de sacarse de encima a los caciques priístas, la hora de cambiar, de mudar, del mismo modo en que los ingleses se hicieron feministas y los gringos de san Francisco inciaron un movimiento para que la homosexualidad fuera reconocida como un estado de salud humano.
Son muchos quienes están del lado de Eufrosina, no sólo mujeres, sino quienes le dieron la victoria electoral. Ella también declaró que el asunto es simplemente ilegal, y si es injusto, su injusticia deriva de su ilegalidad, pues ¿acaso existe un grupo dentro del territorio mexicano que me pueda expulsar de una fracción de dicho territorio? Por ello, la denuncia contra los caciques es por abuso de autoridad... en sus usos y constumbres no está legislado su derecho a aplicar a nadie el ostracismo.
Su argumento apela a la pura legalidad: tanto al estatus legal de los usos y costumbres como a la Constitució Mexicana. Tiene a su favor las leyes, y no ha dudado usarlas como armas de lucha.
Este es un asunto de derechos civiles. Los derechos civiles en realidad es el nuevo nombre que se le da, por decirlo así, a la lucha de clases. Claro que no es una lucha de clases "económicas" -aunque "económico" sea la cualidad fundamental de la mayoría de estos movimientos- sino de una lucha de clases antropológicas. Lo que aquí está en juego son las definiciones antropológicas con que los grupos de poder construyen sus propios discursos.
EL ASUNTO ES HACERSE DEL PODER PARA PODER IMPONER EL PROPIO DISCURSO
La pregunta es ¿se gana algo con pedir la destrucción de los discursos de poder? pues no, porque para que haya polis debe haber un discurso de poder lleno de definiciones antropológicas.
¿entonces?
La única manera de "transformar" las cosas en favor del grupo no favorecido, es el enfrentamiento con el grupo de poder. ¿con qué armas? Eufrosina, para su fortuna, tiene armas legales y políticas. Ha puesto una denuncia por abuso de poder. Pero también ha ido a los congresos estatal y nacional para pedir apoyo político. La noticia ya llegó a España y le ha dado la vuelta al mundo (algo aprendió de la lucha del EZLN). Las mujeres inglesas sólo tenían sus marchas y su voluntad. Los negros gringos paralizaron EU, ahora los mexicanos de allá vuelven a tomar las calles. Los obreros del 1 de mayo cerraron las fábricas, y los campesinos mexicanos tomaron las armas en 1910.
¿Que las cosas siguen iguales o peor? ¿que el resultado de la revolución mexicana fue el casicazgo y que la situación de Eufrosina es, indirectamente, fruto de la Revolución? ¿Que al triunfar un discurso de poder se vuelve igual de institucional y represivo?
Pues sí, así es. Pero esa es la naturaleza de la Política. Pero también por eso es histórica, y por eso está viva.
Así pues... ¿algún día llegaremos al mesiánico día donde el "discurso de poder", carnalidad y pecado mortal de las comunidades políticas humanas, desaparezca?
Yo creo que no. O bueno, llegará, pero después del juicio final... o sea, cuando nos caiga encima el areolito gigante.
Salud:
una esponjita que busca ser Eufrosina, es decir, de buen entendimiento.
*Resulta que hay un chiste donde a un granjero se le enferma su gallina de una enfermedad rarísima. Va con un sociólogo, un veterinario y un físico. No me acuerdo qué le recetan los dos primeros. Pero cuando llega con el físico, éste comienza a analizar el caso diciendo: supongamos que las gallinas son esféricas. Si no entendieron, pues luego les explico.
5 comentarios:
Como hombre de redacción, y no de acción, quiero dejar constancia aquí de la incongruencia de la que tú y yo ya hemos hablado muchas veces. Todo esto es en realidad un problema formal, de gallinas esféricas, pues.
Parece lógicamente imposible reivindicar a un tiempo la universalidad de unos derechos aplicables a todo individuo, con independencia de cualquier concepción antropológica (incluso la suya propia) y a la vez la posibilidad (metafisica) de una comunidad cualquiera a empatar eso con alguna suerte de legislación exclusiva, de la que emanen derechos u obligaciones "propios" fundados en razones étnicas o históricas. Hay en el fondo una tensión terrible como lo saben, por ejemplo, els catalans que tanto ama tu padre. En estricta coherencia, la posibilidad de apelar a una ley universal obliga a una vesión debil y casi de folklore de las leyes comunitarias (los tribunales tradicionales acaban reuniendose en la plaza, frente a los turistas para decidir cuestiones de aguas o cosas asi); o bien, en amor a las identidades nacionales nos quedamos con éstas pero no hay más instancia para la resolución de conflictos que la comunidad misma, de modo que se erige ella misma como un estado soberano y entonces no tiene caso que se inscriba dentro de otro que garantice su régimen "especial".
He de ser necesariamente breve y por eso lo pongo con un ejemplo: si no puede ser la España Una Grande y Libre, entonces que sean el Reino de Aragón y demás. El régimen de autonomías o los usos y costumbres como están acá sólo es el marco perfecto para que afloren contradicciones de este tipo, en la que las izquierdas feministas tiene que ponerle frenos a las leyes de las izquierdas simpliciter.
Por otro lado, creo que algo anda mal en este tipo de propuestas desde que, según recuerdo, el propio Marx sería un antisionista (cf. la cuestión judía). En ese caso, era casi tan católico como yo. En esta antinomia hay quiza que elegir perder la identidad para ganar la verdadera libertad...
(Y ¡cara al sol!)
Hola. Gracias por la dedicatoria. Es un terrible lo que le hicieron a esta mujer. De cualquier modo, es un gran ejemplo para pensar la cuestión de la universalidad y de la singularidad de la ley y sobre todo de la soberanía. A mí siempre me pareció que eso de "usos y costumbres" era un abuso antropologista, como si los indígenas fueran las piezas de un museo, de ese que llamamos "nuestra cultura, nuestros origenes", todas esas son falacias. Por otra parte, desde un principio, la democracia no sería parte de los usos y costumbres indígenas, entonces ninguna de las instancias, por ejemplo, el IFE, tendría ingerencia? Parece ser que estamos en un caso más de "la ley del más fuerte".
Mira lo que te encontré: http://laumendinueta.blogspot.com/2008/07/emily-dickinso-poeta-universal.html
al rato te copio el inicio de "Canallas" un libro de Derrida. Es increíble, nadie está enterado de la injusticia que le hicieron a Eufrosina, he hablado del caso con gente que hace ciencia política, nadie está enterado...
La teoría de los vmemes, que habla de estadios de desarrollos, dice que en cada estadio de desarrollo de una sociedad, el impulso que genera el cambio es en respuesta a una necesidad del medio de solucionar un problema específico de su época, y una vez que se incorpora este nuevo valor, invariablemente surgen conflictos (como si el impulso fuese una flor bella que luego se pudre y huele mal), y lo que fue una buena respuesta en su momento ("usos y costumbres") luego se vuelve la prisión de la que hay que salir. Algunos piensan que esto es indicación de que vamos cambiando hacia algo más sofisticado, otros no ven pruebas de esto y dicen que no hay dirección determinada. eso sí, constante movimiento.
es fundamental que el que diga que los "usos y costumbres" están en contra de los derechos civiles, argumente sabiamente su postura para que no lo tilden de estar queriendo "volver atrás".
yo quiero ver mujeres en el poder.
Pobre México, pinche México, tú y tu política y tu conservadurismo. Te desprecio por eso. Pero soy parte de ti. México: considero a tu política como una enfermedad, soy una célula de algún órgano tuyo. Hace falta la voluntad global-celular para que sea posible un cambio hacia el desarollo.
Saludos esponjosos a la esponjita.
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