14 noviembre 2008

Consideraciones sobre un avión y un elefante

Después del avionazo de Mouriño todo en este país parecía surrealista porque un mes antes un Elefante se le atravezó en la carretera a un camión de pasajeros.
Según las últimas investigaciones del elefantazo y del avionazo, la cosa ha resultado así:


Elefantazo: Un cuidador sin entrenamiento suficiente sacó a pastar a la elefanta de ya cuatro décadas. La animalita pastaba tranquilamente (bueno, los elefantes no pastan: comía, digamos mejor), cuando un conejo u otro animal similar se le atravezó. Aquello de las caricaturas donde Elefantes temen a ratones tiene un fundamento en los hechos: la elefanta salió despavorida. Para su mala suerte, se le atravezó la carretera, y justo por ahí iba pasando un camión cargado de pasajeros. El conductor, hábil y sumamente experimentado, consiguió mantener el control del camión de tal manera que éste se dió de frente contra el cuerpo elefantístico. Así, toda la fuerza del impacto recayó sobre el heróico conductor que, cual héroe de Nacozari, sucumbió consiguiendo salvar la vida de todos los tripulantes. Una nota que surigió en los medios es que el conductor había recibido un premio en Estados Unidos en un concurso sobre cuál era el motor de camión mejor cuidado.


El Avionazo.
Según las investigaciones publicadas el día de hoy, resulta que el Piloto del Jet donde viajaba Mouriño estaba poco familiarizado con el instrumental de la nave, del mismo modo en que lo estaba el Copiloto. Por el tono de la conversación se nota, dicen los expertos, que el Copiloto tenía más experiencia, sin embargo, no la suficiente para evitar cometer la imprudencia que le costó la vida a una esposa de familia y a otras 13 personas. Un comentario de un piloto experimentado en el programa de Denisse Merker hizo ver que el lenguaje del piloto demostraba su falta de formación y de pericia.

Sin embargo, es más común oír de camiones desbarrancados por la impericia del conductor que de jets caídos sobre Megalópolis hiperhabitadas.

En fin.
Lo surrealista, sin embargo, no es que entre los pésimos conductores de camión haya salido uno heróico, ni que la cúpula del gobierno federal no tenga control sobre la calidad de los pilotos en manos de los cuales deposita su vida.
Tampoco es surrealista que la opinión de México esté dividida entre quienes creen que fue un asesinato, o por el narco o por el mismo Calderón (a quién, adrede o no, el accidentazo le resolvió diez mil problemas políticos), o que haya sido simplemente una terrorífica coincidencia del tamaño de la razón que tuvo el conejito para aparecer justo ahí (razón que sólo el conejito nos podría explicar) y que desencadenó la tragedia.
Lo surrealista es, en definitiva, la negativa descarada del Gobierno Federal de hacerse cargo de las víctimas no gubernamentales y de no pagarles indemnización.

Sí, luego se arrepintió, pero después de que todos pusimos cara de '¡no me jodas!'
Una cara similar a la que ya todos pusimos cuando Vázquez Mota felicitó por su cumpleaños número ochenta a Carlos Fuentes el autor de El Laberinto de la Soledad.

El equívoco es prefectamente explicable: justo ahora se están cumpliendo diez años de la muerte de Octavio Paz, y homenajes se están haciendo por todos lados. Pero no se nos olvida aquella foxizada de 'José Luis Borgues'.

Así, tampoco se nos olvidan los líderes sociales que se han suicidado por al espalda. No se nos olvidan tampoco todos aquellos que han perdido su casa por desastres naturales y que siguen esperando, desde 1985, que se les atienda.



Tampoco se nos olvida que el gobierno negóse a obligar a Minera México a pagar indeminzación a los familiares de las víctimas de Pasta de Conchos porque, para hacerlo, debe presentarse el acta de defunción, y para hacerla, es necesaria la presencia de los cuerpos que desde hace dos años no han podido rescatarse, y que desencadenó toda la represión y los problemas sindicales y gubernamentales entre las mineras y los trabajadores.









Por eso, lo surrealista es, quizás, que con tanta memoria nos limitemos a indignarnos por el equívoco de Vázquez Mota, y que nos ofenda más un 'Borgues' (que apuesto que la mitad de los indignados jamás ha leído), que un Acteal.


De todos modos nuestro querido gobierno le sigue teniendo miedo a nuestra memoria: se hará cargo de los gastos de los afectados por el avionazo...












¡faltaba más...!

3 comentarios:

Diana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Diana dijo...

Ya no sé que es más surrealista, si el evento en sí, o la explicación a los "accidentes". Já, puse otro comment pero me equivoque de blog. Zaz.

Daniel G.G. dijo...

En este post alcanzas a ser como de un rojo fosforescente que no más no me acaba de gustar :p