De abajo a arriba:
Bolillo en composición con librero
El monumento ese enfrente de la sala Neza (sí, sé que estoy haciendo evidente mi incultura)
Mi lavadero (el 3) y los lavaderos vecinos (baste notar que mi lavadero está lisiado: carece del agujerito que los otros sí tienen. Los pocos meses que Daniel vivió conmigo lo usó para lavar mis pantalones de mezclilla. Sacar el agua siempre fue un problema. Cuando Daniel se fue llegó la lavadora. Desde entonces mi lavadero (incluído en el pago de la renta) se ha vuelto una posesión inútil. Se me han ocurrido ideas peregrinas, como usarlo para criar ajolotes, o explotar su malformación; pero hasta ahora sólo esta foto ha producido. Y sí, cuando me encuentro con una prenda que dice "lávese a mano", cierro los ojos y la lanzo a la lavadora: no me extraña que la ropa me dure tan poco tiempo....
una esponja fotogénica
3 comentarios:
ah ya vi tu colección de libros, tienes ahí unos de gredos. chido jeje
lindo el gato
Ha! todo sea por verte pimpa y ordenadita.
Los volverías a lavar aun cuando usaras tallas tienda de campaña; y no se te olvide que también sirvió, no hace mucho, para quitar un poco de olor a gato del tapete.
Aaaah! Bolillooooo!
Atte. Una fans
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