06 noviembre 2008

Meteorologica


Quienes vivien en la ciudad de México andan siempre muertos de miedo.

Desde los seis años... exactamente desde el 19 de septiembre del 85, cuando pasé toda la tarde viendo el logo de Televisa y los edificios hechos pedazos, he tenido siempre la sensación de que permanecer vivo en esta ciudad es cosa de pura fortuna.


Si se mueve la lámpara, a uno se le para el corazón. Si el tipo que se sube al microbús trae tapabocas, uno traga saliva. Si de pronto uno se percata que va bajo el puente de Insurgentes en C.U., y por pura casualidad, es el único ser humano, uno ya adivina la pistola que se acomoda entre las costillas. Uno se da cuenta demasiado tarde de que el taxista no trae tarjetón que lo identifique.

Así, uno procura llegar a casa antes de las ocho, poner miles de campanas de viento (será más bien de movimiento) para no quedarse dormido cuando la ciudad se colapse, camina lejos de los zaguanes, no vaya a ser que otra vez haya un perro voluble dormitando a las seis de la mañana antes del exámen final de geometría analítica...


Pero uno anda en la ciudad de México con algunas falaces confianzas: uno no cree que explote el cafesito de la del Valle porque uno no vive en Jerusalem, y uno sabe que lo peor que puede pasar en la Facultad de Filosofía y Letras es que el día de la clausura del coloquio lleguen los porros, pero nadie espera un atentado terrorista. Y uno, definitivamente, nunca va mirando al cielo.



----------


Los aviones tienen la pésima costumbre de caerse llenos de gente. Pero son pocas las aeronaves que, encima de todo, se caen sobre la gente.

Entre SLP y el DF median casi 450 km de sierra. Los aviones, sobre todo las avionetas, tienen la mala costumbre de irse a estampar en un cerro desconocido. La angustia de todo mundo es encontrar la nave con algún sobreviviente. ¿Por qué irse a caer justo en la Fuente de Petróleos?

De lo terriblemente inusitado surgió la certeza popular de que, o el narco enloqueció, o que, de veras, fue un accidente... nuestra capitalina barroca capacidad conspirativa se quedó en blanco...



----------


Nos metimos a internet a ver, asegún nosotros, con jarta emoción, cómo Obama iba a ganarle a todos los blancos, malos, esclavistas, opresores, gente mala del mundo, el Capital (aquí es donde las ilusiones se pusieron ilusas), los que tienen a Cuba bloqueada, a Bush, a las guerras, a Lado Oscuro... Nos metimos a internet con genuina emoción...

Se cae avión en plena ciudad de México. Y no sólo eso, porque el avión no se cayó sobre la calle Procuradores esquina Oculistas, ni en un rincón escondido, sino en paseo de la Reforma y Periférico.

glup!

No habían pasado cinco minutos cuando resultó que no era ni un junior ni un narco en una avioneta Cessna (que, por cierto, una se cayó hoy atrás de la biblioteca de la universidad del estado de México), sino el mismísimo, jovensísimo, controversialísimo, bellísimo, orejonsísimo, presidencialísimo Mouriño...

¿Obama?

Ah, sí... claro, va ganando... a quién carajos le importa.



----------


De niña, además de los temblores y los cerebros gigantes, yo tenía miedo que la Luna se viniera y se estampara contra mí. Ser hija de físicos me sirvió para darme una idea del tamaño de la Luna, pero no fue suficiente para explicarme por qué aquello no pasaría. Mi físico padre, tratándo de tranquilizarme, me explicó que era más probable que nos cayera un meteorito como el que acabó con los dinosaurios.


e...


Pues baste decir que no dormí en tres días. Luego me contó que el meteorito cayó en Mérida (donde él vive). Para tranquilizarme de mi nuevo terror, me habló de aquella mágica cosa llamada "probabilidad". De donde, me explicó, se sigue que el lugar más improbable para que se vuelva a acabar el mundo es, justamente, Mérida.


De donde me he apropiado del dicho:

"Si se acaba el mundo, me voy a Mérida"

---------


La esponjis.


---------



PD: hablando de Mérida: yo de niña sufría porque mi hermana, llamada Aurora, tenía nombre de princesa de cuento, de libro de Nietzsche y de acontecimiento meteorológico. Yo tenía nombre de pájaro caguengue (paloma). Hoy me entero que el Huracán "p" se llama, justamente Paloma. Idéntico a mí: indeciso, de gran circunferencia, errático...

Me basta con ello: ya poseo mi propio Meteoro.

17 comentarios:

Daniel G.G. dijo...

Jojoj:
"Idéntico a mí: indeciso, de gran circunferencia, errático."

A este post pudiste muy bien ponerle De caelo, pero es que ya se te va cayendo la obsesión.

Besos

Indio Cacama dijo...

¿Puedes preguntarle a tu papá físico si es posible que un avión en vuelo de repente caiga en picada incendiándose por una error del piloto?

Esponjita dijo...

Neto: le puedo preguntar... pero la teorìa de mi mamá física es que, si no fue un asesinato (nótese el condicional) pudo ser que pasó muy cerquita de otro avión más grande (el de mexicana) y eso creó una turbulencia, como la que pasa en la carretera cuando dos carros pasan muy juntos, en sentido contrario, a gran velocidad....

Danilo: sigo osesionada... y qué!

Daniel G.G. dijo...

Esa es pregutna como para un ingeniero aeronaútico no? El físico diría algo así como que la gravedad y la presencia de un combustible y un comburente permiten que eso pase; es decir, es posible dadas las condiciones, no más

Daniel G.G. dijo...

No creo que la respuesta de Mamá-física este muy bien: mira las condiciones de verdad del condicional

Esponjita dijo...

pero es claro lo que trato de decir, ¿no?... de todos modos gracias por decirme...

jijijiji...

digo: si fue un accidente, pudo ser que a, o b, o c. Si fue un asesinato pudo ser que aestrellita, bestrellita o cestrellita...
¿explícate!!

Itzel dijo...

Mire usted qué suerte. Yo vivo esperando que me dediquen un huracán y nada.

De niña nunca me preocupó que la luna pudiera caerse; tampoco me inquietaron los meteoros, con todo lo que quise a los dinosaurios. Pero cada vez que de la escuela nos llevaban a la basílica, temía en silencio a causa de las lámparas del techo, que me parecían un gigantesco panal de abejas, cuyas enfurecidas habitantes saldrían un día para devorarnos a todos. Hija de mamá cuentista (porque inventaba cuentos para mí), no tuve quien disipara mis errores, pero sí quien disfrutara mis imaginaciones.

Anónimo dijo...

A mi me espantaba unicamente la posibilidad de que mi papá o mi mamá murieran, yo era un niño chiquiado que vivia en una burbuja de proteccion hecha por ellos, asi que no pensaba que me pudiera pasar nada, hasta la fecha no me imagino la muerte como posibilidad propia, sino como algo que le puede pasar solo a alguien mas. incluso yo pensaba que todos lo veiamos así, porque uno es el protagonista principal de su historia y el héroe no puede morir sino hasta el final, pero un amigo cercano..... ¡cuidado!ese si puede morir (para el dramatismo de la historia).

además creo que como el presidenciable venía en un Lear Jet y no en una avioneta y ese aparato no cuenta con la maniobrabilidad, ligereza y sustentabilidad de una avioneta (o sea que es pesadísimo de a madres) y tomando en cuenta que para preparar el aterrizaje utiliza los flaps disminuyendo drasticamente su velocidad y por ende su sustentabilidad, bien pudo dar el sapotazo porque esos aparatos no planean si se pierde su empuje a baja velocidad.

Saludos

PP

Mérita Sujey Abad dijo...

Bien. Pienso que es usted muy divertida hasta para contar cosas -de algún modo- trágicas. En fin. Yo vine a contar que creo que mi casero es un asesino serial. Nada más. Eso debería mantenerme en estado de alerta, pero como que ya me acostumbré: sólo espero el día en que amablemente me haga entrar en su departamento para darme a beber alguna sustancia que me inmovilice pero que no melle mi sensibilidad, para luego proceder a desmembrarme, desollarme, lapidarme, destazarme.. . y todas esas cosas feas. Ojalá no.

Saludos, esponjita.

Miriam Jerade dijo...

Esponjis, no sabes la risa - un poco nerviosa- que me ocasionó leer este post, ya estoy en DF, y me da miedo -pero no de que se caigan aviones, más bien de lo de la pistola. Y bueno, se cayó con todo y Mouriño dentro, qué desgracia para los conductores con mala suerte.

Esponjita dijo...

El correo esponjoso para quien quiera verme (hablo de miriam específicamente, pero si alguien se anima, adelante) es (como ya podrían adivinarlo):

esponjitta@yahoo.com.mx

Esponjita dijo...

Itzel: qué miedo lo de las abejas basiliquíscas asesinas. A mí me daba miedo la catedral: pero era un terror inclinado (¿te acuerdas?). Mi madre tambièn hacía cuentos. recuerdo aquél rarísimo de cuando mi hermano llegaba al "infinito": una placa màs allá de la cual no se podía ir.
PP: tienes razón. Te pusiste muy estoico y senequista. Lo malo es que en una película uno sí se da cuenta de que se acabó, pero en un avionazo, ni uno se da cuenta del final.
Abad: ¡¡No!! cuidado con el asesino serial de su casero... mejor me invita y lo asesinamos nosotras.. muajajaja.
aleatoria escritura: no temas: la ciudad tampoco es tan peligrosa. los asaltantes chilangos son, más bien, buenas personas... siempre me han asaltado con mucha educación (salvo los pobres del micro, pero pagaron caro su falta de respeto: salieron huyendo hacia la delegación de policiía)

Salve a tutti

Alviseni dijo...

jaja "pájaro caguengue".

ojalá ese avión se hubiera caído sobre la casa de un cirujano que me cae de la ver... pero ya qué.

qué chido que seas hija de físicos, es la onda a mi me hubiera gustado una cosa así.

creo que también hubo por ahíun huracán tocayo mio...humberto, que es mi otro nombre.

saludos :)

PD qué chido que haya ganado obama

alitter dijo...

Qué visiones tan terribles la acosan. El común denominador en todos los eventos que describe es que son inesperados, y que causan mucho daño y muchas reacciones, precisamente porque sorprenden.
No se paniquee.

Esponjita dijo...

alviseni: pero los aviones no trabajan para satisfacer nuestros ocultos deseos, sino que satisfacen otros m´sa ocultos y perversos.... jajaja

alitter: no: el común denominador no es lo inesperado: es lo meteorológico...

alitter dijo...

Todas las catástrofes meteorológicas causan tanto daño justamente poerque son sorpresivas. La cosa es qeu usté se paniquea porque quire prever una cosa inesperada. Es como si esperara una fiesta sorpresa cada vez que abre la puerta de su casa... lo preocupante es su neurósis al respecto...

bandala dijo...

El suyo es el mejor post que he leido sobre el tema. Me cae.