Minúsculo bichito, has muerto. Brincaste durante horas sobre el monitor. Pero eras tan minúsculo que resultabas un buen punto, una elegante coma sobre el viejo texto. Eras un simpático acento verde (Fue quizás tu sino de fumador pasivo -haber pasado sin saberlo entre mis pulmones y el veneno- lo que terminó tu minúscula vida).
Muerto reposas sobre la cajetilla. La elegí como mesa de disección por el color blanco donde dice: fumar es causa de enfisema pulmonar. Ví tu color verde intenso y la elegante figura de chapulín (saltamontes) que te cargas. Patitas largas flexionadas para un largo salto. Pero en vez de las cáscaras que cubren los cuerpos de los chapulines, tenías dos pulcros pares de alas.
No faltará quien me acuse de haber esperado a tu muerte, estática, para contemplar tu movimiento. No faltará quien venga y denuncie a quienes contemplamos la vida quieta, como si ello fuera oxímoron de la vida. Pero yo veo en tus patitas flexionadas los saltos que pegaste, y en tus dos pulcros pares de alas, los vuelos que emprendiste.
El movimiento es la gracia que se nos ha concedido. Vemos todos los instantes sumergidos en la continuidad de las líneas, de los movimientos. Basta que dibujemos veinte bichitos en 20 esquinas de veinte páginas de un cuaderno, con posiciones contiguas, y luego las pasemos a razón de 24 cuadros por segundo, para representar el movimiento (¿todavía no se dan cuenta de que el movimiento es una gracia, ni de los bichos ni de nuestras articulaciones, sino de nuestros ojos articulados en intuiciones trascendentales?)
En el principio fue el Objeto de Spelke. Bultos móviles. Los bebes y las agnus pequeñitas apenas son capaces de ver masas que se mueven, que poseen continuidad espacio-temporal. Que caen y que tienen contacto mutuo. Pero entonces ocurre el milagro. Un buen día la agnus se hace oveja y el bebé cumple los 12 meses. Entonces el divino Intellectus toca sus molleritas. Los sensibles-comunes-objetos-spelkianos por gracia del divino Intelecto se cubren de una finísima capa que los arropa amorosamente, y frente a los ojos de la oveja y del bebé aparecen los significados. El mundo se puebla de mamilas, pelotas, lobos y mamás.
El bichito verde reposa sobre la cajetilla. Veo sus patitas, veo sus dos pares de alas. Adivino por obra y gracia de la cutícula que lo cubre (el significado), su pasado ser bichito, su presente ser cadáver.
(Pero aún existe un resquicio donde el Objeto-de-Spelke-Sensible-común-aristotélico se le escapa al significado-intención-percepción-accidental: ahí donde el prestidigitador mete las manos (ahí donde nos preguntamos ¡es un pájaro!... ¡no! ¡es un avión!... ¡No! ¡es Superman!). No es que la mano sea más rápida que la vista: sólo es que los ojos de Spelke (el sentido común aristotélico) son más rápidos que los ojos simbólicos que procesan el significado (el sentido accidental que va cargado de intenciones)
(ok: la culpa no nomás la tuvo Birondo... Casati también tiene su parte de responsabilidad)
La esponja que está a punto de comenzar una tesis sobre la intencionalidad y los bichitos verdes.
PD: OVIS TIMET LUPUM. ET VOS... QUIS ESTIS? ESTISNE OVIS? ALBUM LUPUM AMO
PD 2: OVIS TIMET LUPUM. ALBUM LUPUM SED QUOQUE ALTERUM HOMINEM AMO: OCULOS SPINOZIANOS HABET. GRATAM VOCEM PULCHRAS MANUS ANIMAM IGNEAMQUE HABET...
PD3: OVIS TIMET LUPUM... are you hearing me, useless man?
PD4: SED AMO ALTERUM HOMINEM PLUS: OCULOS AGROS, DULCEM CORDEM... ET TU, MINIMA OVIS, OFFENDISTI ILLUM... OVIS... DEBITA MULTA TUA EST... MULTI LUPI HIC SPERANS TE
2 comentarios:
Simplemente extraordinaria la descripción del ser que tenías postrado experimentando su finitud. Y no es que sea masoquista sino que me entusiasma tu capacidad de hacer de la muerte de un bicho algo sumamente erudito y lleno de sapiencia.
Mi querida esponjita, habla si y mucho de la intencionalidad porque es un concepto a mi parecer algo olvidadón desde Husserl.
Adoro leerte querida amiga, como me gustaría tenerte cerca para poder decirte "Esponjita vamonos por un café y a platicar de filosofía" y es que tienes tanto que enseñarme.
Un beso.
Mucho que enseñar, desde luego. Y requetebién que lo haces, esponjita filósofa, con ganas espero esta tesis ligada al bichito verde que malas intenciones tuvo.
Abrazote.
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