1.- La Ovis Nigra, al parecer, se acaba de enterar de la existencia de Paul Vincent Spade. No. Ni yo lo podía creer. Y se enteró gracias a un lógico del IIFs... La Ovis lleva doce años enseñando filosofía medieval en la UNAM. La Ovis ahora trae, según esto, la onda de las humanidades y el internet. Yo quiero a la Ovis. A pesar de todo. A pesar de que, por gracia suya, ahora están dando historia III un tipo que se supone estudia a Proclo, y no sabe nada de Edad Media (pero le hace la lucha: eso nadie se lo niega), y otro tipo que hace Foucault plus Agustín y que en el apellido lleva la penitencia (lástima: no les puedo poner el nombre: los buscadores de Google me tienen vigilada). Digamos que echa mucho rollo vacuo y casi casi se apellida "Rollero". Decía: yo quiero a la Ovis. Por eso me contuve y no me pitorrié de él en su feisbuk ante la vista de todo mundo. No le dije, por ejemplo, que el nombre del Albus Lupus lleva más de diez años en la lista de correos de Spade. Ovis timet Lupum... aut timebit mox.
2.- La hija de los botánicos se regresa en estos días a Cuernavaca. Me contó su vida amorosa: es más intensa que la montaña rusa. Y llena de sobresaltos y angustias. Ofrecí mi casa para resguardar las cosas que no alcanzó a empacar en la mudanza... a causa de un desaguisado amoroso. Pedimos auxilio del buen M. C. quién siempre ofrece mano (y carro) para cualquier menester amistoso. Ambos, Z. y C., son generosos. Me gusta su modo de ser, honesto hasta la exageración y generoso (por eso el Danilo, que odia a todo mundo, los quiere a ellos). C. llegó por nosotras casi a media noche porque se perdió en el centro de la ciudad. Llegamos a casa: compramos cervezas como para perdernos... pero no nos bebimos ni la tercera parte. Por fin tengo esos amigos que siempre soñé: nos la pasamos oyendo y cantando a Silvio Rodríguez. La "fiesta" terminó a las cinco y media de la mañana. La hija de los botánicos se levantó a las ocho, se bañó, negose a desayunar y prendió cigarro y bebió ácido café veracruzano que mi carnal me regaló. Y así, pequeñita, desvelada y casi en los huesos, fue a enfrentar a la gorda y gandalla portera de su edificio, quién lucra de la inocencia de mi amiga. Pensé en acompañarla, defenderla de esa monstrua gorda. Pensé, ya demasiado tarde, que no le sobraría mi apoyo contra esa energúmena de pacotilla. *sight*. Son muy honestos, ambos: Z. y C. Y eso a veces me lastima, y ellos no se dan cuenta. Algo de niños tienen en su corazón. Como cuando un niño en la calle me pregunta que qué cosa horrorosa tengo en la cara (el acné) y me dice que me veo fea, que me maquille o vaya al doctor. ¿Cómo ofenderse de alguien que habla honestamente, más honesto que el principito? Y sin embargo duele. (Pero a ellos, además de quererlos, los respeto)
3.- C. nos contó que le escribió angustiado correo al Demiurgo por un asunto administrativo. Se lo escribió a las dos de la mañana. A las dos y media el Demiurgo ya le había contestado. Antier el Demiurgo me contó que se fue de vacaciones a Ixtapa... sólo una semana: las otras dos estuvo trabajando. Es en esos momentos en que me muero de vergüenza, en que pierdo toda esperanza. En que siento que defraudo a todo mundo, en que me siento indolente, que desperdicio vida y tiempo y recursos. Y no los míos, sino los de los demás. Pienso en que se necesita mucha generosidad para trabajar tanto. Y carácter... y luego pensé (dada mi justificación determinista caracteriológica, o sea: yo no tengo carácter, ergo, se justifica que sea huevona)... decía: y luego pensé en una frase que ayer se me salió frente a Z y C: Si es que él tiene muchos defectos de carácter, lo que pasa es que jamás llegan a actualizarse (entiéndase en aristotélico). ¡Mecachis! Libertad y Determinismo... ese es el meollo. Y me vuelvo a morir de vergüenza.
4.- Hermosa la música de YES Cajinas (siempre escribo canijas y tengo que corregir... jejeje). Debo ir a Playa del Carmen a visitarla a usted carissima Laura, no sólo a ver playita. Le deseo mucha suerte: ya verá como todo se normaliza poco a poco. Sí sabia Diana: necesito vacaciones playeras: prometo no regresar a clases si no es tatemada... aunque sea en las playas de Ebrard. Y Bertín: digamos que no tengo suficiente pila para explicar el asunto, pero digamos que el problema tiene que ver con el principio de individuación de las Almas, con la Enéada 6.7 de Plotino, con la invención de la Mónada de Leibniz y con el horizonte de interpretación y el estado de yecto heideggeriano en el lenguaje como solución a ese problema. ¿Cuál problema? Cómo es que habemos almas diversas, multiplicadas según nosotros por sus operaciones, incapaces de comunicar los contenidos que están "detrás de la piel", y sin embargo, todos tenemos acceso a la verdad (bueno: digamos mejor: podemos aprender y enseñar algo). Puede perseguir el problema también en el De Magistro y el de Doctrina Christiana de Agustín (no se deje llevar por los nombres), la misteriosa naturaleza de los lektá de los estoicos, la teoría de la intencionalidad en Avicena, la abstracción en Averroes, el misterioso invento de las species inteligibles de Tomás, y eso que llaman el giro lingüístico del siglo XIV en Duns Scoto y Ockam (cosa que todavía no entiendo muy bien.. pero vaya a la página de internet de Paul Vincent Spade, búsquele ahí un librito que se llama Thoughts, Words and Things: And Introduction to Late Medieval Logic and Semantic Theory, y entenderá mejor lo que digo)... y luego pensar en el misterioso giro copernicano, en la filosofía del lenguaje contemporanea, en Wittgenstein citando a Agustín (tramposamente las Confesiones, no el de Magistro) y verá, querido, que los filósofos nos la hemos pasado dosmil quinientos años tratando de resolver la misteriosa pregunta del Menón de Platón, con cuyas palabras inician los Analytica Posterior de Aristóteles.
Le advertí que no tenía pila para explicarle el asunto. Pero prometo, una vez que terminé por fin con Tomás, regresar y explicarle mi hipótesis (que de todos modos, no debe tomarse muy enserio)
La esponjis
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