Y fue el día del cumpleaños.
El rito cumpleañero exige una comida exótica. Pero el restorán árabe ya no estaba donde antes, y tantas veces hemos ido que hace ya tiempo dejó de ser exótico. Pensamos en el brasileño o en el cubano, o incluso experimentar comida colombiana o alemana o... se nos acabaron las opciones. Y pensamos que jamás habíamos ido a un restorán argentino decente, y nos decidimos por el primero que apareció sobre Av. Insurgentes. Y me llevaron a comer churrasco y vino y jugo de carne y empanadita... argentina, por supuesto.
Y en vez de Alfajor (que mi madre pidió y se sorprendió al ver el desmesurado tamaño de la galletota con dulce de leche) pedí helado de vainilla y muchos cafés expressos cortados.
Y luego fuimos a la Cineteca y vimos "El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante", de Greenaway, muy a propósito de los banquetes y los excesos. Y antes tomé más café cortado expresso, y fumé un cigarro (y por ser día de mi cumpleaños, nadie me lo recriminó). Y en la complacencia más absoluta, ya cerca de las once de la noche, me llevaron al Sangrons y pedí pastelito de merengue de huevo, con sus respectivas florecitas coloradas, y más café (pero ese sí fue café Sangrons, legítimo quemado e infinito).
Y me aguantaron todos mis rollos sobre el amor, los amigos, las sustancias intermedias. Y en la película vi vestidos rojos hasta quedar saciada.
Y me regalaron unos aretitos rojos, pero la oreja izquierda se negó a ser penetrada por el pendiente, y no me quedó más remedio que lucir el collarsito que venía a juego.
Y fui feliz.
Y yo sigo con esta incomprensible disciplina de escribir diariamente un poquito acá en el blog. Y cómo ya entendí que el problema con Tomás es averiguar qué son las dichosas sustancias intermedias, aquí me tienen pizcándole al latín y al comentario sobre el Liber de Causis... y soy muy feliz porque ya el francés y el latín me son tan fluidos como el inglés (tan fluidos que de repente descubro palabras rarísimas como dwell y ahí me tienen de nuevo sobre el diccionario... y luego una palabra rarísima como wale -todo porque en el baño habita ahora Moby Dick- y la traducción resulta todavía más misteriosa: 'canutillo'... y me preocupa no saber ni castellano. Y es que pensé en las chaquiras esas largas como popotitos -pajillas, les dicen fuera de mexicalpan de las tunas- y me pregunto si a eso se refería aquello... ¡zaz! y me acordé de una rarísima novela de un argentino que vivía en México en su novela, y se sorprendía de que acá a las tortas les dicen pastel, y que si acá uno pide una torta, le preguntan que si Cubana o si de milanesa de pollo. Y que tostada no es una tostada sino una tortilla frita, y que tortilla no es de huevo, sino un pan circular de maíz sin levadura... y que si acá uno quiere una tostada debe pedir un pan tostado, so riesgo de que le traigan la dichosa tortilla de maíz (base religoso-mítico-identitaria de la comida mexicana) untada con frijoles, con pollo deshebrado, harta lechuga, crema ácida y un poco de salsa de chile... o sea, de ají. Y el escritor entonces descubre la ridícula palabra "popote", nombre dado acá a las pajillas, y en vez de hacerse una paja pensando en su novia, muy coherente con el nuevo descubrimiento, él se popotea... Y luego Daniel se pregunta si allá las playeras se llaman remeras porque la gente no va a la playa sino que se pone a remar. Y yo me acordé que en Guatemala a los refrescos les dicen aguas frescas y a las aguas frescas, refrescos, y lo raro que era pedir un refresco de horchata y un agua fresca de cola... ¿qué quiere decir que yo sepa castellano? "pus sepa la bola", diría mi papá, aunque en San Luis Potosí mis amigos decían "pos sabe" (en vez de ¿quién sabe?). Y allá en San Luis la gente no "borraba" errores con la goma de borrar, sino que "desborraba"... influencia andaluza, eso de la doble negación, dicen en Filológicas).
Me voy pues, que hace dos horas que ya no es mi cumpleaños. Y agradezco en el alma y con todo el corazón (sea pues forma sustancial de mi cuerpo, o misteriosa sustancia intermedia entre las eternas y las corruptibles) a todos aquellos que vinieron a felicitarme. Los quiero... y para todas ¡¡Vestidos Rojos!!
La esponjita treintona que va'pa solterona (aunque el Danilo promete que no)
7 comentarios:
No: yo dije: "si las playeras se llaman remeras, los argentinos irán a la rema para el veraneo?" Perdona, pero es mucho más gracioso así.
Otra vez felicidades, joven esponjita. Me alegro de que lo hayas pasado así de bien y que pues los lenguajes es lo que tienen...
Besos.
¿Entonces sólo usan playeras para ir a la playa? Lo que se viene a enterar uno.
Muy lindo post.
Saludos
Esponjis que bello cumpleaños el que has pasado me alegro mucho por ti
Jo jo, Luc me ha matado de risa esta vez, aunque habrá que ver si "para el veraneo" no introduce un valor modal que se elimina con el "sólo" en su respuesta... Claro que ya parecería yo filósofo del Instituto.
(ooops)!
Jo jo, Luc me ha matado de risa esta vez, aunque habrá que ver si "para el veraneo" no introduce un valor modal que se elimina con el "sólo" en su respuesta... Claro que ya parecería yo filósofo del Instituto.
(ooops)!
No entendí la respuesta de Daniel. Si nos ponemos en filósofos analíticos hay una réplica mía pero no precisamente una respuesta, sino una pregunta. ¿No entiendo por qué el valor modal del "para el veraneo" se cancelaría con mi "sólo"? Más misterios del lenguaje y la comunicación. Aunque pese a otros filósofos creo que la traducción no sólo es deseable sino posible.
Saludos.
Luc (discutiendo desde "Bizancio")
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