03 octubre 2009

300

Esta es la entrada trescientos.

Estoy en Puebla.

Memo opina que estoy mal.

Lo mismo opinó el Danilo.

Mi mamá nomás me dijo que era normal. Que no me lo tomara tan a pecho.

Pero me lo tomé a pecho (nunca había escrito "tomarse algo a pecho": no sé si se escribe apecho o a pecho: quién sabe: déjenlo en preposición y pecho)... y me juyí a Puebla de los Ángeles.

Los dejo: tengo que Puebliar...

Dijo la esponja, corresponsal desde Puebla

PD:
La geografía poblana es rarísima.
En el centro las calles se llaman Oriente 5 Poniente 32, o Norte 4, Sur 8. Me tardé mucho tiempo en dar con el sistema de reglas: las Oriente por arte de magia se vuelven Ponientes, y los mismo las Sur-Norte. Lo que sí jamás entendí fue la división geográfica que provoca tal cambio.
Durante mucho rato creí que todas las norte-sur eran pares y las oriente-poniente nones, pero no, no... resulta que en unos lados es de un modo y en otros de otro.
La cosa es que duré perdida un buen rato porque Norte-Sur 2 estaba cerrada, y parecía la única vía de acceso al centro.
Ah! y cosa más curiosa: le digo a los angelopolitas: "oiga: tengo que ir a Poniente 5, entre norte 23 y 25, ¿cómo le hago desde aquí, Boulevard 5 de mayo?"
"Pues se va por Reforma hasta que llegue a Juárez (instrucción más o menos así dicha).
Sí, oiga, pero yo jamás había venido a Puebla, y no sé cuáles son esas calles"
"Ah, pues entonces agarre Juárez y se fija cuando llegue a Reforma".

Segundo intento:
"Se va por esta calle y... una, dos, tres... a la cuarta da vuelta... pero aguas: dése vuelta por allá porque si no le pegan>" (aclaración: los boulevares aquí tienen vocación de Av. Insurgentes: no hay modo de dar vueltas en U ni de cruzar... pero no existe, salvo en frente del Sangrons, ninguna manera de dar esa vuelta que no sea internándose por otras callesitas. NO es que me fuera a pegar alguien enojado: son los carros.).

Tercer intento:
Váyase todo Norte 2
Norte 2 estaba bloqueado. Pero no había aviso alguno (no, miento: sí había... pero dejen les explico: resulta que el letrerotototote naranja que decía: cerrado, "búsquele por donde irse" era como invisible: y un montón de carros llegamos a la calle cerrada, y nos fuimos de reversa. Un montón: incluídos el 99 % que eran angelopolitas.

Cuarto intento: Reforma (al fin conocí la tal Reforma)... Llegué.

Los angelopolitas son de lo más educado, simpático y buena onda. Son todos unos caballeros, no importa si es el esmirriado güerito con porte inglés (chin, me acordé de alguien, no precisamente güerito) de la recepción, o el taxista que va escuchando reggeton: la caballerosidad es de la misma calidad.

Mañana iré a conocer, por fin, la CATEDRAL de Puebla... y procuraré averiguar la leyenda de los ángeles...

Porque, verán, tenía que venir a una ciudad construída por ángeles... yo, que hago mi tesis del Intelecto Angélico...

Angélica, la esponja

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, pasa la primera vez. Pero vaya, viviste en Mérida, donde dan las direcciones "entre", así que no creo que te cueste trabajo. Piensa que sería peor en cualquier país sudamericano donde hasta el correo entiende por "a doscientos metros de Goodyear" o cosas por el estilo.

La solución, como en todo: compra un mapa, o dibújalo si no lo hay.

Más que la catedral, no olvides la capilla de Nuestra Señora del Rosario, obvio en Santo Domingo.

Todo tiene en Puebla un sabor taaan conservador (y no lo digo por el beato incorrupto de la entrada) A mí me parece, por ejemplo, muy bueno que las ciudades hayan perdido ya sus ridículos nombres de heroecitos nacionales y vuelvan a llamarse como siempre.

Besito

Anónimo dijo...

Por cierto que precisamente las únicas calles con nombre propio son las que dividen geométricamente la ciudad vieja:

Reforma -que se convierte en Plafox y Mendoza, ¿no te digo que son conservadores? no es Oaxaca, caraxo- convierte el sur en norte,

y 16 de septiembre- 5 de mayo (acá si se respeta la cronología), el oriente en poniente. Ojo con pares y nones.

Traé alfajores (o en su defecto tortitas de Santa Clara)

bandala dijo...

Le deseo suerte en su periplo angelopolitano. A mi también me hace falta una escapada, así que aquí aplica el término "envidia de la buena" (¿habrá estándar, regular o segunda clase? misterio).
Abrazotes y los mejores deseos, ojalá a su regreso haya oportunidad de más que un brindis con rompope y camotes.

Sybila dijo...

Jejejejeje no se preocupe, yo soy poblana y también me pierdo... pero eso sí, cuando invito amigos al centro de Puebla, no se quejaran de que lo recorrieron bien (aunque hayamos pasado por la Capilla del Rosario unas tres veces).

Puebla es como un plano cartesiano. Antes tenía la sospecha de que, acostumbrados ya a las calles caóticas del D.F., llegar a la ciudad de los angelitos con pares y nones era muy confuso.

Ahora no lo sé. Desde que conocí Morelia no he dejado de pensar que si existe una ciudad bien trazada -al menos en sus inicios- era esa.

Saludos angelicales.