25 febrero 2010

Notas pegadas


actualización: ¡jajaja! vean la imagen (pínchenle y se agrandará)... ¡¡¡justo eso fue lo que pasó hoy!!!... jajajajajajajajajaja...

(es que tenía un post llamado notas sueltas).
(si yo diera con mi blog, me preguntaría qué otra cosa hace la esponja además de bloguiar... ni tanto, ni que fuera tan buena)

1.- Hoy caí en la cueva de Alí Babá. 21 libros me costaron seis mil pesos. Seamos honestos: el librero no tiene la más piripínguica idea de qué es lo que está vendiendo: a precio real, aún siendo usados (y varios sólo se pueden conseguir en ese estado), calculo, sin exagerar, que aquello hubiera salido, cuando menos, en 15 mil... y encima regateé... ya veremos cómo comprar croquetas, bisteces y renta (por favor madre anónima: no opines, deja me azoto)

2.- Ayer mi anónima pero muy verdadera madre quejose de que no dijo aquello que dije que dijo decir. Y... bueno... cuando uno refiere viejas conversaciones tiende a proyectarse. Pido disculpas a mi progenitora por mis exageraciones.

3.- Hoy tuve un conflicto, de otra índole -más bien intelectual- con un alguien, justo por las razones inversas que el que tuve con mi mamá: a ella hube de explcarle que la carta metida en el sobre, metida en el morral del cartero (qué anacrónica me vi) carece de significado. Ella transporta un código que despertará en nosotros el significado. El código no "significa": es una herramienta que transmite significados (que cosa tan misteriosa). Hoy, al revés, intenté argumentarle a 'alguien' que en el mundo aristotélico (al cuál pertenece nuestro amado Avicenna), el mundo tiene sentido: significa desde sí mismo y no desde el cognoscente. Al final, como dicen los españoles, me quedé toda liada. Mejor me quedo en mi religión solipsista-genimalignesca.

4.- Cierto Lobo ya se desesperó de mis esperas. Espero, en verdad espero, que la Musa llegue hoy con la misma fuerza que ayer... y que sí haya yo -la tarada y lenta de yo- escaneado el pedacito que necesito. Ojalá que tanta espera sea satisfacida con creces. La disciplina prusiana que se necesita para escribir me vino hoy en la forma de un sarcasmo ex prusiane: él es mi cachito de Europa, y uno no puede andar desperdiciando cachitos tan difíciles de conseguir.

5.- Él es mi cachito de Europa. Si él no hubiese aparecido de la afortunada manera que apareció en aquella lista de materias de maestría (pues la Fortuna parece estar obrándolo todo), el inusitado encuentro que hoy tuve con el libro más difícil de conseguir del mundo, no hubiera ocurrido. Y la excesiva emoción -que espantó al librero a causa de mi grito- que me provocó leer: Commentarium Magnum in Aristotels De anima libros ed. por Crawford... en pasta dura, en perfecto estado de conservación... no se habría dado. Porque la intentio que ese libro produjo en mí, proviene de una larga cadena de afortunados eventos donde, el principal, fue hallarlo ahí, en el momento correcto... todo lo demás, habrá de venir por añadidura.

Ya me voy, que a aquél que da significado a todo lo futuro que venga, tengo que entregarle bonito texto... deseenme suerte...

La esponja intentiva

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