27 mayo 2010

Crí-Crí



Anoche estaba yo sólo y vino el lobo,
y vino el lobo
Me dijo dándome un grito
¡a que me como tu borreguito!
Cri Cri

Érase una vez un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.
Había también un príncipe malo,
una bruja hermosa y un pirata honrado.

Todas estas cosas había una
vez
cuando yo soñaba el mundo al revés.
Paco Ibáñez y Amparo Ochoa


Crí Crí, además de ser el más famoso y prolífico autor de música infantil en México, fue uno de los primeros astrónomos mexicanos. Por eso hay un observatorio que lleva su nombre.
Nunca le había puesto atención al textito en ‘latín’ que dice el cura-Pingüino en El casamiento de los Palomos de Crí-Crí:

Levantativis tum gentis maleficorum
quibus maleficis non tromipiatis tropetiatis
tropecium andaratis andatorum
matrimoniatis
per saecula saeculorum

Eso de trompiatis tropetiatis lo decía mi abuelita… hasta que hoy me explicó mi mamá: se usaba para decir ‘se ha dado un tropezón’ refiriéndose a las razones por las cuales alguien tiene que adelantar la boda –comerse el pastel antes de la fiesta… etc-. Nótese el andaratis: andarás y el tropecium: tropezón; latín macarrónico. Cuando era niña no entendía por qué había una sección tan terrorífica en una canción tan alegre. Luego oí Gato de Barrio. Menos entendía yo porqué en la noche, en la ciudad, se oían unos cochinos –y qué de encantador podía tener el barrio descrito por el gato. Pero después de ver Los Olvidados de Buñuel todo queda claro. Y cuando el gato canta: “si no es más que la pura verdad” sospeché que aquello era una protesta porque a Buñuel lo corrieron de México justo por retratar tan bien los barrios de la Ciudad. Sin embargo, Cri-Crí tiene unas canciones de lo más terroristas y moralinas. Gran ejemplo:

Entran las brujas por las ventanas
siempre se esconden bajo las camas
crik-crak, crik-crak

y con miradas bizcas echan chispas para quemar
a los muchachos tontos que no quieren estudiar

Y yo nomás me pude acordar de la versión roja y revolucionaria de Amparo Ochoa: Protesta Infantil:

Protesto, protesto y vuelvo a protestar,
con las mentiras debemos acabar,

a los embusteros hay que desmentir,

basta, basta ya de decir:
que viene el coco
que viene el lobo

La bruja de la escoba

(¡ni que yo fuera boba!)


Pero se entiende: según narra la película protagonizada por López Tarso, las canciones eran respuestas a cartas que llegaban a su programa de radio, donde se acusaba a niños traviesos. Y al final tenían un afán de educar –muy al México de los cincuenta… medio victoriano: un poco violento, un poco incoherente, un poco terrorista. Pero tiene otras canciones realmente bellas. Y Daniel tiene razón: los efectos sonoros son divertidísimos. Les encargo sobre todo los Conejos Panaderos, El Negrito Sandía (a pesar de que hoy no hay canción más racista y políticamente incorrecta, aunque está la Negrita Cucurumbé para redimirlo), y la del Conejo Blás que luego le cantó Pedro Infante a la Tusita… Y vaya que era políglota –y lleno de clichés-: Cri-Crí se pone a hablar en chino, árabe (gran frase que acaba: jarabe tós), ruso, francés y, ¡ja!, sobre todo latín. El único que no es un macarrónico es el inglés del Ratón Vaquero. Bueno… y el alemán del tío de Mi amigo Hans… o más o menos:

Mi amigo Hans tiene un tío alemán
que es un señor muy enojón

sin más ni más le prohibe
que se junte con nosotros para irnos a jugar.

No hay que tratar de querer salir,
le dice Nein! Hans gut as nicht!

Metido en una pieza sin que saque la cabeza,
al muchacho no le pega nunca el Sol

Pues quiere que el sobrino sea sobrenatural
sabiendo cinco idiomas y hasta cálculo integral
clavado en sus libros el chico suspira,
bosteza,
se estira,
¡Pobre Hans!


Ok… nomás por eso voy a ponerme a estuidar… ¡Ay Cri-Crí!, es que eres un incoherente: Hans no quiere que le salgan brujas por debajo de la cama…
Y claro, cuando me muera, y a propósito de la tesis de los Lobos y los Borregos, quiero de epitafio esta estrofa del Chivo Ciclista:

Iba el Chivo Piocha en bicicleta de alquiler
¡Que valor derrocha en sus ansias de aprender!
pero el chivo se hizo bolas sin saber qué hacer...
¡Que se cae! ¡Que se cae! ¡Qué se cae! ¡Que se cae!
(beeeeee… o sea: se cayó)
todo es cuestión de practicar…


La esponja que extraña a su hermana Aurora

PD: Si alguien quiere que le pase el disco... pos nomás pídalo, que cabe en una memoria USB o lo puedo subir para que lo descarguen

5 comentarios:

luciana Rubio dijo...

Me gustó el análisi del barrio y su conección con los olvidados de Buñuel.

Lukas Rybensen dijo...

Impresionante. Lo voy a buscar, me siento mal con las canciones tan tontas que nos cantaban a nosotros sobre teteras de porcelana, faroleras que tropezaban, maderos de San Juan y otros.

Saludos (cada vez más cercanos)

Unknown dijo...

Si la vida me lo permite, algún día aprenderé Latín. ¡Es tan hermoso!

Me gusta encontrar alguien más que encuentre en las canciones de Crí-Crí mucho más que canciones infantiles. Desde hace mucho me han parecido algo que raya en lo macabro.

De pequeña, no me gustaba mucho Crí-Crí. :( Quizás intuía algo. Quizás no.

Buen análisis. :)

Anónimo dijo...

esas canciones son todas de Amparo ochoa? o hay algun conjunto o artista que las cante? si me pudieras responder porfis :)

Zchymczyk dijo...

Bueno, y la traducción de lo del cura pingüe?
Tal vez cri cri tenga canciones que son sabandijas relamidas, por eso quise saber que dice la dichosa canción en ese fragmento en latín, antes de ponerle a mi hija algunos ritmos extraños y mejor darle a oir a Nirvana!