09 julio 2010

Cristales Líquidos


Son las seis de la tarde. Salgo de la clase de guitarra y, para mi enorme sorpresa, B. está sentado en una de las jardineras de la Prepa. Yo estuve enamorada de él desde la primera vez que lo oí tocar la guitarra. Es un tipo alto (más allá del 1.80 pierdo la noción de la estatura, por eso me sorprendió tanto descubrir que al D. le sacaba diez centímentros el L., y luego que al L. le sacaba diez centímetros Hulz... entonces me dí cuenta de que más allá del 1. 75 todos los hombres me parecen infinitamente altos).

B. es un tipo alto, de manos grandes, moreno y los ojos y el cabello negrísimo. Y toca flamenco. Desde la primera vez que lo oí, quedé prendada de él. Pero hay más: es un chico listo. Altísimo promedio (en secreto compito con él. Traté de sacar mejor promedio que él. Nunca pude sacar MB en Química pero él sacó una horripilante S en etimologías. Empatamos). Pero hay más. Él cree en Dios. Y ese último detalle nos permite tener larguísimas pláticas sobre si Dios existe o no, sobre qué es Dios. Es protestante. Nos entendemos a pesar de mi terrible esceptiscismo. Lo escucho. Creo que sabe argumentar. Pasamos horas hablando de Dios. Él afina mi guitarra y yo sueño con él.

Esa tarde está ahí, sentado en la jardinera. Él, desde los seis años, me dice, sabe que va a ser Médico: por eso se inscribió al área 2.
Yo me inscribí al área 2 por indecisa. Yo quería ser Física, como mis padres. Yo quería estudiar Astronomía después de ver Cosmos de Carl Sagan a los ocho años. Yo, desde los ocho años sabía que quería ser astrónoma (o escritora... no me decidía). Pero por más intentos que hacía nunca sacaba MB en matemáticas (sacaba B... siempre B). Y lo que me partió la madre fue el día en que el Chaparro me dijo (mientras resolvíamos la tarea de Geometría Analítica) pero que falta de imaginación... imaginación... caramba: esa siempre fue mi cualidad más laureada y ahora resulta que no tengo imaginación para resolver una ecuación... me dió pánico ser una Física Mediocre, una doña nadie incapaz de comprender el corazón del universo. Ser no excelente para las matemáticas me alejaba de mi dorado sueño de ser Física. Así que no me inscribí al área 1... pero ¿qué ser si no Física? ¿investigar el origen de la Vida? ¿ser Bióloga? En lo que tomaba la decisión, entré a área 2... junto a B. Porque esa fue una de las razones: B.

B. Está sentado, inusitadamente, en una jardinera de la prepa. Me saluda. No trae la guitarra y si mucho aburrimiento, así que está dispuesto a platicar conmigo. Yo le doy mil vueltas al asunto: ahora sí le declararé mi amor... pero no me atrevo. De entrada sé que él está enamorado de la chica que baila flamenco y que va a estudiar Ingeniería Química (porque es una carrera pesada y difícil... más difícil para una mujer, pero aún no lo sabe).
Era hora de meter el 'pase automático'. Tengo promedio de 9.4: puedo elegir cualquier carrera, de sobra sé que me la darán. Había elegido Biología. Pero después de una dura discusión con la maestra de Química y Física, ella, exasperada me mandó a estuidar filosofía. ¿La razón? Yo quería saber si más allá de los linderos del universo (de ese Universo platicado por Sagan) había tiempo y espacio. Ella dijo que aquella pregunta era más propia de los filósofos. La alternativa entre vivir entre cajas de Petri (y aprenderme al odiada química inorgánica), o bien preguntarme por la naturaleza del tiempo y el espacio lanzó la balanza a Filosofía... una carrera de TERCERA opción. Yo tenía mi promedio de 9.4... pero elegí una carrera para gente de promedio bajo 7 y con retraso en la prepa...

B. está sentado en una jardinera de la Prepa. Son las seis de la tarde. Me saluda. Entonces le cuento ¡voy a estudiar Filosofía!
¿Filosofía? ¡¡Pero Paloma!! ¿Por qué te vas a desperdiciar de esa manera?
Pero... ¿por qué dices eso? (mi cara se tornó amargada, mi alegría se desvaneció... el amor de mis amores, elegido por su sutil espíritu estético y religioso, por su inteligencia destacable, tachaba mi decisión de estúpida).
¡A quién le interesa la Filosofía! ¡Solamente a los filósofos!... si es algo que no le interesa a todo mundo, algo debe estar mal con ella (palabras más, palabras menos).
Bueno, puede ser que a alguien no le guste la música y no por ello dejarías de hacerla ¿no?
Sus enormes ojos negros se me quedaron viendo indignados:
¡A todo mundo le gusta la música!
Me sentí desarmada: es verdad... ni yo sé por qué se me ocurrió semejante argumento. Quedé callada...

Quedé callada 8 años. Entonces comprendí que no todos los hombres son músicos. Pero todos son melómanos. Entonces compredí que no todos los hombres son filósofos... pero todos poseen una cosmovisión del mundo. Por ejemplo: ser Protestante es asumir una antropología, una cosmología, un moral. B. es un usuario de la Filosofía. Yo entré al Conservatorio de Cosmogonología...

B. me toca la espalda. Han pasado 8 años después de aquella conversación. En un sólo momento quiero decirle cuánto, cuantísimo estuve enamorada de él, decirle cómo ahora poseo la respuesta a aquella pregunta que tanto me angustió. Para mi sorpresa veo también cómo aquél al que tanto amé ahora me parece un vulgar y simple ser humano. Ya no es extraordinario, ya no levita frente a mis ojos. Nos despedimos.

Cuatro años después (12 después de la conversación en la Prepa), B. me escribe un correo. En estos años, después de Medicina estudió Homeopatía. Necesita un Filósofo que le ponga nombre a un nuevo marco conceptual... se explica: la base metafísica (él no usa tal palabra: para él metafísica es sinónimo de diosito o Conny Mendez) de la Homeopatía es el Vitalismo. Él quiere un nuevo marco teórico que sea coherente con al quimico-física contemporánea. Necesita un filósofo para ello (¡¡¡B. necesita un Filósofo!!!)... pero B. no creo que sepa para qué servimos los filósofos... yo no estoy capacitada para tal tarea. Sin embargo acordamos vernos para discutir el asunto a fondo.

B. está sentado, inusitadamente, en las escaleras de Bellas Artes. Voy nerviosa: hace cuatro años no lo veo. Él me ve, se acerca hacia mí y me abraza (mientras enloquecía por él sólo me dió un abrazo de fin de año. Ahora es pródigo, pero ya no estoy sedienta. Pero es un bonito abrazo amistoso). Discutimos... mejor dicho: él me da una clase sobre sus planes. Pero para que funcionen, todo depende de demostrar que el Agua (la vulgar H2O) es capaz de formar cristales... en estado líquido... cristales que guarden la memoria de sustancias que antes estuvieron en contacto con ella. Le explico: eso no lo vas a poder probar. Y si no puedes, más vale que te quedes con el mundo vitalista y metafísico de Hanneman... Sin embargo decido aceptar aquello: preparar un curso sobre la historia de la medicina, de la homeopatía, de cómo finalmente el paradigma vencedor fue la alopatía (mucho Foucault, mucho Kuhn)... pero entre más investigo, más trabajo me cuesta defender aquello.

B. está sentado inusitadamente frente a mí. Habla de cristales líquidos, habla de la memoria del agua... y yo... y yo no dejo de pensar en aquella tarde, hace doce años, cuando ambos teníamos 17 y yo lo amaba como jamás amé a nadie... pero el amor acaba, descubro.

3 comentarios:

Eje Z del Gizmo dijo...

Eso de los cristales en el Agua me suena a aquella pelicula donde hablan sobre el Dr. Masaru Emoto.
Pero bueno...

Todo el asunto con lo del cristal en el agua es sobre eso y aquella pelicula?

Bueno aunque eso del Water Crystals es algo bastante añejo, quizas fue buena escusa para verla en persona.

chirinola dijo...

Comparto y celebro el sentimiento, diferentes caminos para llegar a la conclusión q el amor acaba y con ello el psicoanálisis esgrime q todo es cuestión del influjo de narciso en nuestro deseo-Sólo amamos lo que fuimos ó lo q queremos ser... Mi decepción amorosa esponjita ocurrió justo antier, fue durante un sueño...El hombre que durante muchos años fue mi obsesión andaba arrastrando las cobijas por una chica de apellido Gaudín y acariciaba un lujoso auto -supuestamente de ella- con un dejo de ternura.Entonces yo caía en la cuenta q trataba de ganar una batalla por lo demás perdida y mi certeza era absoluta. Al despertarme me sentí liberada de la fuerza de mi pasión aunque perpleja ¿Por qué Gaudín?¿Quién se apellida así? ¿Que pude haber relacionado con este apellido que nunca antes escuché nombrar? Al darse por derrotada mi memoria acudí a Google y resulta que las primeras entradas corresponden al nombre de una compañía de las vegas que vende autos lujosos. No sé en que momento mi inconsciente registró todo esto pero este chico es por cierto Ingeniero automotriz y trabaja en una compañía de autos de una manera por lo demás adictiva, por ello siempre q concertábamos una cita tenía doble turno en la empresa o llegaban sus jefes a supervisar la fábrica y tenía que atenderlos.

Total que ya me dí cuenta que este chico solo puede amar motores y escapes y jamás jamás podré hacerme un rinconcito en su corazón.

Triste pero ora si que ni en sueños se me hizo realidad anudar una vida junto a él -En cuestiones de deseos quizá creía q al estar junto a él tendría una magníica carrocería jajjaa-

Esponjita dijo...

Miguel: pos acá el compa B (¿te acuerdas de él?) hablaba de cristales líquidos en el agua, cosa que a mi mamá le pareció imposible... pero aunque no lo ceras, al final sí mencionó al Japonés ese (y me dejó con una perplejidad de la que no me puedo curar). No creo que le interesara verme en persona por razones personales, je. Y debí aclarar, fue mi primer amor PLATÓNICO... que conste ¿eh?.

Chirinola: Oiga, qué gustazo y honor tenerla por acá. Creo que respecto a los amores platónicos TIENE TODA LA RAZÓN el psicoanális tal como lo pinta usted: amamos lo que queremos ser (y siento una revelación al respecto... sí... y bueno, pensando en el mismísismo Platón y su Banquete, creo que la cosa se confirma más)
En fin... tarde o temprano llegan los amores no platónicos. Entonces tenemos frente a nosotros a otros muy distintos a nosotros. Y ese amor es más verdadero (creo yo). Y ellos llegan sin que uno los vea venir, casi por accidente, sigilosos. Y yo he experimentado por dos veces tal prodigio y me siento afortunada.
En fin, un placer tenerla aquí. Sus palabras son siempre lindas y sabias.