No estoy bien.

Y vino el artesano. Y, ¿qué mejor que sus manos para encordar a esta vieja guitarra, con el puente roto y el diapasón desarmado? Había que pulir, que barnizar y afinar a la vieja mandolina. Y, ¿quién mejor que las hábiles manos del artesano? Forjador de destinos, arquitecto de voluntades?, Y, ¿qué mejor que el corazón de músico y los oídos finos y afinados?

Pero me acabo de dar cuenta de algunas cosas, y por ellas escribo este manifiesto:

a) Tengo un orgullo de la chingada.

b) No tengo miedo de morirme. Ya me iba a morir una vez y no me dio miedo. Tampoco sentí nostalgia por la vida. Así que no me salgan con que la vida es bella. También es prescindible.

c) No soy responsable más que de Chupacabras, Qualia y mis dos plantitas. Por eso no tengo hijos. Así que no me chantajién con que soy responsable de no sé cuanta gente en el universo y que por eso no me puedo suicidar. Por eso no tengo hijos: para no tener cadenas de ningún tipo. Y si no me gusta cómo me está saliendo mi vida, pos la echo a la basura, y sólo Qualia y Chupacabras tendrían motivo para recriminármelo. Si eso los hace sufrir mucho, pues déjenme sola.

d) Lo único bello que hay en mi vida, es ese pinche juez que desprecia al 99% de la humanidad. Incluida yo. Así que no me salgan con que tengo que ser humilde y matar a mi Ego malévolo y aceptarme como soy. NO ME VOY A ACEPTAR COMO COCHAMBRE DE ESTUFA. O soy lo que quiero ser, o me echo a la basura. No hay medias tintas ni arreglos a medias. Nada.

e) Si voy a volver a tener pareja, va a ser alguien a quién yo quiera y que se me antoje, y más le vale que me quiera y que me le antoje. Nada de segundos platos, ni maricones marca daniel, ni nada de eso. Y si no es alguien con quien pueda cantar "porque amor no es aureola ni cándida moraleja, y porque somos pareja que sabe que no está sola" pues se puede ir ya directito a la chingada.

f) Y estoy haciendo mi tesis PORQUE ES UNA TESIS CHINGONA. Y le digo de una buena vez al asesor que le meteremos la cosa esa "teórica" aunque tenga que atragantarme de Evans, y Bermúdez y McDowell. Y aunque eso implique empezar desde Frege, y dios nos libre que eso no signifique regresarse a Tales de Mileto... ¡porque voy y me regreso! (total, ya sé griego).

Bueno... al final de cuentas mi Arcángel y su flamígera espada obraron milagros. Me recordaron que soy orgullosa. También soy de manso corazón, y sí: heredaré la tierra.
Y me gusta oírlo hablar de su trabajo: decir cómo le confecciona a los violines sus puentes y sus piezas. Y cómo dice: dije que iba a hacer a ese violín funcional. Y de pronto vi que no se iba a poder. Pero pues ya había dicho que se podía, y tenía que encontrar cómo. Y no paré hasta que lo logré.
Es que, vean, para ser Arcángel hay que tener huevos.
En cambio los profetas son rete maricones. Lo malo es que soy tocaya del más maricón de todos: del pobre Jonás (Iona en hebreo es Paloma) que Dios lo anda persigue y persigue y se lo echa en la panza a la ballena. Pobres profetas, necesitan la ayuda de los ángeles.
¿Será que por eso me mandaron al meritito guía de todos? ¿Al Arcángel Miguel?

Anda pues, dedíquese a su trabajo. No le quedan muchas opciones después de todo. Y usted quiere ser digna ante su juez... ese juez que a los únicos que no desprecia son a su Lobito y a su Demiurgo. Y usted tiene que ser como ellos.
Ande esponjita. Póngase a trabajar.