05 agosto 2011

¿no se te ha ocurrido que...?

No es jueves, pero hoy hablará higuito. Ésta es una ficción que se ha hecho para expresar sus experiencias.

¿No se te ha ocurrido que, todo eso de la trasferencia freudiana, es una ficción absurda y metafísica sobre los llanos y simples comportamientos del deseo? Digo yo, se dice que la trasferencia sólo ocurre con figuras de autoridad. Y dice el higoanalista, para calmar a higuito que ya siente que le están ofendiendo ligeramente la inteligencia, que pues sí, que el enamoramiento lleva un tanto de idealización. Bueno: el asunto está entonces en que, cuando uno le otorga a alguien autoridad, es porque lo inviste con el ideal de lo que es una autoridad.

Y ¿qué es una autoridad? o mejor dicho ¿quién la tiene? Aquél que tiene algún poder. Para que la cosa funcione, debe ser un poder también moral. Incluso el anarquista reconoce alguna autoridad moral, acaso si bien sólo por ser digna de emulación... acaso si ello no es más que emular la capacidad de renegar de toda autoridad. El ideal, pues...

O eso es para higuito la autoridad.

Higuito tiene varias autoridades morales. Con algunas tiene también tratos: ahí está la tesis, el asesor y los débitos. ¿Qué debe higuito al asesor? ¡Una tesis! Asesor ha invertido mucho en higuito, e higuito siente una deuda moral con él. También es una autoridad moral: higuito quisiera ser como él cuando higuito sea grande. Eso quiere decir que higuito se siente pequeñito. Higuito quisiera levantarse temprano, hacer ejercicio y trabajar muchas horas diarias. ¡Eso es lo que admira higuito de asesor! ¡y de Demiurgo también! Y en eso higuito quisiera ser como ellos. O mejor dicho: ellos encarnan (en el más puro sentido de la hostia transubstanciada) el Eidos morador del Topus Uranus al cuál higuito quisiera asimilarse.

Pero no es tan fácil ni tan obvio. Higuito podría ahora contestar con tranquilidad y seguridad que no está enamorada de Asesor. Ni tampoco de Demiurgo (para ello está Valerio... y entonces piensa higuito que esta historia no es tan clara, ni que R. es en realidad dos personajes... higuito pasó toda la noche soñando con él. Y eso porque Higuito no se atrevió a visitarlo en su cubículo el lunes. Y esa angustia del Lunes la soñó. Es obvio que Demiurgo-Valerio son uno y el mismo en la mente de Higuito. Y el reencuentro lo pone nervioso... eso el sueño lo dejó claro. Y qué exactamente pone a Higuito nervioso es lo extraño. Higuito seguirá pensando el asunto porque, en el fondo y más allá de sus transferencias, Higuito muere de ganas de ver a Valerio/Demiurgo/R.)

De asesor... ¿qué siente higuito con asesor?

Y es que esto viene al caso porque higoanalista estuvo jode y jode con que si higuito temía enamorarse de él. Y como que a higuito le sacó eso muuuuuuucho de onda: no, no se me había ocurrido. Y es más, le dijo higuito a higólogo, vengo aquí (y omití el "te pago") no para que te sumes a la ristra de hombres con los que tengo conflictos, sino para que me ayudes a salir de todos ellos...

Pero ¿eso qué tiene que ver con la pregunta hecha, higuito?

Muy fácil... saliendo de la sesión comprendí que lo que he sentido por Asesor ha variado muchamente... sí, alguna vez me enamorisqué. Otras veces lo veneré. Otras veces adoré que me quisiera (se alegraba al verme, al menos)... pero NADA de eso se ha interpuesto en nuestra relación asesor-asesorada. Y por muchas razones. Una es que yo me prohibo buscarlo, si tuviera sólo ganas de verlo, poniendo de pretexto la tesis. Otra es que según yo, si a él le parece que me ando emocionando, me pone un 'hasta aquí'. Y no hay bronca. Porque nuestro 'trade' es la tesis. Y si se da algo más (digamos, una linda amistad, como la que existe, aunque se dificulte a veces porque higuito se pone flamenco escribiendo correos raros... o sea, yo me entiendo), pues 'ya vendrá por añadidura'.

Así que higuito pensó: seguro la relación psicoanalista-higo enfermo pitagórico debe ser complicadísima, tanto que sin decir agua va, higoanalista le lanza esos asuntos a higuito. Higuito, con todo y lo bizarra de la sesión, de pronto comprendió una cosa:

Las relaciones humanas se definen por reglas de comportamiento. Punto. Y el problema de higuito es que en ciertas circunstancias las reglas se le vuelven ininteligibles, igual que los signos a través de los cuales higuito sabe si su comportamiento es correcto o no. Eso es todo. Higuito siempre espera que la relación con Asesor se cuadre en los límites de las reglas que impone la asesoría. Pero Asesor también es una linda persona e higuito no siempre sabe cómo hacer concordar ambas cosas.
Afortunadamente para Higuito, Asesor tiene un gran don de gentes, mucha paciencia y es muy afectuoso...

Y hablando de la paciencia: higuito va a seguir con la tesis... ya luego higuito logrará superar sus asuntos con tanto varón que la hace ensoñarse...

Ensoñación... y no. No, querido higoanalista. Tú no te vas a subir al tren de los hombres que espojita quiere que la quieran. A ti te pago para que me cures. Soy tu objeto de estudio. Y si quieres contarme de cómo alguna paciente te mandó al cuerno porque querías que la quisieras, la regla número uno será que me lo contarás frente a un café que tú me invitarás. Y entonces podré enamorarme de tí toooodo lo que quieras. Pero fuera del gabinete. Dentro, el mundo será el de filósofo que disecciona la realidad, o en este caso, mi alma.

1 comentario:

luciana Rubio dijo...

Suena cacofónico mencionar tanto a higuito cuando te refieres a él. Podrías usar sinónimos o pronombres. Simple sugerencia sin mayor trascendencia.