Una vez en Puebla estuve a punto de comprar un pequeño pastillero de fines del s. XIX. Su característica peculiar era que poseía un pequeño espejito, como de dos centímetros de diámetro, donde se reflejaba todo mi rostro. No lo compré y me arrepiento un poco. De haber sabido entonces que dedicaría buena parte de mis desvelos a ese tipo de espejos, me contemplaría en él, risueña.
El espejito no deformaba el rostro, sino que lo contenía, en toda su perfección en un espacio reducido. No devolvía la imagen invertida, ni lo volvía desproporcionado como las esferas de navidad ni como el fondo de las cucharas. ¿Cómo se llaman esos espejos? Quisiera saber porque, adivino, que así se imaginaban Averroes y Alberto el fondo de los ojos y la superficie del cerebro donde se almacenan las imágenes.
¿Cómo ocurre el milagro de la reflexión de la luz? Una de las conclusiones a las que se puede arribar, luego de percatarse de que el universo entero se refleja en un espejo, es que lo único que vemos es la luz.
Pero ¿no quiere decir que vemos a través de la luz al mundo? Pero la luz nos miente, a veces, sobre el mundo. Nos muestra varitas rotas dentro de un vaso de agua, o, como en la famosa escena de Jurassic Park, muestra las cosas más lejos de lo que están. Y sin embargo, no vemos "la luz", no es ella la que atrae nuestra atención, sino los objetos que la reflejan.
Por ahí el célebre Feyman se burla de los filósofos que se pregunta ¿qué vemos? ¿la luz o lo que la refleja?
Esa es la pregunta que se hace Alberto en gran parte el De visu. Son los colores el objeto de la vista, aunque sin la luz no los veamos. Y sin embargo, tampoco vemos los colores, sino los objetos coloreados. Pero el órgano con que vemos e imaginamos, para Alberto, es como un espejo... debe ser como un espejo. Porque ahí se guarda la inmensidad de la esfera celeste, y nuestro espejo es pequeño... como el del pastillero.
PD:
Hoy descubrí el CAMENA. A buenas horas ¿no? Bueno, quienes no saben qué es eso ni se aflijan (a menos que sean medievalistas, entonces sí aflíjanse mucho). Como corresponde, lo añadí en la parte derecha del blog... y fui cuando me di cuenta de que este pobre bloguesito (como mi vida, mi tesis, mi casa, etc, etc, etc) ya es un desmadre. De pronto un medievalista llega acá y se encuentra con mis cuitas muy personales y luego lo conozco en un coloquio muy internacional (:s). Luego, la lista del lado derecho ya es inútil y sólo sirve para que no se me pierdan a mi los links, pero ¿a ustedes estimados futuros y presentes medievalistas? Y ¿a qué venir a este blog a leer las aburridas cuitas de una medievaloblasta depresiva?
Tenemos que hacer algo. Urgente... pero tendrá qué esperar a que termine Noviembre (pues para entonces deberé tener listo el borrador de la tesis).
Así que les haré un montón de promesas aquí que, en realidad, son una lista de las cosas electrónicas que llevaremos a cabo pronto (esponja y yo... cof, cof... por eso el plural mayestático).
1.- Organizar todos los recursos electrónicos de tal modo que sean de fácil acceso. Que sea una página útil para quien se inicia en estos queveres.
Ya. No se me ocurre otra cosa. Supongo que algo inteligente será hacer otro blog. De hecho ya lo hice en wordpress... algo así como "esponja medievalista". Pero carece de entradas. En fin... ya veremos... Me regreso a los espejos animados...
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