24 enero 2012

Reporte Tesístico, día dalet.


1.- Pues me fui a un Starbuks. Temía que me pasara lo que a Lisa Simpson cuando quiere escribir su novela de fascículos. Pero no. Conseguí concentrarme un buen rato. En el trayecto pasé por el centro de Coyoacán y me hice de mi segunda vela. A ver cuánto dura.
2.- Bueno, sí, el asunto del individuo. Cometí un error: anoté la Versio Parisina del Epítome y, obvio, lo que decía Black en su artículo ¡no aparecía por ningún lado. Bueno, ahora estoy con la Versio Vulgata. A este paso ¡no voy a acabar el capítulo! Pero es en estos momentos que una vocesilla interior jode y jode "no puedes no poder, no puedes no poder". Y bueno, si lo que entrego es la sección del capítulo y no el capítulo entero, entonces "no puedes no poder, no puedes no poder"...
3.- Bueno. Lo del jodido individuo. Era obvio: la cojera eterna de las percepciones accidentales siempre ha sido ¿cómo le hacen las puras facultades sensibles para aprehender la sustancia compuesta y no una mera mescolanza de propiedades sensibles? Según Black Averroes pone a la intentio ahí para resolver el asunto, aunque al final le hace agua la cuestión metafísica. Pos sí, ya me hizo dudar. Pero eso explica la obsesión de Black con el individuo en Avicena. Y ahí sí la riega (y Kaukua me apoya, que conste). Como sea: la misma obsesión que Apis Nigra tiene don Betote (alias Alberto Magno). Y ahí sí, para que vean, todo el asuntito de las tools (bueno, de los sensata communia sunt instrumenta) tiene por objeto responder esa dificultosísima pregunta: ¿cómo es que percibe el alma sensible un individuo? Y ahí tiene mucho sentido el asunto de la "incomunicabilidad" boeciana, y la Konkrete Dinge de Anzulewicz y... y eso se los cuento en el otro capítulo... ¡muajaja! ¡De la tesis!... sigo yo con el EPN (que no es el copetón, sino el Epítome a los Parva Naturalia... eso).

3.- De regreso de Coyoacán fui y visité a Richard Hoffman y demás personajes de Der Turm. Obviamente sólo pude darles una visitadita muy pequeña, porque de General Anaya a Nativitas (¡y eso que me bajé en Nativitas para tener otra estación!) no alcanza ni para un capítulo. Ni modo. Pero me encontré un textito que me gustaría compartirles:

Bueno, primero contexto:
Acá resulta que está muy preocupado porque su mujer se está oliendo que le pasa algo, y ya sospechó que algo tiene que ver con otra mujer (y la pobre no sabe que con ¡un hijo extramatrimonial! Bueno, una hija muy mona de 5 años, que pinta números panzones que fuman puro). Y está todo deprimido. Y entonces, en espartana reflexión, nos cuenta don V de vaca (aka. Uwe):

No le interesaba casi nada, en realidad, desde su conversación con Anne... Pero no tenía que dejarse ir, eso siempre lo había detestado. Si el mundo constara sólo de personas que se dejan ir en cuanto tropiezan con dificultades, uno seguiría habitando en cavernas y viviendo de lo que se cazaba y recolectaba... Uno o dos cafés y una cena sólida bastarían para devolverle los ánimos, decidió.

Afortunadamente, pienso, el mundo no sólo consta de personas como yo, sino también de dresdenses-espartanos que, encima de todo, saben sonreír en americano...

Bueh... ya me voy. Tengo que hacerme un café y preparar una sólida avena, porque se espera un capítulo para el miércoles.

Salú.

Día Dalet.

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