21 marzo 2012

Mudanza

Me quiero ir a vivir al techo. Quizás antes pasar una pequeña temporada en las paredes. Pero al llegar al techo, recogería las telarañas abandonadas y sacudiría con cuidado las nuevas y habitadas. Sacudiría la parte alta de las lámparas y dejaría huellas de sombra con mis pies descalzos. Con crayolas, en la infinita blancura del liso techo, haría dibujos como mandalas, y no dejaría un centímetro sin colores. Pintaría metáforas y analogías, lo único que se me da al momento de hacer filosofía. Filosofía pictórica, eso, por eso deberían dar también grados... Llevaría un poco de brillantina para soltarla y verla elevarse hasta la mesa, y quedar atrapada en la superficie de los vasos medio llenos, medio vacíos de agua, que abandoné cuando me mudé a las alturas...


2 comentarios:

luciana Rubio dijo...

Me encantó ese techo con mandalas de colores, creo que te copiaré la idea a menos que pienses patentarla, pero la capilla sixtina ya te lleva la delantera.
Nos vemos, viajera, a ver si me llega brillantina por email.

Esponjita dijo...

:D eres linda... :* y más :*