06 abril 2012

De barba (Beardology)

La barba sexy de Miguel Bosé

No a todos les sale la barba del mismo modo (ni a todos les sale barba, por ellos, sorry), ni a todos les va igual el mismo tipo de barba. Hay por ello muchos estilos que tienen que ver, suponemos las mujeres barbudas, con la cantidad, la velocidad de crecimiento, la homogeneidad y geometría del piloso elemento. 

De la textura pilosa y la disposición:

Hay barbas y bigotes lacios como la del idealizado Cuahutemoc, que inician su crecimiento lejos de... ¿cómo se llama esa cuenca sobre el labio que se ubica debajo de la nariz? Pues ésa, lejos de ahí. Salen los bigotes lejos y a partir de ahí inicia recta caída. Similares son los bigotes de los mandarines chinos, los cuales, además, se alargan en cascada. A estos bigotes está relacionada la famosa barba de chivo que crece sólo en la barbilla. Este es un tipo. 

Luego vienen las barbas contrarias, de rulo cerradísimo, y que no crecen hacia abajo sino enrulecidas. El rulo cerrado, suponemos, coadyuva a cerrar aquellas zonas no-pilosas, y permiten diseños interesantes. Son barbas muy plásticas cuyo arte radica en la disposición sobre el rostro y las mejillas. 

Después están las barbas de rulo medio o intermedias. Pero sobre ellas trataremos después, pues como todo aquello que es intermedio, requieren una larga investigación...

Baste concluir con que hay barbas que requieren tres días para que valga la pena pasar un rastrillo. Y luego están las barbas, vencedoras de cualquier rasuradora, que a las 5 de la tarde ya aparecieron a pesar de haber sido afeitadas a las 5 de la mañana. Esas últimas son sumamente sexys (como lo demostró Miguel Bosé en los 90's)

Por último está la barba arquetípica: la de mi papá. Esa nació y fue cultivada por única ocasión cuando Aurora y yo teníamos 6 y 8 años respectivamente y, además de la marca en mi memoria, queda aquella fotografía donde fumaba una pipa... Está ésa y aquella barba que jamás desaparecía del todo, razón por la cual los besos filiales iban a parar a la nariz. 

Baste por ahora con este pequeño recuento del tratado imposible que escribiré algún día sobre las barbas, bigotes y quizás, patillas (tomando como modelo, obviamente, la patilla de Oscar Chávez en el disco aquél de Latinoamérica Canta... cualquier relación de mi barbomanía y la extracción hippie de mis papás es mera coincidencia... eso y la preferencia de mi abuelita por los "Jesucristos" peludos que huían de las tijeras parte del armamento de los policías del DF en los setentas). Les dejo por ahora este Tumblr: The Daily Beard

Y me voy, porque el capítulo de Aristóteles quedó fatal y más me vale corregirlo antes de que el asesor vuelva de la santa semana vacacional. Sí, él ya me perdió la paciencia y asumo que la repetición del 'si quieres', cuidadosamente colocada después de la coma, era más sarcasmo que dedazo. Pero, ¡vaya!, si él me perdió la paciencia yo no puedo perdérmela. Haré concha, oídos sordos... ya me perdí la paciencia varias veces este año y eso estuvo a punto de acabar en el psiquiátrico. Eso no quiere decir que no ande en la vida muerta de vergüenza con él... pero esa tendré que tragármela un rato porque estorba para acabar la tesis. Y la tesis ¿saben? es fuente de gran felicidad... si no fuera así, francamente, no valdría la pena hacerla... 

Esponjita aristotélica.



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