Bueno, seamos honestos, estoy muy cansada para autocensurarme y etc, etc. Quisiera venir a contarles algo bonito. Por ejemplo, de la tesis. Pero no es algo bonito: lo último que me pasó es que me emocioné con el spiritus y el pneuma y las sutilezas que se predican de lo incorpóreo, y que acabé releyendo a Rocco el galénico, y que hasta me leí unos capítulos del famoso PHP de Galeno y que ya me imagino al asesor fúrico porque me ando andando por las ramas. Y así.
Y luego, un par de Ricardos (sí, dos, en estéreo) me preguntan por la tesis. Y yo recuerdo las palabras en inglés dichas por el alemán que habla en colombiano: first is first. Pero según la psiquiatra, el psicoanalista y ayer la psicoterapeuta the first es entender porqué me dá pánico "crecer" y que el trabajo es importantísimo, y que no es imposible terminar la tesis mientras trabajo y...
Lo único lindo que sí puedo contar es que hoy E., Z. y yo nos encontramos en un Sangrons a M.R.S. (y se aguantan con las siglas ¿va?). Y las tres le preguntábamos sobre le psicoanálisis, porque M. es muy erudita en psicoanálisis. Y entonces recordé que fue ella misma, cuando recién corté yo con el danilo, que me habló del narcisismo. Y me di cuenta que, a fuerza de psiquiatra, psicoanalista y ahora psicoterapeuta... y un poquito de diánoia, supongo, muchos veintes me han caído. Todos salutíferos. Vamos, he crecido. Y entonces le pregunto a M. "¿porqué es un valor en sí mismo "crecer" y ser más "auténtico" y más "creativo" y liberarse del discurso malvado que nos esclaviza...? ¿para qué? ¿por qué? Pues si no es para liberarse de la angustia, no le hallo sentido. ¡Por el amor de Dios! ¡Si todo el asunto radica en dejar de estar angustiado! De dejar que los muertos carguen con sus muertos, de volverse uno fin de uno mismo y... quererse un poquito. Eso.
Y todo es ir hasta el hondo sur de la ciudad a ver al amigo que exige prudencia absoluta para que uno tenga un atisbo de derecho a ser feliz. ¡jajaja! ¡más narcisista no pudo resultar Aristóteles según Memo!. Memo... si alguien sabe de las angustias de cumplirle a todo mundo con las expectativas, es Memo.
Luego le hice yo unas predicciones a E. Sí. Con mi bola de cristal capaz de romper con De interpretatione IX y la atribución de verdad sobre lo futuro. Y nos fuimos las dos pensando en ese futuro imposible e inasible. "Tú te quedarás con el hombre de tus sueños". Y ella me dio un sombrillazo por andar diciendo que él era el hombre de sus sueños. "O sea, con el hombre que sale en tus sueños" Y se repitió la tunda de paraguazos. "¡A mi no me pegues, vete contra la bola de cristal! ¡Ella sabe lo que sueñas!" Y otro paraguazo. Y cuando se fue E. me preguntó M. "¿quién es el hombre de sus sueños?" Y yo me reí: "uno que también viene y se me aparece en los míos. Y todavía no hallo la fórmula mágica para dividirlo".
Pero no pasará nada grave mientras él siga llenando otras vigilias que no serán las nuestras... o al menos las mías.
Y dicho esto último me voy a acabar el negocio de los espíritus espirituales. Y a comenzar con Alberto: the last porque es the first. (Qué, por cierto, mis sueños también los habita el otro él. Pero viene a pedirme cuentas. Y yo, en cuanto comprenda que las cuentas no son con sus expectativas sino con un sencillo pacto firmado hace unos años, terminaré).
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