15 octubre 2012

Chupacabras.

Creí que, cuando al fin te fueras y al no necesitarme más, nos dejarías a él y a mi amarnos sin culpa alguna. Entonces, al abrazarlo, ya no sentiría tu mirada el reprocharme el negarte ese pedazo de amor. Ya no sentiría que cada caricia mía sería siempre incompleta por no ser toda tuya. 

Pero te fuiste. Y ahora él te extraña desgarradoramente. Todo el día quiere estar conmigo y, por más que ahora vuelco todo mi amor sobre él, no es suficiente. No lo es para él, pero tampoco para mí. Cada vez que lo abrazo pensando en que ninguna culpa debería ya corroerme, siento como una fuga de amor que se trasmina por todos lados porque el boquete que dejó tu ausencia no deja que permanezca en ningún lado. 

No hay comentarios.: