¡La batalla naval de De interpretatione IX! Del futuro aún no hay ni verdad ni mentira... |
Me compré unos taconzotes rojos, de gamuza y moñote rojo. Y me los llevé a la 'escuela'. Y anduve con mis zapatitos de fiesta entre tenis, sandalias, zapatos casuales, zapatos formales, y todo tipo de calzado, siempre apropiado y para la ocasión. Sólo a mi se me ocurre llevar mis zapatitos de fiesta, de gamuza y moño colorado. Pero claro, yo conozco la debilidad de mis patitas y llevé sandalias para los largos trayectos... y así fue.
Hoy también aprendí que ya puedo reconocer sus pasos. Y son pesados pero a la vez ligeros. No, momento, son pesados y rápidos. Eso. Sin oxímoron.
Y fuera de esos dos acontecimientos, de todo lo demás no entiendo nada. No sé cómo funciona el mundo. Pero ya no me importa. Bueno, sí me importa. Bueno, no. Bueno, no sé. Mi nivel de confusión es mayúsculo. Soy torpe y no puedo sacarme los sonetos de la manga. Y, en verdad, en verdad os digo, que a nadie se enamora a base de sonetos. Ni sobre larguísimos tacones rojos. Ni... ni... ni...
¡Nah!... pero eso sí; prefiero llegar a casa hecha una sopa por la lluvia fuera de época, con raspones en toda el alma y una amarguita sensación de derrota que guardar al corazón en el ropero y sacarlo luego ya viejo y apolillado.
No me importa, no, no, no... nada de nada... ¡al fin que estaban agrias!
...dijo la zorra, de los tacones rojos,
zorrita domesticada por el andar de tus pasos.
¡Ay!
¡yo debiera hacerme un soneto a mi y mis zapatitos rojos!
¡Tan monos! ¡tan bonitos! ¡tan Dorothy!
¡Golpeé y golpeé los talones,
y esperé un Tornado! mas invoqué la lluvia.
Pero estoy cansada y tengo que acabar mi tesis.
Mi tesis.
Mía de mi.
y de mi maestro.
...todo es según el cristal con que se mira. "Mar de caramelos" by Alexandra y Yo. (y Aristóteles, obviamente) |
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Y, cancióooooon dedicada a los 'bonitos':
¡Pinchurrientos hombres bonitos!
*sigh*
Y ésta en particular, a un bonito
(que la chamba poética la haga hoy la bellísima Chabuca Granda):
La veredita sonríe
cuando tu pie la acaricia.
Y la cúculi se ríe
y la ventana se agita
cuando por esa vereda
tu fina estampa pasea.
Fina estampa, caballero,
caballero de fina estampa,
un lucero,
que sonriera bajo un sombrero,
no sonriera
más hermoso ni más luciera
caballero...
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