Es como adivinar que, de repente, la ciudad se va a cuajar de jacarandas. Como saber que el viento olerá a perfumes, a huele de noches, a rosas. Como que todo se va a llenar de mariposas... como meterse una tacha, dirán los entendidos del tema.
¿Cómo explicar lo que se siente que papá se vaya?
Esponjita se levanta en la madrugada porque oye ruidos en la sala y descubre a papá y mamá, con las maletas de papá. Papá explica que se va a ir a estas horas para que no te des cuenta. No puedes contener las lágrimas y papá te pide que por favor, no. Papá nunca entendió que, al irse, la ciudad recobraba su olor nauseabundo y su imagen de podredumbre.
¿Cuánto de lo que le escribiste a Valerio no era sublimaciones de ese deseo inmemorial? ¿cuánto de la rabieta de ayer no era una vulgar resonancia de aquello?
***
Se me juntó todo. El viernes tengo que ir al hospital porque papá se tuvo que regresar a trabajar. Antes me dijo que yo no me apurara de nada, que él iba a pagarle a alguien. Pero la última vez que hablaste con él lo agarraste dormido. Te dijo que se regresaba a Mérida, que no tenía idea de cómo se las iría a arreglar tu tío, que él no iba a regresar. Sentiste que te aventó el problema: nomás dijo que él no sabía cuándo iba a regresar, que tú y tu tío se pusieran de acuerdo y pos ya. Igual y sólo estaba soñoliento ¿cómo sabes que no es él el que está pagando al enfermero? Y ¿vas a pasar todo tu tiempo libre en el hospital? Pues sí, ni modo que botes tú también a tu tío.
En ese momento quise mandarlos a todos a la chingada, porque en realidad todos eran un masacote de carne que representaban la vuelta a la cruda realidad (por lo del ejemplo de la tacha). Los madrazos son tan fuertes, es decir, el creer que papá te quiere, que ahora sí va a estar aquí siempre, que él te va a venir a defender, y luego pues no, fíjate. Fíjate que él te dice que no es su bronca. Y ¡ese es el madrazo! Así que ¿para qué correr el riesgo de nuevo? Los quieres mandar a todos a la chingada, aceptar que está muertos y que son zombies...
Lo chistoso es que te das cuenta de que tampoco los quieres. Y te das cuenta de eso porque a Valerio (o sea, al referente pues) nunca lo metiste en ese masacote. Porque a él no quieres que le pase nada. Descubre qué es el cariño porque puedes hacer la comparación ¿ves? ¿Será que él es diferente? ¿que está hecho de otro calibre, de una madera bien fina? Te hacía sufrir muchísimo, te acuerdas. Siempre que se iba te quedabas con un vuelco en el corazón... y luego llegabas y escribías aquí tanta cosa. Todo eso ya se bajó, se desinflamó. A veces te preguntas si se trató del cumplimiento de un ciclo natural, o si de pronto se humanizó.
***
Y te das cuenta de que pensar en él hace que la ciudad vuelva a oler bonito, las jacarandas se llenen de flores y, todo eso, aunque no sepas cuándo lo vas a volver a ver...
(dios quiera que así sea el amor, porque si es como lo otro... pos no lo quiero).
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