Anécdotas semanasanteras:
1.- Una página cibernética fue secuestrada... aún esperamos la historia para reseñarla aquí
2.- Tengo que preparar una ponencia para un coloquio estudiantil. Su título tentativo es: ¡He aquí cómo pateo el pesebre! o ¡No! ¡cicuta no!
3.- Tengo que leer a un tipo latino que bien podríamos llamar: el Chespirito de Roma... y, de veras, así de entretenido es.
4.- Mi panza revienta de enchiladas potosinas... aunque pronto seré una potosina enchilada.
5.- Corro 30 minutos diarios y en vez de bajar subo de peso... esos pensamientos no me dejan pensar en la tesis.
6.- Sostengo correspondencia con un señor M. El señor D. me tiene paciencia y mietras ando de potosina enchilada, él alimenta a la chupacabras.
7.- Tengo una casa que se cae a pedazos... y tengo que pegarla con resistol porque no tengo un clavo.
8.- Me sigue doliendo la muela.
9.- Soñé que mi abuelita Aurora me invitaba con ella a la Luna. El estúpido despertador sonó antes de que alunizáramos
10.- Descubrí a Umberto Eco, no al del nombre de la Rosa, sino al de la Semiótica: hay que ser preclaro y agudo para ser medievalista por voluntad propia.
La esponja semanasantera (y deliciosa)
PD: Señorita Janik: si anda usted por acá, le llevaré un queso de tuna para tomárnoslo con ese café tan prometido.
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