Nota: hoy he escrito como tres o cuatro post-es (tercera declinación, lo siento) nuevos... y estoy de vacaciones y tengo diarrea tíntica (o no de tinta, sino de pixeles).
Así que pueden bajar antes de leer este post, y oir un laud y una badurria y leer algo sobre manuscritos... y luego lean este último post vacacional.
aquí empieza la queja:
Llevo años, muchos años parándome de manos y de cabeza. Aprendí dificilísimos artes, liberales y conservadores. Sé andar sobre la cuerda floja, mantener doce platos rodando sobre palillos chinos mientras canto 'java naguila' al revés.
Aprendí el difícil arte de caminar sobre el agua, y encima de eso, lo perfeccioné haciendoló de puntitas y en silencio. Aprendí a levitar como faquir, e incluso en mi casa viven doce serpientes con las que formé un balet de flauta hindú.
Mis prodigios han sido tantos, que he decifrado el Disco de Festos, y que encontré el paraíso y el plano de su construcción.
Escribí un libro portentoso en donde se hallan los novecientos noventaynueve mundos posibles contenidos en el pentateuco en hebreo, y descubrí un mundo extra oculto en la versión estonia de la Escritura.
EScribí todas las obras que Borges sólo imaginaba, reconstruí la Comedia de Aristóteles y descubrí veinte fragmentos del pergaminos que Dios le diera a comer en la boca a Ezequiel y a san Juan.
Por último: me puse a dieta y me cambié el peinado.
¿y acaso logré algo con todo aquello? ¿las noches de insomnio paranóico sirvieron de algo? ¿mis anhelos de gloria consiguieron algo con la vana presunción de llenarme de vanidades y oropeles?
Pues no: ante su mirada permanecí invisible y ciega. No bastó con leer todos los libros de los que él conocía las portadas. No bastó con aprender a leer la lengua de la que él sabía el alfabeto. Lo único que conseguí fue una palmada en la espalda...
No me mira. No me importa... de veras, de veras... no me importa.
Desde mañana escribiré sobre las jacarandas...
La esponja envidiosota envidiosota
PD: en otras cosas:
Soñé que mi abuelita Aurora venía a visitarme 'aquí' (vayan ustedes a saber qué demonios significa eso), y me invitaba a ir con ella a la Luna. Era un viaje ilegal, y mi abuelita me lo adviritó. No era muy seguro tampoco, y mi amigo Alejandro Hipias (mi elegante y sabio amigo) se quejaba de lo doloros que era caminar sobre el suelo lunar. Mi abuelita me dijo que eso era sólo asunto de llevar los zapatos correctos.
Como el viaje era ilegal, mi abue y yo estuvimos buscando el hangar donde salian los aviones ilegales a la luna. Eran unas avionetitas pequeñitas, como mini motos, en donde sólo cabe el piloto. Yo morí de miedo: ¿cómo iba a pilotear eso hasta la luna?
El dueño del changarro nos advirtió sólo una cosa: prohibido volar en reversa.
Entonces, el estúpido despertador sonó...
otra vez la esponja
4 comentarios:
Pues si yo fuera un macho mexicano con sombrero y bigotote le diria que "mujer que sabe latin ni encuentra marido ni tiene buen fin" pero como no lo soy no lo diré.
Despues de tan falocrático comentario le aviso que hay en mi blog un post dedicado a usté y a la trompetista de Falopio, espero la haga sonreir y olvidarse de las jacarandas
He estado allí, varias muchas veces. No me refiero a la luna, claro. Mmmm... y yo que pensaba meter el siguiente semestre latín.
habria que concentrarse lo suficiente, cerrar los ojos, no dejarse dominar por distracción y esforzarse en terminar el sueño, saber como cuando y porque se llegaba a la luna nunca de reversa...
PROMETEO: gracias por la dedicancia tan dedicada. Mucho me divertí... ¿usté cree que encuentre marido si el individuo sabe más latín que yo?
DIANA: si se metiese a Latín, usté no se apure, nomás que métase en la clase de Don Pime (Dr. Julio Piementel)... uno se siente adultito con él... El latín lo vale...
JANIK: Su consejo es sabio. Debiéramos redactar un manual de como soñar por episodios durante un largo tiempo.
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