11 diciembre 2007

12 de diciembre.

Hace aproximadamente tres años vine a vivir a esta nueva casa. Dirección: a una cuadra de Tlalpan, lado oriente.
Cuando llegué, descubrí que la calzada de Tlalpan debería aparecer en los mapas de orografía: divide inmisericordemente el oriente del poniente de la ciudad, y si uno es imprudente y llega al lado poniente después de las once de la noche, batalla mucho para llegar a su casa: a doscientos cincuenta metros de distancia, pero a un paso a desnivel cerrado.
Si uno comete la estúpida equivocación de ir al sur tomando un taxi del lado oriente, llegará sin remedio tarde a Metafísica o alguna otra materia desmañanante. Si uno necesita ir al Walmart, debe precaverse con tiempo.
Uno definitivamente no puede "pasear" por Tlalpan: ¡rrrrrruuuuunnnn!, ¡güiu güiu! ¡piiiiiiiiii! ¡¡¡ese carro negro oscuro oríllese a la orilla! y demás sonidos cantarinos hacen intransitable Tlalpan. Miles de puestos ambulantes cerca de los metros, la soledad terrible del punto muerto, del punto medio entre Portales y Nativitas... donde usted, querido lector, tiene su casa.
Estúpidamente cerca de la UNAM, estúpidamente inaccesible. Así es donde vivo, así es Calzada de Tlalpan.
Llena de tiendas de Pinturas, acrílicos, objetos que ni siquiera entiendo para qué son, una tienda de calzones, una iglesia del pare de sufrir, veintemil panaderías... no es precisamente una calle para mirar aparadores. Luego, quitaron el horrible cine Viaducto... y ya no hay cine de ninguna especie... ¿dónde divertirse? ¿a dónde ir a perder el tiempo? No me ha quedado otra, cuando necesito descansar de la tesis, que ir a ver la sección de muñecas en la juguetería del Walmart....

Sin embargo, la noche del once de diciembre hace que Calzada de Tlalpan recupere un extraño brillo perdido todo el año entre smog y asfalto: una miriáda de personas viene de sur a norte cargando imágenes de todos tipos con la Sagrada Diosa Isis: con su manto azul, sobre su luna, las manos palma con palma y la mirada triste.
Y lo maravilloso no son sólo los peregrinos, sino la manera que tiene Tlalpan para recibirlos: otra miriada de personas sale a la calle con canastas llenas de tortas, tamales, jugos, agua y café para darla a los peregrinos.
Y pienso que en una pobre ciudad como está, que sufre un sobrepeso tal que le impide salir de la cama, que parece gorda gringa que lleva cinco años sin levantarse del lecho, que muere todos los días de la indiferencia propia de una monstruosidad, la víspera del doce de diciembre recupera la salud justo en Calzada de Tlalpan: el extraño abre sus puertas (o por lo menos sus bolsillos) en favor del viajero.
Y entonces recuerdo que vivo sobre la calle más antigua de la ciudad.
Que no se me olvide a mí, lectora de Homero

la guadalupana esponja

9 comentarios:

Daniel G.G. dijo...

Me has hecho recordar que hace unos años pregrinaba yo desde la lejana Coapan, lugar de serpientes, por circunstancias que no vienen al caso pero que en todo caso tenían ver menos con la fe que con el olvido...

En fin, que me ha gustado el post, esponja anticuaria. Tienes una extraña habilidad para hacer mágico lo cotidiano. Por eso sigo aquí, probablemente envejecido a al manera del ruiseñor de Amherst, pero siempre de el lado correcto de Tlalpan.

Scis et scito...

D.

Anónimo dijo...

clau:
yo quiero que vayan todos, pero todos todos, para que cuando no quede nadie mas pueda yo volver a visitarte. y no exista nadie mas, para invitarte a todos los cafes que existan sin pagar, y ponerle a una calle tu nombre y en contraesquina el mio y asi a cada uno. y para ir al cine y si se puede robar algo de dinero de un banco desierto y comprarte el mundo. Pero mejor que me lleven los HD a mi pues que si no tendre que destruir yo mismísimo la tierra incluidos tu, yo y vosotros y la tentacion de que existes en algun rincon de por ahi. y buscarte en todos los rios aunque por tu casa no pase ninguno.


David.

Alviseni dijo...

uy, qué bueno que ya no vivo por tlalpan, como años ha. me gusta tu blog, te "linkié" hehe. saludos.

Anónimo dijo...

Comparto contigo la extraña sensación del 12 d diciembre en esta loca ciudad. Puede convertirse de una selva llena de coches y tráfico en un gran escenario de cuetes, música y borrachos que celebran a la Diosa Isis como bien lo has mencionado. Tal vez no seremos católicos pero si gudalupanos y que viva México.

Me gusta tu blog, te invito al mio, te estraé visitando.

cazandoespacios.blogspot.com

Mérita Sujey Abad dijo...

Pues yo solía sentir ganas de llorar cuando veía a los peregrinos acercarse a la Basílica y es que, has de saber, vivo muy cerca de ahí. El pasado 11 de diciembre estuve parada sobre San Juan de Aragón -la avenida- regalando tortas con algunos integrantes de mi familia, que así se redimen, o algo así... yo solo iba a ver y a llorar... no lloré, esos peregrinos ya no me conmovieron. supongo que me "insensibilicé confortablemente".

Un saludo, guadalupana esponja.

Ambrosio Cajinas dijo...

Es verdad que Tlalpan debería aparecer en mapa de orografía, no sólo porque es casi imposible cruzarla, sino porque divide la ciudad de tal forma que hacia occidente la ciudad está más o menos decente, pero hacia el oriente es horrible.

Pepe Cleto dijo...

como no! arriba Tonatzin!! XD yo vivia ahi por nativitas.. ! :D extraño el df!!!! :( calzada es medio comico-magico-musical. Saludos

Esponjita dijo...

D: no mientas, tu vives del otro lado de Tlalpan... pero sigues invitado a éste, siempre y cuando recuerdes que después de las diez de la noche ERES DE MI PROPIEDAD!!! MUAJAJAJAJJA!!!
david: ojalá le guste tu poema a Clau.
alviseni: no se crea: tlalpan tiene una ventaja: todos lados quedan cerca. Saludos. iré a su blog ahora mismo
silencios llenos de ruido: tiene razón.. aunque yo creo que más que católicos somos caóticos... iré de visita también a su blog... saludos.
abad: niña hermosa: quizá´s eso sólo signifique que ahora te toca peregrinar...
el pardo: no diría horrible, nomás más pobre. Hay lugares más horribles que otros... y cuando hay árboles, como en churubusco, hasta bonita resulta. pero la neta, tiene razón.
lítost: je! opino igualito que usted. viva Tonanzin-Isis... saludos

bandala dijo...

Querida Esponja neotlalpeña:
He oido reiteradamente entusiastas reseñas gastronómicas de los puestos de tacos acantonados ante la iglesia Paredesufrir (afueras del metro Xola).
No hay cine, pero las papelerías al mayoreo que se encuentran en la misma parada me han dado múltiples ratos de distracción entre sus anaqueles y los útiles de escritura que exhiben. No se olvide de los cinitos del CNA afuera del metro General Gandaya.
Saludos y abrazos.