De todas las personas de la Escuela Activa, era Daniela a la que más miedo tenía de encontrar. Pero resultó entonces que en el hi5 la encontré.
Creo que es de ella de quien guardo más recuerdos extraños. En un concurso de cuento, recuerdo que me ganó contra toda espectativa (mía, obvio: me falló mi poder de predicción. Aún lo recuerdo: en mi cuento salía una especie de ecoloco, mientras que el suyo era un cuento de una niña que se encontraba a un manatí... Todavía siento como recorre mi sangre la bilis-Salieri Es que acabo de ver Amadeus...).
Era líder, hábil, inteligente, extrasupercarismática, y si mis juegos eran masoquistas, los suyos eran sádicos. Jugaba conmigo... mucho, aunque alguna vez me cobró doscientos pesos por ser mi amiga en un recreo. Y yo, gustosa, le pagué. Otra de sus rarezas consistía en que era una niña que no tenía televisión (Lo que me hace pensar que nunca hará la ridiculez que yo hice hace una semana, traduciendo la canción de Heidi al griego clásico, teniendo a mis espaldas a R.S. y a dos o tres eminencias helenísticas sudamericanas... ω παπιον λεγε μοι...)
¡¡¡Ella mató a trompolia!!! ¿Recuerdan los trompos Duncan? Sí, esos transparentes, huecos. Solíamos ponerles algodón para que mejorara su giro. Y como era el peso lo que los hacía girar mejor, mojábamos el algodón. Un día encontré un frijol en el piso, y lo metí al trompo... después de varias mojadas creció una planta que tuvo la puntada de crecer en espiral. Trompolia igitur eam apellatur. Resultó que hubo que llevar una plantita a la escuela, y a mí se me hizo de lo más chic llevar a trompolia. Y he aquí que, cuando hube de transplantarla, no sé porqué, recibí inesperada ayuda de Daniela: arrancó la planta de sus raíces y la puso en la macetita...
Tratábamos de averiguar cómo demonios se escribía la P manuscrita. Teníamos siente años, y vivíamos en un mundo en donde TODOS, excepto los niños, escribían en un lenguaje totalmente ajeno a nosotros. Nos estaban volviendo analfabetas. Nos enseñaban la estúpida letra scrip, de bola y palo, y no nos enseñaban la palmer, la letra de adulto, la letra bonita. Hasta tercero de primaria nos explicaron cómo hacerlo. Sin embargo, en segundo tratábamos desesperadamente de entender los misteriosos principios de la letra palmer. Así, pues, cuando trataba de escribir mi nombre, con su P inicial, Daniela, omnisapiente, me dió la siguiente explicación: "La P mayúscula en manuscrita se escribe como R, porque la P tiene que sacrificarse" (sacrificarse: ahora que lo escribo, creo que Daniela tenía un tánatos muy tanático...)
En fin. El caso es que me atraía terriblemente. Era carismática, y yo siempre tuve la sensación de que me estaba viendo la cara. Y sí, finalmente terminé pagándole, aquella única vez (¿o fueron dos?) los docientos pesos para que jugara conmigo en el recreo (moneda conmemorativa del mundial de futbol...)
Hoy la encontré en Hi5. Estudió en el ITAM... Sorpresa, no fue restauradora Tiene fotos de sus viajes por todo el mundo. Brasil, Francia, Costa Rica, Argentina... Tiene cara de nadadora profesional (y cuerpo también: después de un rato comprendí que no era una gorda, sino una musculosa) Tiene la misma cara de desmadrosa de toda la vida Sigo sintiendo esa cosa de amor odio por ella.
Tengan bonitos sueños...
Y por favor: quienes no hayan recogido su premio, pasen por favor al post de abajo.
Bandala merece un premio a parte... no se me sienta niña bonita que su blog es una preciosura también... Ni fueron todo los que están, ni estuvieron todos los que son...
La esponja rememorativa
Creo que es de ella de quien guardo más recuerdos extraños. En un concurso de cuento, recuerdo que me ganó contra toda espectativa (mía, obvio: me falló mi poder de predicción. Aún lo recuerdo: en mi cuento salía una especie de ecoloco, mientras que el suyo era un cuento de una niña que se encontraba a un manatí... Todavía siento como recorre mi sangre la bilis-Salieri Es que acabo de ver Amadeus...).
Era líder, hábil, inteligente, extrasupercarismática, y si mis juegos eran masoquistas, los suyos eran sádicos. Jugaba conmigo... mucho, aunque alguna vez me cobró doscientos pesos por ser mi amiga en un recreo. Y yo, gustosa, le pagué. Otra de sus rarezas consistía en que era una niña que no tenía televisión (Lo que me hace pensar que nunca hará la ridiculez que yo hice hace una semana, traduciendo la canción de Heidi al griego clásico, teniendo a mis espaldas a R.S. y a dos o tres eminencias helenísticas sudamericanas... ω παπιον λεγε μοι...)
¡¡¡Ella mató a trompolia!!! ¿Recuerdan los trompos Duncan? Sí, esos transparentes, huecos. Solíamos ponerles algodón para que mejorara su giro. Y como era el peso lo que los hacía girar mejor, mojábamos el algodón. Un día encontré un frijol en el piso, y lo metí al trompo... después de varias mojadas creció una planta que tuvo la puntada de crecer en espiral. Trompolia igitur eam apellatur. Resultó que hubo que llevar una plantita a la escuela, y a mí se me hizo de lo más chic llevar a trompolia. Y he aquí que, cuando hube de transplantarla, no sé porqué, recibí inesperada ayuda de Daniela: arrancó la planta de sus raíces y la puso en la macetita...
Tratábamos de averiguar cómo demonios se escribía la P manuscrita. Teníamos siente años, y vivíamos en un mundo en donde TODOS, excepto los niños, escribían en un lenguaje totalmente ajeno a nosotros. Nos estaban volviendo analfabetas. Nos enseñaban la estúpida letra scrip, de bola y palo, y no nos enseñaban la palmer, la letra de adulto, la letra bonita. Hasta tercero de primaria nos explicaron cómo hacerlo. Sin embargo, en segundo tratábamos desesperadamente de entender los misteriosos principios de la letra palmer. Así, pues, cuando trataba de escribir mi nombre, con su P inicial, Daniela, omnisapiente, me dió la siguiente explicación: "La P mayúscula en manuscrita se escribe como R, porque la P tiene que sacrificarse" (sacrificarse: ahora que lo escribo, creo que Daniela tenía un tánatos muy tanático...)
En fin. El caso es que me atraía terriblemente. Era carismática, y yo siempre tuve la sensación de que me estaba viendo la cara. Y sí, finalmente terminé pagándole, aquella única vez (¿o fueron dos?) los docientos pesos para que jugara conmigo en el recreo (moneda conmemorativa del mundial de futbol...)
Hoy la encontré en Hi5. Estudió en el ITAM... Sorpresa, no fue restauradora Tiene fotos de sus viajes por todo el mundo. Brasil, Francia, Costa Rica, Argentina... Tiene cara de nadadora profesional (y cuerpo también: después de un rato comprendí que no era una gorda, sino una musculosa) Tiene la misma cara de desmadrosa de toda la vida Sigo sintiendo esa cosa de amor odio por ella.
Tengan bonitos sueños...
Y por favor: quienes no hayan recogido su premio, pasen por favor al post de abajo.
Bandala merece un premio a parte... no se me sienta niña bonita que su blog es una preciosura también... Ni fueron todo los que están, ni estuvieron todos los que son...
La esponja rememorativa
2 comentarios:
Ta bien padre tu ex-amiga o tu ex-lo-que-sea.
jajajajaja te imagino, me da gracia, de repente te siento tan densa, tan profunda, jajaja te entiendo tanto y me parece que me ha pasado lo mismo jajaj todos tenemos un nemesis de la primaria, porque la primaria es la mejor epoca para los nemesis ¿porque sera? Oye pero que diablos tu traduccion de heidi jajajaja
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