26 febrero 2009

El Hombre Feliz

Conversación
Participantes: E. e Y.

E.- ¡Pero es todo un teto!
Y.- ¡Claro que no! ¿qué te pasa?
E.- Al principio también me gustaba... mucho. Pero como que no le sale eso de dar clases
Y.- Es que se muere de miedo, se pone muy nervioso... y bueno... yo no soy ninguna autoridad moral para criticar a nadie por hacerse bolas mientras expone... porque bueno... yo...
E.- ¡Sí! Tú también te haces bolas... pelotas bien redondas cuando hablas en público... pero ¿y eso qué?
Y.- ¡Ah! es que se me fue la onda (eso sí: él nunca pierde el hilo... aunque lo alaaaargue)

[risas]

E.-Bueno, el caso es que no lo quiero buscar porque... ¡porque es un teto!
Y.- ¡Que no! ¿Tú sabes quién es? O sea... más allá de un pírrico semestre de clases que te dio. Mira: mantiene funcionando esto, aquello, aquello otro... y no sólo lo hace funcionar, sino que aprovecha para abrir brecha en su campo de estudio. Y no sólo eso: mantiene contacto con la gente de aquí y de acullá... es un trabajo de muchos, pero muchos años... y no lo deja de hacer. Y encima de hacerse cargo de aquello, sacarle provecho a esto, hacerse cargo de nosotros... y  además mantiene su producción académica.

[silencio]

E.-Bueno... pero ¿por qué si Ella era... cómo decirlo...?
Y.- Mmhh.. ¿más pieza?
E.- Pues sí... ¿no? sacó premio y es super inteligente y muy profunda... y super meticulosa... ¿por qué ella cómo que batalla demasiado para que le salgan las cosas?
Y.- Es poco práctica. ¡Y digo! ¡Eso es bueno en cierto sentido! Tú y yo somos de esa clase de gente ¿no? que queremos comernos el mundo a mordidas.
E.- seeeee... sí, pos sí. Eso es lo que al fin entendí. Tenía que hacer la tesis ya, como me saliera.
Y.- Bueno. Pero eso tampoco es ser práctico. No manches. No. Es como
E e Y.- [a coro y en tono burlón]: "Saber encontrar el punto medio".

[risas]

Y.- Mira: ella tiene una gran capacidad de sinópsis, ¿no? es capaz de ver un problema en toda su amplitud. Él, en cambio, padece de una especie de miopía intelectual: tiene que ver las cosas de demasiado cerca. La desventaja de Él es que se pierde porque le cuesta mucho trabajo hacer un mapa de lo que está pensando. La desventaja de Ella es que pasa de largo y con mucha facilidad partes del terreno y obstáculos muy importantes. Su visión panóptica a veces la hace generalizar demasiado (¡demonios!: de veras que comparto con ella demasiadas cosas)... y entonces, pues obvio, cuando se tropieza tiene que desandar un largo camino y rellenar muchos puntos del mapa. En cambio Él no da pisada sin haber dibujado meticulosamente cada pedazo. Sí: puede que se pierda. Pero nunca tiene que desandar camino ya recorrido. Es, digamos, más eficiente.
E.- Pero eso no explica, de todos modos, por qué Ella no es feliz y Él sí...
Y.- ¡Ah chingá! ¿y a qué horas nos pusimos a hablar de eso?
E.- Es que mientras hablabas me perdí y la verdad no te puse atención. Sólo pensé que Ella siempre está triste y se está quejando... bueno, no se queja: se le ve siempre en la cara que está agobiada, cansadísima. Y Él siempre está feliz.
Y.- ¡Falso! De cada cinco veces que lo veo, cuatro tiene ojeras y tres se la pasa bostezando.
E.- Sí, siempre está cansado, pero siempre está feliz. Ella en cambio cuando camina parece que le cuesta un mundo dar el siguiente paso.
Y.- ¡Es que es mujer!
E.- ¡Momentito! ¿y eso qué?
Y.- No sé... en algún lugar perdido de la Política dice que la mujer puede incluso llegar a ser más inteligente que el hombre... pero que siempre será débil.
E.- ¿Te fijas que eso nos aplica a las dos?
Y.- ¿Y? es verdad ¿no?
E.- ¿Y? ¿Eso justifica... qué justifica, ya me perdí?
Y.- No, sólo digo que Él, aunque no nos parezca tan inteligente como Ella, es miles de millones de veces más fuerte. 
E.- ¿Pero qué entiendes por fuerte? Porque a mí me consta, después de que me dio clases, que siempre se está muriendo de miedo. Y además como que la gente le da miedo.
Y.- Pero entonces ¿no acaso saca fuerzas de quién sabe donde y de todos modos se para a dar clases y de todos modos va y enfrenta a todo mundo?
E.- En cambio Ella tiene una gran facilidad para dar clases... ¡¡Da clases de prepa!! y encima lo disfruta... ¡¡no hay cosa más aterradora que los alumnos de preparatoria e igual va y los enfrenta!!
Y.- Mhhh... estás confundiendo Temple con Carácter. Ella tiene carácter: la gente no le asusta, tampoco el trabajo. Incluso se pone metas demasiado difíciles, pero las termina. No le asusta la gente. Pero es un poco como Juan Sin Miedo: mientras no enfrente el miedo, no puede saber qué tan fuerte es. La fuerza consiste en el temple.
E.- ¿Cómo?
Y.- Sí, mira. Ella ve a sus alumnos de prepa o de licenciatura y sin temor alguno da clase. Lo disfruta. Pero cuando algo la aterra, no puede enfrentarlo. ¡Qué se yo! ¡yo no sé nada de su vida! Sólo sé que, por ejemplo, le cuesta mucho trabajo decir no. Si alguien le pide algo, no tiene fuerza para decir: No. Le tiene miedo a desafiar las necesidades de los demás, y se deja llevar por ellos. En cambio, aunque Él se esté muriendo de miedo, se vence a sí mismo. Y eso es temple: vencerse a sí mismo, no al medio. 
E.- Entendí menos
Y.- Sí mira: Ella está mejor dotada para vencer al medio. Asumamos, aunque no le hemos probado, que Ella efectivamente es mucho más inteligente que Él. ¿no? 
E.- Ok
Y.- Bueno: Ella no le tiene miedo a los demás. Ella es excelente expositora. Ella, además, es más profunda e inteligente según íbamos a asumir. Bueno: está mucho mejor dotada para vencer al medio. Naturalmente puede pararse frente a todos y resolver mucho más fácilmente que Él cualquier problema. Pero cuando llega al límite de sus cualidades, se detiene y no puede ir más allá. En cambio Él tiene muchas deficiencias para vencer al medio. Llega muy pronto a su propio límite. Y entonces se vence a sí mismo. Si tiene miedo, hace de tripas corazón. Si tiene dificultad, estudia el doble, o se junta con quien pueda explicarle. Y, lo más importante, cuando la desesperación lo rodea, no se deja chupar por ese remolino de desesperación, sino que se mantiene a flote. En cambio, a tí te parece que Ella es infeliz porque hace mucho que se dejó chupar por el torbellino de la desesperación... de la desesperanza.
E.- Bueno: pero, aquí sí, Él tiene la ventaja de ser varón ¿no? Porque a un hombre le es más fácil encontrar una mujer que se adecue a su vida, que a una mujer encontrar un hombre así.
Y.- Bueno, ¿pero eso qué? Ella tiene muchas más cualidades que Él. Si además poseyera su temple, entonces podría haber enfrentado también esas dificultades. Si ser mujer es un handicap, ser miedoso es otro del mismo estilo. Y lo único, entonces, que hace la verdadera diferencia, es la capacidad de mantenerse, como dice el I Ching, firme y correcto.

[silencio]

E.-Bueno... pero lo que no entiendo es por qué, si los dos están siempre cansados y con ojeras, y trabajan lo mismo, por qué Ella siempre parece que va a desmayarse o a empezar a llorar, y Él siempre está contento y sonriendo.
Y.- Lo primero que podría decir es que Él es feliz. Es dueño de sí mismo (sea eso mucho o poco) y ha labrado su propio destino. Ella, a pesar de tener una dote mayor, digámoslo así, no ha podido ejercerla: no es dueña de sí. Pero lo que se me hace mucho más probable, es que parte de las estrategias de Él para sobrevivir es crear una cortina de hierro entre el mundo y los demás, mientras que Ella es transparente.
E.- ¡Él también es transparente!.
Y.- Pero tú te diste cuenta porque lo conoces, porque Él te tiene ya un poquitín de confianza. Antes era una persona imposible de tratar. Era un freak social. 
E.- jajajaj, me acordé de... jajajaja. Bueno sí. Lo acepto. Pero ¿por qué Ella no pone ninguna barrera para que la vean?
Y.- Porque no tiene miedo. Mira, creo que el miedo es como el invierno. Los pueblos que padecen duros inviernos se vuelven tremendamente eficientes porque sus condiciones de vida son extremas y desarrollan estrategias para sobrevivir, ¿no? Pero nosotros, los tropicales, basta que alarguemos durante todo el año la mano, y tomamos entonces un mango o una naranja del árbol. No necesitamos de esas estrategias. Nuestro medio es benigno. Pero los invernales llegan, compiten con nosotros y nos ganan. Y luego nosotros quedamos en la miseria privados y sin modo de recuperar lo perdido. Si no quieres perder la esperanza puedes pensar que este nuevo estado de miseria nos hará aprender estrategias y luego correremos a los invernales... pero ¿esto a qué venía?
E.- jajajaja! ¿ves? No, pues a lo del miedo y el invierno.
Y.- ¡Ah sí! pues la gente miedosa vive siempre desarrollando altas estrategias para vencer el miedo. Cuando ya está en una posición ventajosa, pues esas estrategias le permiten avanzar pasos agigantados. Pero alguien que no tenía miedo, cuando se enfrenta a la adversidad... ¿qué puede hacer? ¿cómo defenderse?
E.- ¡Claro!
Y.- ¿Claro qué?
E.- ¡Por eso Juan Sin Miedo quería sentir miedo a toda cosa! Porque sabía que si no lo hacía, aunque no tuviera miedo a nada, sería siempre un cobarde... lo único que él necesitaba era vencerse a sí mismo
Y.- ¿Ahora entiendes por qué?
E.- Por qué qué?
Y.- Lo que preguntaste el otro día, por qué tiene una hija que se llama Valentina... de Valentía ¿no?
E.- ¡Ah sí!... ahhh... ¡qué bonito!
Y.- Bueno... ya me voy... que la pereza es mi pecado y tengo que ir a trabajar...
E.-Salú.
Y.- Salú.

3 comentarios:

Daniel G.G. dijo...

Ave! Es como Ares Poliudoro, o del miedo. Que bien quedó, y cuanto (me)entendí, y cuánto me di cuenta de que soy un poco de ambos. Mesticito al fin.

Daniel G.G. dijo...

Polidoro, quería decir. No sé de donde se coló la u.

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Tremendo retrato, Esponjis. Está fantástico y liándome pero con miedo, y disfrutando de las clases de preparatoria y más pero sintiéndome profundamente o al menos perpetueamente infeliz quiero ser también mestiza aunque más que a pedacitos me gusta darme enterita toda y también por eso las desilusiones aunque rara vez pierdo el hilo pese a lo mucho que lo intento y no dejo de quererte.
Bellísimo.
Un abrazo.