El año de la peste

Ok. Hasta hace unas horas este asunto de la fiebre marranona (pues viene de los chanchitos) me parecía más cosa del chupacabras que una verdadera cuestión. Pero ya me espanté.

El jueves en la noche, mientras sufría terribles calambres en mi pancita (que no me impedían ingerir tremendo consomé) y Ely me decía que se cerrarían todas las escuelas, las imágenes que venían a mi mente eran las de una película de culto de 1978 llamada "El año de la peste". Dirigida por Felipe Cazals, con guión de García Márquez, José Agustín y Juan Arturo Brennan (no uno de los mellizos), la película trata de como un grupo de médicos alertan al gobierno federal de la presencia de una nueva pandemia horripilante. Y, obvio, el gobierno se hace pendejo hasta que la gente comienza a morirse como cucarachas en medio de una fumigación. Las escenas finales son espantosas: toda la ciudad de México está llena de una horrible espuma amarilla y de los edificios de Paso de la Reforma cuelgan unas largas banderas amarillas (las banderas de la peste).

Lo que ahora me llama la atención es que en la película una de las acciones que todo mundo exige al gobierno, y que éste no escucha a tiempo, es cerrar las escuelas. Y yo, cuando decidieron cerrar las escuelas y dejaron a Chelo sin examen profesional pensé en que era una medida medio absurda (¿por qué cerrar sólo las escuelas y no los cines comerciales -que hoy siguen operando- o todo centro de trabajo?)... en fin... ya no lo pienso porque los que nos morimos son los jóvenes entre 25 y 45 años (¿oyeron? soy joven...)

El centro argumental de la peli es que el gobierno no quiere que la población se entere, y entonces manda brigadas de "fumigadores" a las casas de todo mundo que actúan un poco como policía secreta, un poco como guerra sucia, infestando de esa terrorífica espuma amarilla toda la ciudad.

La verdad ya no me acuerdo mucho de la película, ni de cómo por culpa de México los Noruegos se empezaban a morir de peste, etc. Pero las imágenes de la cinta volvieron a mi cabeza, sobre todo ahora que somos primera plana en todos lados. 

Hoy Danilo y yo salimos a la calle.  Y la ciudad parecía domingo de semana santa: casi nadie en la calle. Ayer, viernes, la ciudad parecía una enorme sala de operaciones con todos con sus tapabocas, y un que otro escéptico, como nosotros, haciendo bromas sobre cómo, para taparse la boca, no hay que usar la mano sino el codo (por lo cual, pensamos, el síntoma más importante de la gripa iba a ser la nariz rota... de nuestro interlocutor). 

Hace rato hubo un mensaje nacional con todo y conferencia de prensa. Yo, a falta de tele, no lo ví, pero como ocurre con los partidos de fut bol, me enteré de lo indispensable: las clases comienzan hasta el 6 de mayo (¡carajo! ¿por qué estas cosas no pasaban el día de los finales de griego o geometría analítica?)... y en la UNAM pues estamos esperando a que se ponga de acuerdo cuando Chelo podrá hacer el examen...

Para colmo de males los otros muertos están en SLP, mi otro terruño, donde vive la mitad de mi familia y donde todavía no llega el narco. Así que ahora resulta que la mitad del país vive muerta de miedo por los disparos al aire y la otra mitad no sale de sus casas por los estornudos al aire (como sea, es más fácil traer un tapabocas que un chaleco anti balas).

Y yo sólo pienso que si al ciudadano chino lo encerraron como pollo, habrá algún pobre ciudadano mexicano al que lo encerrarán como cerdo... hay qué tener cuidado con el origen de nuestras fiebres...

la esponjita influenziada

PD: ya voooooyy... ya voooooy... es que me da járta pereza... pero bueno: no quiero morir antes de terminar los analíticos posteriores... y como andan las cosas, mejor me apura

PD2: creo que di a entender que me dió fiebre puercógena... no, no, para nada. me dió una pinchi infección gástrica que empezaba con un fiebrón súbito. Gracias a la Divina Fortuna, todavía no entrábamos en pánico, porque si no capaz que me muero de neumonía hospitalaria...