26 agosto 2009

Aristóteles Pervertido


Vale: la traducción es mía y, por lo tanto, una basofia (nunca se me ha dado eso de la translatiada). Pero da más o menos el sentido del texto (y si sirve para que lo sigan en latín, ya mucha habrá sido mi obra) Otro error de la traducción es que es demasiado literal: como diría Tapia: "cuando no entiendan algo, tradúzcanlo literalmente" -¿de quién se estaría burlando?.
La leyenda tiene sus variantes: en una era una hetaira hindú, en otras la esposa de Alejandro. La leyenda es medieval, y probablemente no anterior al s. XIII. Eso sí, goza de una enorme representación pictórica. Algunas imágenes las pueden encontrar en el blog de Zagal (donde me enteré del asunto).
Es, contra lo que pudiera parecer, un tópico muy recurrido en la literatura, sobre todo la mexicana. Juan José Arreola tiene un cuento inspirado en este hecho ("El Lay de Aristóteles"), a su vez y probablemente inspirado en la versión francesa del s. XVIII "Le lai d'Aristote", de Henri d'Andeli. Además existe un poema de López Velarde donde, en un verso, se hace referencia a la leyenda:

Y vives la única vida segura:
la de Eva montada en la razón pura."

Ojalá lo disfruten:
Traducción:
Al enseñarle Aristóteles a Alejandro que debía contenerse de cohabitar frecuentemente con su esposa, que era muy hermosa, para que su mente no entorpeciera al sentido común, y al haberle hecho caso Alejandro; advirtiendo esto la reina, afligida, comenzó a atraer a Aristóteles hacia su amor. Y para atraerlo deambuló muchas veces con los pies desnudos y el cabello suelto frente a él.
Atraído finalmente, comenzó a solicitarla carnalmente. Y dijo ella: "No haré esto en absoluto sino hasta que vea una señal de amor, para que tú me pruebes: por ello ven a mi recámara, reptando sobre manos y pies y cargándome como si fueras un caballo, y entonces sabré que no me estás engañando". Al haber consentido con sus condiciones, ella relató esto a Alejandro quien esperó para atraparlo portando a la reina. Cuando Alejandro quiso matar a Aristóteles, éste para disculparse le habló de este modo: "Si así accedió un anciano muy sabio a ser engañado por una mujer, puedes ver que bien te enseñé que puede ocurrirte esto a tí que eres un joven."
Al escuchar esto el rey lo soltó y progresó en las doctrinas de Aristóteles.

Aristoteles, cum doceret Alexandrum ut se contineret ab accessu frequenti uxoris suae, quae erat pulchra valde, ne animum suum a communi providentia impediret, et Alexander ei acquiesceret, hoc advertens regina et dolens, coepit Aristotelem trahere ad amorem suum, quia multotiens sola transibat cum pedibus nudis et dissoluto crine, ut eum alliceret. Tandem allectus coepit eam sollicitare carnaliter, quae ait: ‘Hoc omnino non faciam, nisi videro signa amoris, ne me tentes: ergo veni ad meam cameram, reptando manibus et pedibus, sicut equus me portando, tunc scio quod non illudes mihi’. Cui conditioni cum consensisset, illa intimavit hoc Alexandro; qui expectans apprehendit eum reginam portantem. Quem cum vellet occidere, ait Aristoteles sic se excusando: ‘Si sic accidit seni sapientissimo, ut a muliere deciperer, potes videre quod bene docueram te, quid accidere potest tibi juveni’ Quod audiens rex, ei perpercit, et in doctrina eius profecit.

Promptuarium exemplorum. Iohannes Herolt

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