Dice mi amigo Luc:
¿Por qué sé que soy adulto? Porque por las noches se me aparece el niño que fui a hacerme reclamos y entre berrinches en el suelo me grita sus caprichos.
Dice la Wikipedia:
¿Cómo iba a saber el poeta que sería abatido por un honesto admirador?
Es que el adulto estaba trabajando y no oyó a tiempo la advertencia del niño: "estás a punto de derribar al Principito".
Pero igual, ya en tierra, con los ojos que valuaban casas por sus geranios y colores brillantes, lloró.
Vamos los adultos como elefantes bailando en cristalería.
La esponja que nomás no puede terminar la tarea
(Diógenes: ahí te voy).
4 comentarios:
esos post mínimos de clap clap. Será que soy tan cursi que el Principito, invariablemente, me hace llorar.
Soy una de las tres o cuatro personas a las que no les gustó El principito. Me obligaron tantas veces a leerlo que quizá sea eso lo que me hizo encontrarle cosas feas: a) la idea de domesticación como algo positivo, b) la mención a un rey negro cuasi despectiva, c) el suicidio final.
Es raro ser comparado con el autor de un libro que detesto, pero creo que son partes del maravilloso mundo semántico. Yo que le hubiera disparado escribo como él, y aquél que lo admiraba termina matándolo.
C'est la vie.
Un beso
Amo el principito
Esa foto de los elefanticos es de una película de Disney musicalizada por el genial Sun Ra, el jazzista de Saturno.
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