04 septiembre 2009

Avicena, Spelke, Casati: Ovis Timet Lupum


(de todas las fotos, la única que es una representación del interfecto simbólica es la primera: es el ticher, conocido por los lectores de este blog como Albus Lupus... y sí, a propósito del famosísimo pasaje de Avicena de Ovis timet Lupum que fue, ahora que hice memoria, el detonador de todo, y quien el ticher tradujo sin saber que eso cambiaría mi vida para siempre... ¡ay que azotada esponja!)

(Haciendo memoria, mis devaneos con la intencionalidad empezaron mucho antes que el suceso Birondesco. La historia se retrotrae al italiano Casati y al Objeto de Spelke, y a mi encuentro, casi fortuito, con la introducción que el Albus Lupus hizo a su traducción del De Anima de Betote, o sea, Alberto Magno)

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En aquellos tiempos (cuando recién ingresé a la maestría), yo estaba a punto de iniciar un curso llamado "Identidad y Objeto", impartido por Roberto Casati, investigador del CERN (allá en las francias) y por Genoveva Martí, profesora de no me acuerdo qué universidad de Barcelona (perdonen mi ignorancia y mi memoria). A Martí le tocó dar la parte de identidad (y ese fue mi primer contacto con Kripke: le estoy profundamente agradecida). Y a Casati la parte de Objeto (curso que cambió mi vida).

Casati, sumamente previsor, y tomando en cuenta que el curso duraría una semana, (dos horas diarias) nos mandó con anticipación de un mes una serie de textos sobre los cuales, una semana antes de iniciar el curso, teníamos que comentar. Y entre ellos venían aquellos que hablaban del famoso Objeto de Spelke.
El Objeto de Spelke (cómo ya se los he contado muchas veces aquí) es una teoría
desarrollada por Elizabeth Spelke quien, experimentando con bebés, descubrió que el aparato cognoscitivo humano primero es capaz de percibir cuerpos, y mucho después es capaz de adosarles a estos cualidades.
Junto con ese descubrimiento va adosado otro: la facultad que nos permite percibir los cuerpos y sus cualidades qua cuerpos (unidad, la capacidad de entrar en contacto, impenetrabilidad... había una cuarta... a ver si orita me acuerdo) es anterior a la capacidad de reconocerlos.
De ahí que la famosa frase "¡Es un avión!, ¡no!, ¡es un pájaro!, ¡no!, ¡es Supermán!" es explicable dentro de esta teoría: la habilidad que tenemos para perseguir los objetos en movimiento (tracking la llamaban en los textos) es mucho más veloz que la habilidad de reconocerlos. (Pero debo aclarar: el que adquiramos primero una habilidad y luego otra no quiere decir que la segunda la aprendamos: simplemente surge. Lo que aprendemos, por ejemplo, es que los cuerpos caen... y "aprenderlo" es algo que ocurre hasta que la segunda habilidad aparece en escena: lo que aparece es la capacidad de Simbolizar... sigan leyendo y me explico).

Los aristotélicos se podrán dar cuenta de que esto se parece pero también es muy diferente de la teoría del Estagirita: para él, uno primero ve las cualidades primarias ENTRE LAS CUALES NO ENTRA LA FIGURA: vemos color, olemos olor, etc. Luego entra la siguiente facultad: la que percibe los cuerpos: su unidad, magnitud, FIGURA, movimiento y reposo.
Y luego entra la tercera y misteriosísima facultad: la percepción accidental. De esa, los medievales extrajeron la teoría de la intencionalidad:
percibimos a una juntamente los objetos con dos facultades diferentes: con una (el sentido exterior) vemos la bola roja, y con la otra (el sentido interior) "vemos" (bueno: percibimos) que es una manzana apetitosa (o podrida y que por eso no debe antojársenos).
El lugar que ocupa la percepción de la figura y su relación con las cualidades primarias es donde se encuentra el diferendo con Aristóteles. En la relación entre sentidos exteriores y sentidos interiores, empero, encontramos justo al amadísimo Avicena.
Y justo gracias a esa separación entre habilidades, los prestidigitadores hacen de las suyas: uno es capaz de perseguir el objeto descualificado y esa habilidad es muy veloz. Por eso nos cambian la pelotita y no nos damos cuenta: la habilidad con la que vemos las cualidades primarias (color, forma, etc) es un poco más zonza y, ahora sí, le pueden dar gato por liebre sin que se dé cuenta. (Y podrán notar que mucho de esto tiene que ver con aquello que
Quine decía de que estamos bodyminded que en castellano sería algo así como "cuerpomentalizados")

Recuerdo que cuando leí el artículo donde se explicaba que la facultad de percibir "las cualidades primarias" adviene al bebé entre los 10 y los 12 meses, yo transcribí (y traduje al inglés) un fragmento de la introducción que el Albus Lupus hizo a su
traducción del De Anima de Alberto Magno. Obviamente no traduje nada, propiamente hablando, de la introducción, sino sólo la cita que él tradujo del De Anima de Avicena (o sea, aquello fue todo un teléfono descompuesto traductorológico): cuando Avicena explica lo del Ovis Timet Lupum.
La oveja ve, con los sentidos exteriores, el color del cabello del lobo, su masa y su movimiento. Pero es con los sentidos interiores que el percibe el peligro, es decir: hay que huir.
Y recuerdo que, entre los textos que le habíamos escrito a Casati, que comentó en clase, estaba justamente ese. Y lo único que dijo fue "this liked to me a lot" (en inglés italianoso).

(y esa fue la primera vez que, si bien no lo dije, lo pensé así: "yo quiero trabajar eso")

Entonces la cosa está así:
Spelke (la chica de la foto) agarró a un montón de bebés e hizo un primer descubrimeto: contra lo que se suponía hasta la fecha, desde los dos meses de edad un bebé es capaz de percibir el movimiento. El experimento es el siguiente:
al bebé le ponían un chupón. Luego le mostraban una escena donde había dibujos. Para el bebé ahí no había nada. Luego le ponían otro escenario: había un túnel. Ahí se introducía un objeto. Luego salía. Aun si el objeto había entrado como un cubo rojo y salido como una esfera dorada, eso no lo sorprendía. En cambio si no salía nada, o salían tres objetos, el bebé comenzaba a chupetear el chupete más fuerte. Sin embargo, gracias a otros experimentos, era claro que el bebé era capaz, desde antes, de reconocer colores. Lo único que no hacía era unir color con objeto (fragmentación, le llamaría Agustín Rayo)
Pero entre los 10 y los 12 meses la actitud de bebé cambiaba totalmente: si el objeto entraba como cubo y salía diferente, el bebé se daba cuenta. Además ahora sí era capaz de reconocer en dibujos dichos objetos: de verlos estáticos. Más pequeño no podía hacerlo.

Lo más relevante del descubrimiento es que, entre los 10 y los 12 meses el bebé es capaz de SIMBOLIZAR.

La relación de la oveja y el lobo en el ejemplo de Avicena está justamente en la capacidad de comprender simbólicamente al lobo: "peligro". Y, bueno, poniéndonos alegóricos y aristotélicos, la conclusión es: a los doce meses el bebé entra en contacto con el Noûs. Jeje. Sólo entonces está en disposición de aprender a hablar. Y eso NO ES POCA COSA.

Necesito volver a los textos que nos dio Casati; comprender cómo se ha desarrollado toda la teoría de la percepción y la simbolización en la actualidad. Justo para ver que tan cerca estuvieron Avicena y Alberto Magno (o sea: Betote) de describir justo estas cosas.

¡¡Y YO QUIERO TRABAJAR ESO!!

La esponjita muy emocionada

PD: píquele aquí y vaya a la página de Casati.

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