Diciembre está a punto de terminarse.
Al fin arrancaron los motores.
Una extraña sensación de "último jalón" invade mis piernas
(perezosas que caminan poco desde que les salieron cuatro neumáticos).
Las llantas (las de carne y las de caucho) me llevan de norte a sur a altas horas de la noche.
Una extraña libertad se me sube desde la punta de las uñas hasta la punta de los cabellos.
Algo, un algo... no sé.
El Danilo salió de ultrarápidas vacaciones porque necesita retomar energías.
Y yo he aprovechado la pasividad de mi gata a la hora de reclamar, para pasar las madrugadas metida de uno a otro sangrons de 24 horas, con internet y café infinito y quemado, aviceniando y alemaniando.
(digo: si la única estúpida cosa que he hecho los últimos doce años ha sido estudiar idiomas raros -lo cual, contra el aterrado consejo de mi Tía Blanca y un poquitín, el de mi mamá- me ha abierto más puertas que cualquier otra actividad más normal-, un idioma moderno me la pela... me la pelará el alemán. Sé griego...
Bueno, bueno... seamos más honestos y más humildes. Sé LEER griego. Y más o menos: frente a Alejandro de Afrodisia (no se diga el "#&% Plotino) me salen lagrimitas de sangre de los lacrimales. Además, el procedimiento fue gramatical, lo que quiere decir que me enseñaron a decodificar una lengua. Y yo voy, con todas mis ganzuas a enfrentarme a esa lengua y, tarde o temprano, después de muchas horas de vuelo de decodificación, apenas comienzo a leer.
Bueno. La estrategia es lenta y dolorosa... y mala, diría yo, si no fuera porque sirve para decodificar, no digamos todas las lenguas del mundo, pero sí las indoeuropeas... y no todas, quizás sólo las Centum. Así traté de aprender Ruso, y las cosas no parecían tan imposibles. Además, a diferencia del Ruso, la fonética del Alemán es amabilísima... incluso mucho más que la del Inglés... así que emprendí la tarea autodidáctica del Alemán.
Porque, además, TODO MUNDO menos la bruta de yo, sabe algo de alemán... las cosas no pueden seguir así.)
Ahora arrancamos motores. Quedan diez días de este año. Tengo medio año para terminar una tesis que, de entrada sé, necesitará más tiempo. Pero no lo tengo: no tengo ese tiempo. Así que no quedará más que gastar con precaución el dinero, el tiempo y el ánimo.
Deseénme suerte.
Schwamm
(A todo esto, Valerio, según va pasando el tiempo, te voy valorando más y más...)
Al fin arrancaron los motores.
Una extraña sensación de "último jalón" invade mis piernas
(perezosas que caminan poco desde que les salieron cuatro neumáticos).
Las llantas (las de carne y las de caucho) me llevan de norte a sur a altas horas de la noche.
Una extraña libertad se me sube desde la punta de las uñas hasta la punta de los cabellos.
Algo, un algo... no sé.
El Danilo salió de ultrarápidas vacaciones porque necesita retomar energías.
Y yo he aprovechado la pasividad de mi gata a la hora de reclamar, para pasar las madrugadas metida de uno a otro sangrons de 24 horas, con internet y café infinito y quemado, aviceniando y alemaniando.
(digo: si la única estúpida cosa que he hecho los últimos doce años ha sido estudiar idiomas raros -lo cual, contra el aterrado consejo de mi Tía Blanca y un poquitín, el de mi mamá- me ha abierto más puertas que cualquier otra actividad más normal-, un idioma moderno me la pela... me la pelará el alemán. Sé griego...
Bueno, bueno... seamos más honestos y más humildes. Sé LEER griego. Y más o menos: frente a Alejandro de Afrodisia (no se diga el "#&% Plotino) me salen lagrimitas de sangre de los lacrimales. Además, el procedimiento fue gramatical, lo que quiere decir que me enseñaron a decodificar una lengua. Y yo voy, con todas mis ganzuas a enfrentarme a esa lengua y, tarde o temprano, después de muchas horas de vuelo de decodificación, apenas comienzo a leer.
Bueno. La estrategia es lenta y dolorosa... y mala, diría yo, si no fuera porque sirve para decodificar, no digamos todas las lenguas del mundo, pero sí las indoeuropeas... y no todas, quizás sólo las Centum. Así traté de aprender Ruso, y las cosas no parecían tan imposibles. Además, a diferencia del Ruso, la fonética del Alemán es amabilísima... incluso mucho más que la del Inglés... así que emprendí la tarea autodidáctica del Alemán.
Porque, además, TODO MUNDO menos la bruta de yo, sabe algo de alemán... las cosas no pueden seguir así.)
Ahora arrancamos motores. Quedan diez días de este año. Tengo medio año para terminar una tesis que, de entrada sé, necesitará más tiempo. Pero no lo tengo: no tengo ese tiempo. Así que no quedará más que gastar con precaución el dinero, el tiempo y el ánimo.
Deseénme suerte.
Schwamm
(A todo esto, Valerio, según va pasando el tiempo, te voy valorando más y más...)
3 comentarios:
Yo no sé alemán, excepto por alguna que otra palabra suelta (generalmente insultos y malas palabras). ¿Debería empezar a preocuparme? Suerte con la tesis.
Hola Esponja.
Te escribo porque sé que, entre los propósitos, el de dejar de fumar resulta ser el más difícil de cumplir, incluso más que la tesis misma, así que quiero compartirte lo que a mí me ayudó, por si te pudiera servir de algo.
Fui una fumadora empedernida, incapaz de dormir si no tenía cigarros para el día siguiente.No podía entender la vida sin fumar. Intenté dejarlo 20 mil veces, pero no aguantaba ni medio día, cosa que me hacía sentir realmente mal.
Con el paso de los años, y después de tantos intentos fallidos, me di cuenta que en realidad no estaba convencida de 'querer' dejarlo, así que mejor seguí fumando pero ya sin remordimientos... Aun así, muy dentro de mí sabía que debía dejarlo.
Por distintos azares del destino, he estado hospitalizada varias veces en mi vida, cosa que no me ha gustado para nada, así que empecé a pensar lo mal que me iba a sentir cuando, al cabo de un tiempo, me dieran el veredicto de "cáncer" por fumar e imaginaba mi tristeza y coraje al verme ahí sentada entre otros tantos enfermos recibiendo mi quimioterapia, conocedora, además, de los efectos subsiguientes de la misma... El solo hecho de pensarlo me daba horror, así que de ahí me agarré para motivarme: no 'quería' dejar de fumar, pero mucho menos quería verme en esa situación tan poco antojadiza, así que procuré tenerlo muy presente y ser muy 'exigente' conmigo en el sentido que si no lo hacía esta vez, ya no lo haría nunca.
Traté de seguir el método de AA: "sólo por hoy", para que no me pareciera tan terrible y me dio gusto ver que pude pasar el primer día sin que me acaeciera nada terrible, y así sucesivamente.
Otra cosa que me ayudó mucho fueron los parches de nicotina (patrocinados por mi marido) y, después, los chicles.
No te cuento más del duelo que me representó la falta del cigarro, mi compañero de penas y alegrías; lo que sí te puedo decir es que no sé cómo lo logré, pero sí se puede.
Te deseo mucho éxito en tu intento, así como un final de tesis feliz y puntual. Estoy segura que puedes hacerlo.
¡Feliz Navidad y un Nuevo Año repleto de deseos y propósitos cumplidos!
Alhambra
P.D. Yo no sé ni pío de alemán, disculparás mi ignorancia.
Esponjita, pasaba a saludar antes de que se acabe 2009, ya nos veremos en 2010, y me quedo pensando en una rola de los Rolling Stones "TIME IS ON MI SIDE", y después de leer tu blog en diciembre, te diría no preocupe, siempre hay tiempo.
Te mando un abrazo, noticias pronto.
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