1.- El texto de abajo me quedó hermoso. Lástima que resulta tremendamente aburrido para quién no esté interesado en los asuntos de la percepción, y mucho menos en su arqueología (Aristóteles y Avicena). Lástima. Mi texto me gustó. Pero tan bueno no ha de ser, si no logra la virtud de la difusión. De todos modos lo que más me sorprende es que se me ocurrió mientras leía una novela. A R.S. se le ocurrió contarnos de ella: el Best Seller Millenium de Stieg Larsson. La novela, definitivamente, es adictiva. En dos días me la eché (665 páginas). Y eso habla mal de mi porque obviamente dos días no hice otra cosa leerla. Y tiene unas características muy graciosas.
Para empezar, muestra algo de lo que una película sueca hace mucho énfasis: los suecos -y en general los escandinavos- no pueden vivir sin tomar constantemente café. A mí me gusta mucho el cine Sueco y escandinavo en general. No sólo Bergman, sino cosas mucho menos conocidas y muy divertidas. Hay una película graciosísima llamada en castellano "Hombre solo en la cocina". No pude encontrar un link hacia esa película (no recuerdo si se llama exactamente así). Pero trata de una agencia investigadora Noruega que decide averiguar cómo viven, en su cocina, los hombres solos en Suecia. Sin embargo, el investigador no debe interectuar con el investigado. Así, cientos de investigadores noruegos llegan a cocinas de hombres solteros suecos. Se sientan en una silla alta y registran los movimientos de los sujetos de estudio. Uno se desternilla de la risa y se acuerda de los chistes que contaba Popper sobre los sociólogos y sus objetos de estudio. Al final, es imposible que los investigadores y los investigados se hagan amigos, y la metodología se viene abajo. Una gran película (ojalá alguien sepa como dar con ella).
A Igmar Bergman lo acusaban de dar una imagen de los escandinavos como un pueblo de melancólicos que se la pasan en manicominos. Pero no sólo a Bergman le pasa eso. Una característica de la novela de Larsson es la presencia de los manicomios y del abuso sexual. Y no pude evitar acordarme de Festen, que mucho tiene en común con la novela de Larsson (una gran familia que parece vivir en perfecta armonía y que oculta terribles secretos). Otra es la película "El arte de llorar en coro": el mismo asunto.
Otro detalle de la novela de Larsson es justamente la corrupción, la desconfianza en la policía y las redes de poder. Una famosa escritora sueca dijo "en esa novela no hay sino maldad". Vargas Llosa dice que no es para tanto: es sólo una especie de pesadilla Fujimorista o Priísta. Sin embargo, creo, incluso Vargas Llosa exagera. Cualquier mexicano, al leer la novela de Larsson, llega a la triste conclusión de que, con todo y lo que menciona Larsson en su novela, Suecia es un paraíso de justicia: en México todas las porquerías ya son públicas, pero siguen descaradamente ocurriendo. La pesadilla aquí nos da la impresión de que es inescapable. Ahí por lo menos, el periodista resuelve el misterio y consigue justicia. Aquí no hay modo: al periodista lo matan, viene AI y Reporteros sin Fronteras... y mejor que se cuiden, no los vayan a matar.
Me gustó mucho la novela de Larsson. Tiene sus errores, su inverosimilitud, diría Vargas Llosa. Pero tiene su parte adictiva y bien hecha. (Cómo sea, ahora me puse a leer a otro que murió joven: a Bolaño. Amo a Bolaño... otra de mis influencias literarias del IIFs, el buen Manuel, me lo recomendó. Me gusta que los filósofos lean y me platiquen)
2.- Estoy escuchando un programa de radio que tiene mi prima Harmida. Se llama "Mujeres que saben Latín". Seámos honestos: ninguna de las locutoras saben latín, pero saben matemáticas, lo cual, en estos tiempos es un buen equivalente. Tienen unas discusiones sobre género, a veces algo ingenuas desde el punto de vista filosófico, pero algunas otras muy atinadas y muy profundas. Y tiene una virtud: tiene algo de activismo. Mi prima también pertenece a un grupo que lucha por la despenalización del aborto en el estado de Veracruz. Y sí han logrado muchas cosas y siguen presionando para la verdadera despenalización. Han logrado, por ejemplo, un intento del gobernador de Veracruz por disfrazar la despenalización. Pienso que si un gobernador tiene interés en hacer como si sí, es porque la sociedad tiene cierto poder. No han conseguido una verdadera despenalización, pero creo que van por buen camino.
La esponja lectora y feminista por razones muy familiares
Para empezar, muestra algo de lo que una película sueca hace mucho énfasis: los suecos -y en general los escandinavos- no pueden vivir sin tomar constantemente café. A mí me gusta mucho el cine Sueco y escandinavo en general. No sólo Bergman, sino cosas mucho menos conocidas y muy divertidas. Hay una película graciosísima llamada en castellano "Hombre solo en la cocina". No pude encontrar un link hacia esa película (no recuerdo si se llama exactamente así). Pero trata de una agencia investigadora Noruega que decide averiguar cómo viven, en su cocina, los hombres solos en Suecia. Sin embargo, el investigador no debe interectuar con el investigado. Así, cientos de investigadores noruegos llegan a cocinas de hombres solteros suecos. Se sientan en una silla alta y registran los movimientos de los sujetos de estudio. Uno se desternilla de la risa y se acuerda de los chistes que contaba Popper sobre los sociólogos y sus objetos de estudio. Al final, es imposible que los investigadores y los investigados se hagan amigos, y la metodología se viene abajo. Una gran película (ojalá alguien sepa como dar con ella).
A Igmar Bergman lo acusaban de dar una imagen de los escandinavos como un pueblo de melancólicos que se la pasan en manicominos. Pero no sólo a Bergman le pasa eso. Una característica de la novela de Larsson es la presencia de los manicomios y del abuso sexual. Y no pude evitar acordarme de Festen, que mucho tiene en común con la novela de Larsson (una gran familia que parece vivir en perfecta armonía y que oculta terribles secretos). Otra es la película "El arte de llorar en coro": el mismo asunto.
Otro detalle de la novela de Larsson es justamente la corrupción, la desconfianza en la policía y las redes de poder. Una famosa escritora sueca dijo "en esa novela no hay sino maldad". Vargas Llosa dice que no es para tanto: es sólo una especie de pesadilla Fujimorista o Priísta. Sin embargo, creo, incluso Vargas Llosa exagera. Cualquier mexicano, al leer la novela de Larsson, llega a la triste conclusión de que, con todo y lo que menciona Larsson en su novela, Suecia es un paraíso de justicia: en México todas las porquerías ya son públicas, pero siguen descaradamente ocurriendo. La pesadilla aquí nos da la impresión de que es inescapable. Ahí por lo menos, el periodista resuelve el misterio y consigue justicia. Aquí no hay modo: al periodista lo matan, viene AI y Reporteros sin Fronteras... y mejor que se cuiden, no los vayan a matar.
Me gustó mucho la novela de Larsson. Tiene sus errores, su inverosimilitud, diría Vargas Llosa. Pero tiene su parte adictiva y bien hecha. (Cómo sea, ahora me puse a leer a otro que murió joven: a Bolaño. Amo a Bolaño... otra de mis influencias literarias del IIFs, el buen Manuel, me lo recomendó. Me gusta que los filósofos lean y me platiquen)
2.- Estoy escuchando un programa de radio que tiene mi prima Harmida. Se llama "Mujeres que saben Latín". Seámos honestos: ninguna de las locutoras saben latín, pero saben matemáticas, lo cual, en estos tiempos es un buen equivalente. Tienen unas discusiones sobre género, a veces algo ingenuas desde el punto de vista filosófico, pero algunas otras muy atinadas y muy profundas. Y tiene una virtud: tiene algo de activismo. Mi prima también pertenece a un grupo que lucha por la despenalización del aborto en el estado de Veracruz. Y sí han logrado muchas cosas y siguen presionando para la verdadera despenalización. Han logrado, por ejemplo, un intento del gobernador de Veracruz por disfrazar la despenalización. Pienso que si un gobernador tiene interés en hacer como si sí, es porque la sociedad tiene cierto poder. No han conseguido una verdadera despenalización, pero creo que van por buen camino.
La esponja lectora y feminista por razones muy familiares
1 comentario:
Oye, hablando de cosas que le interesan a pocos. Cuando leí, ya hace mucho, tu entrada (post) sobre Eufrosina y hablaste del “usos y costumbres”, me quedé pensando en lo que sería la identidad de un pueblo. Hace poco leí una entrada en otro blog que igualmente me hizo pensar en lo mismo. Esta vez se me ocurrió una posible definición de ‘identidad de un pueblo’, y puse la definición en una entrada de mi blog, y pues me gustaría saber tu opinión.
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