27 enero 2010

trizas


Ok... ya se me bajó.

(Y sí: no soy una persona normal. Y ni siquiera soy genial como para justificarlo. Pero puedo hilvanar dos argumentos, tengo un poco de imaginación, me obsesiono con hombres bellos, y llevo 36 horas sin pegar el ojo... y te quiero Valerio)

Me encontré esta foto en ésta página. Cuenta su historia. Pero cuando la vi me gustó muchísimo. Y me acordé de un cuento de navidad de Chesterton donde dice que los juguetes de los niños pobres se parecen a ellos: sucios pero alegres. Y luego dice: porque la suciedad es un asunto del cuerpo y la alegría del alma. Digo, tampoco es un discurso a favor de la pobreza y el stablishment. Pero me acordé de mis amigos de la secudaria: Secundaria Urbana Federal número 5 Fco. Glz. Bocanegra. Éramos muy alegres. Lo triste es que entre más difícil es la situación económica, más pronto deja uno la edad de la alegría. Yo pude huír a tiempo.

(iba a escribir algo sobre el iPad, pero me di cuenta de que al fin Steve Jobs nos ha visto la cara: nos venderá al hijo del horroroso matrimonio entre una MacBook y un Ipod. Me quedo con los papás)

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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Esponjita dijo...

No me lo tomes a mal Anónimo, pero además de que erras tus juicios, yo sí sin pudor alguno borro los comentarios que nomás no me cuachalangan.
Y no, no querido anónimo, el epíteto equivócase. No va por ahí.