28 febrero 2010

Ahora sí: Sobre el solipsismo de Dios

Aclaración: hace algunas semanas (escribo esto el 31 de enero de 2011) la susodicha mencionada en este post me escribió muy enojada por lo que aquí digo. Yo respondí a sus requerimientos en el respectivo correo. Estaba muy molesta porque sentía que la había difamado aquí. Bueno. Puse su nombre completo: por más incidental que sea la nota, ciertamente el poderoso Google evidencia ante el mundo mis palabras. Ahora bien: mi super inteligente contador de visitas me ha informado que hoy, hace unos minutos, alguien buscó el blog por "esponjita" y su nombre. Por ello creo que tengo la obligación de aclarar unos detalles, basándome en la información que ella misma me dio en el correo aquél del que les hablo.
1.- Contra lo que dice abajo, no le pagan por cada clase que da en la UNAM. Literalmente me lo dijo así: "Para tu información, no cobro cada una de mis clases en la Facultad, soy profesora de tiempo completo lo que quiere decir que no cobro de una en una. Mi obligación según el estatuto de personal académico es dar dos cursos." Dejo a la inteligencia del lector extraer sus propias conclusiones. No tengo idea de qué tan legal sea cumplir dicha obligación juntando dos grupos para impartir una sola clase. La UNAM es misteriosa (yo por eso no le voy a los pumas). Pero me queda claro que es inmoral, y en ese sentido es un fraude.
2.- Me informó en su correo que reúne a los alumnos de licenciatura y de posgrado porque pedagógicamente le parece que se ayudan de manera mutua en las clases (sic).
3.- Sobre el asunto de si les dejó leer o no el Comentario a la Metafísica de Santo Tomás del modo en que lo narro abajo, sólo puedo repetir lo de abajo: así fue como me platicaron el asunto los 'chavales'. No menciono sus nombres, y por lo tanto no doy absoluta fe del asunto. No me interesa meter en mis problemas a gente que no tiene por qué hacerlo.
4.- Vengo y aclaro todo esto por si en algún momento alguien quisiera aclarar de forma personal o legal el asunto. No me retracto de lo dicho, ni de la rabia que me da la irresponsabilidad de cierta gente al tratar los temas a los que me dedico (Antigüedad y Edad Media).
El hecho de que ella haya dado dos cursos a la misma hora y en el mismo salón es algo que se puede comprobar porque quedan los horarios de aquél semestre, tanto en Licenciatura como en Posgrado.
5.- Ahora bien, si alguien quiere "aclarar" el asunto de vía extralegal (o ilegal)... pues esos son los riesgos de vivir en un país tercermundista y corrupto como éste. Y lo menos que puedo hacer es enfrentar las consecuencias de ello.

Bueno... en fin... ¡Qué se le va a hacer!
Cada quién con su bilis, con su rabia de enano afeitado y miope.
Yo me regreso a lo mío

Sólo me gustaría recordar que, para Nietzsche, el filósofo a los únicos que se toma en serio es A SUS ALUMNOS:

Wer von Grund aus Lehrer ist, nimmt alle Dinge nur in Bezug auf seine
Schüler ernst, - sogar sich selbst.

Más allá del bien y del mal, sección IV, §63





un abrazo a todos los chilenos, a mis amigos que están aquí,
a mis amigos que están allá, y a todos los que
todavía
no conozco
, en esta tremorosa hora
A la memoria de Gregorio López López, gran medievalista
quien me explicó las cateogrías y el árbol de Porfirio
y de quien heredé, -de siniestras maneras- la edición de
Crawford del Magnum Commentario de Averroes
sobre el Anima de Aristóteles


Perdonen la tardanza. El buen Luc me hizo una pregunta y me percaté de que no fui lo suficientemente clara. Así que me puse a corregir y me salió tremendo chorizo (que en mexicano es algo así como un largo largo largo texto) Luego tuve que salvar a un ingenuo estudiante de licenciatura al que su pervertida y embrutecida gadameriana profesora, pidió expusiera, de una semana para otra, el Comentario de Tomás a la Metafísica de Aristóteles. El ingénuo chaval pidióme que se lo tradujera de hoy para el sábado que entra (pues él pensaba tener domingo y lunes para preparar su exposición). El puro libro 5 consta de 42 mil palabras. Después de platicar con el atribulado chico, llegué a la conclusión de que la fraudulenta María Antonia González Valerio (que aquí denuncio por haber abierto un curso sobre la Metafísica de Aristóteles donde dio a Gadamer, y que ha revuelto en un sólo curso que le pagan por dos, a estudiantes de licenciatura y posgrado) decía: llegué a la conclusión de que Ma. Antonia en su vida había visto el comentario. Ni siquiera se le ocurrió averiguar si en bibliotecas de la UNAM existe alguna traducción a alguna lengua moderna, y mucho menos se percató de la dimensión de libro de Tomás. Pero es tiempo de terminar con este post, porque mi lindo de lindo asesor espera con ansia mi capítulo uno que, al fin, se cocina (y como buen pastel -mi capítulo, no mi asesor mal pensados) requiere que las puertas y ventanas se cierren para que una corriente de aire no evite que esponje. Y yo soy la esponja que esponja capítulos.
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ÉSTE ES EL POST, CORREGIDO Y AUMENTADO GRACIAS AL PUNTUAL COMENTARIO DE LUC.

No sólo al amigo Carrion (quién a bien tuvo venir por estos lares) se le ha ocurrido tal idea.

Aristóteles era tremendamente incómodo para las religiones monoteístas justamente porque esa es la conclusión genial de Metaphysica XII, 9: Si dios existe, es solipsista (por ello el intento de los comentaristas fue siempre demostrar que son el mismo dios "el pensamiento que se piensa a sí mismo" de Met. XII y el motor inmóvil de Física VIII... porque pos tan fácil demostrar que sea el mismo, pos no.
Y de ello ya, los epicureos se habían dado cuenta: si dios existe, de nosotros no se ocupa y le somos totalmente indiferentes.
Pero el dios de Met. XII sí tiene conciencia: el 'pensamiento más excelso' (i.e., Dios), puesto que piensa algo (porque ¡oh intencionalidad! todo pensamiento es pensamiento de 'algo'), tiene que pensar lo más excelso: a sí mismo (lo que me recuerda un chiste que el Demiurgo se echó en mi examen de licenciatura y que enamoró, sin remedio, a mis tías). Pero si pensar es siempre pensar en algo, y si Dios no es mas que un pensamiento ¿qué es aquello que piensa? Fíjense en el problema: para que Dios 'piense' algo, y puesto que se 'piensa a sí mismo', resulta que él no es otra cosa sino sus propios pensamientos. Pero si él es sus propios pensamientos, sus pensamientos son sus sustancia (él es idéntico a sus pensamientos), y no puede pensar otra cosa que los pensamientos que son él mismo, porque si no, su sustancia sería otra cosa distinta de él.

Sí, sí: he ahí cómo se abre la gran puerta al panteísmo de siglos después... porque a Aristóteles le molestaba eso de que Dios anduviera pensando en nimiedades. Pero Plotino y el grande grande lógico Porfirio, se dieron cuenta, en las Categorías de Aris, que la categoría más molesta era la de relación. Antes de seguir, un pequeño recuento:
Todo estudiantito de filosofía mal o bien recuerda la lista de 10 categorías de Aristóteles:
Sustancia (ουσία), cualidad, cantidad, lugar, tiempo, situación, hábito, relación, acción y pasión. De todas ellas, la sustancia es aquella en que inhieren todas las demás, las cuales son accidentes. Así, un perro (otro gran ejemplo filosófico) tiene como sustancia ser perro, es un perro azul -digo: si ando inventando lobos rojos, sean los perros azules- es un solo perro y es grande -¿qué no han visto la caricatura?- está en su casa, a las tres de la tarde, se halla bajo el árbol, tiene puesto un collar, es mascota de su amo, y ejerce y recibe acciones (me ha dado flojera pensar en ejemplos de pasión y acción). Todas las categorías requieren de la sustancia perro para existir, y por ello todas ellas, salvo la sustancia, son accidentes.
Los ejemplos que da Aristóteles de 'relación' son fáciles de comprender: un hijo es accidentalmente hijo de su madre, porque sustancialmente es 'hombre', y la relación que sostiene con ella es un accidente. Así, nuestro Fido es sustancialmente un perro, y accidentalmente mascota de su amo, porque si deja de ser mascota, eso no le quita ni un ápice de ser su ser perro. Pero hay un caso de 'relación' mucho más complejo:
¿Qué es una 'parte'? me refiero, por ejemplo, a una parte del cuerpo. Digamos: ¿qué es una mano? Si usted le quita la mano a Pepito (o a Zaid: ese era el ejemplo de Avicena), pues 'eso' ya no es una mano... es... ¿qué es?

Recuerden que para Aristóteles la realidad de la cosa no es sino su esencia... ¡ah Metaphysica VII! ¡cuántos dolores de cabeza!... está bien, hagámosle caso a Avicena y a su versión medieval en el De ente et essentia de Tomás: la cosa no es más que su esencia + su existencia. Aún con todos los parches medievales y escolásticos, el problema de qué es la mano persiste: pegada al cuerpo de Pepito-al Zaid, a la mano le viene su esencia de la categoría de relación, no de la categoría de sustancia. Porque, miren ustedes: si a Fido le quitamos su relación con su amo, él dejaría de ser mascota de Toña pero seguiría siendo un perro, y seguiría siendo Fido. Pero puesto que a una mano le viene su ser mano del hecho de estar pegada con el cuerpo de aquél en quien ella hace las veces de mano... ¿qué queda?
Ciertamente queda el pedazo de carne. Pero así, despegado del cuerpo, ya no es una mano, pues al ser separada del cuerpo ha perdido su definición, que es la expresión, según Aristóteles, de su esencia. Perro es la definición de Fido, y perro cae bajo la cateogría de sustancia, por lo cual no le afecta ninguna relación que sostenga con nada. Pero 'mano' es la definición de aquél pedazo de carne. Y al perder la relación con aquello que le daba ser, pierde su esencia, porque ésta cae bajo la categoría de relación que es un accidente.
¿Qué es la mano? ¿un pedazo de carne a punto de pudrirse? ¿y qué era cuando estaba pegada al cuerpo de Pepito-al Zaid? ¿era un pedazo de carne en potencia putrefacto?
Aquí entra la aguda pregunta de Luc:

Ahora bien, me cuesta entender el problema de la mano. Lo pienso así, todo lo que nombramos forma parte de un sistema de referencias. Es decir, no hay nada per se, porque para decir algo necesito que eso esté en una relación con otra cosa. Dado que el lenguaje, a mis legos ojos, no es más que un retazo pragmático de lo real, que nos permite pensar.

Por ende, cuando hago el pasaje de "mano en el cuerpo" a "mano cortada" lo que hago es cambiar también el sistema de referencias. Lo que antes era la mano de Yusuf ibn Zaid ahora no refiere precisamente a él, sino a "la carne en descomposición en general" o al "alimento de los bichos varios" o a las "cosas tiradas en el jardín de un asesino serial".

De eso mismo que dice Luc se dieron cuenta los alumnos de Platón. Pero a diferencia de lo que dice Luc "el lenguaje para mis legos -nada legos- ojos, no es más que un retazo pragmático de lo real, que nos permite pensar", para ellos, que en el fondo también eran buenos aristotélicos, el lenguaje es la exacta expresión de lo real. Y si el lenguaje funciona como ha dicho Luc -y como pensaron los platónicos-, la realidad también. Y si, al igual que en el lenguaje, en lo real no hay nada per se, TODO, para ser, necesita estar en relación con otra cosa: no sólo las manos y las partes del cuerpo, sino el hombre mismo.
Y, por ello, se dieron cuenta de que el hombre, per se, no es nada: es parte de la polis y es parte del Cosmos, y siendo parte, igual que le ocurre a la mano, en sí mismo no es nada. El ser de toda y cada una de las cosas que existe, proviene de la relación que cada una de éstas sostiene con el Cosmos entero: aquello que en última instancia les da su ser real.

Y si Dios es aquello que en última instancia les da realidad a todas las cosas, él es ese TODO. Y si Dios (volviendo a los aristotélicos y platónicos), no es otra cosa sino sus pensamientos, éstos, que son Dios mismo, se refieren a todo lo que es... porque Dios es todo lo que es, y el pensamiento de todo lo que es: desde su abstracta idea inaccesible hasta la voluta contingente más contingente de polvo.

Y así nació el panteísmo.

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Pero Avicena, y Plotino, y todos los platónicos, se resistieron a pensar, como lo hicieron los buenos Estoicos, que nuestras conciencias, que sienten y se arrepienten y se maravillan y se cuestionan, fueran tan solo parte del hálito divino... porque los neoplatónicos sabían que ello significa que somos nada como lo es el hombre... y se resistieron a pensar en que las almas, como en el sueño de Vishnú, sean sólo una ilusión, y que, a final de cuentas, cada una de nuestras conciencias no fuera sino fragmentos de esa misma pesadilla: Tú, yo, Luc y Carrión no son sino momentos separados de una sola pesadilla. Ahora me creo yo, luego me soñaré como Luc, luego como Carrión, luego como Yusuf al Zaid, luego como Napoleón y luego como Esponjita. Y en mi sueño de ser Esponjita creo que tú eres otro, pero en realidad no eres sino un fantasma de este sueño particular. ESO es lo que los platónicos se resistían a creer. Para ellos cada consciencia existe.


(pero eso de ser una pesadilla del sueño de Vishnú no estaría tan mal, more hegeliano: ello querría decir que todos somos Vishnú -¡todos somos Marcos!- y que ¿para qué nos angustiamos? ¿no nos damos cuenta de que todos aquellos a que amamos y odiamos en realidad no son sino fantasmas creados en esta muy peculiar pesadilla en la que estamos sumergidos creyéndonos Pepito-al Zayd, y siendo en realidad el gran sueño de Vishnú?

¡Ah! Pepito-al Zayd... ahí tienes a tu Mismo, ahí tienes a tu Dasain, ahí tienes a tu gran monstruo llamado solipsismo...

¡Mala la hora, Vishnú, en que te percataste de que estás solo con tus pensamientos!
¡De que no eres más que un Dios solipsista!

(admitamos que la filosofía analítica nunca llegará a esos extremos... pero aún con su esperanzador realismo, la situación, como lo muestra el maravilloso John Searle, no se hace más fácil: la realidad, simpaticona, nos da pistas de cómo ella, en sí misma, no significa nada. Y nos lanza señales de que ella no significa -¿¡pero qué cosa contradictoria acabo de decir!?... y nos lanza señales de que el continuo y lo discreto es una imposición de la mente sobre los objetos de mundo... admitamos que, sin Vishnú, la filosofía analítica ha llegado al mismo laberinto del solipsismo de Dios)

La esponja a punto de darle cran a Avicena... esta semana queda, sí señor...


(gracias a Luc y a Carrión: este blog les agradece infinitamente su cooperación. Y ¡Viva Lévinas! a huevo que ustedes existen, que son otros y no sólo parte de mi pesadilla...)

8 comentarios:

Lukas Rybensen dijo...

Me encantó esta entrada, por un lado porque siempre me definí como un panteísta y por otro, porque Vishnú siempre me pareció un dios simpático.

Ahora bien, me cuesta entender el problema de la mano. Lo pienso así, todo lo que nombramos forma parte de un sistema de referencias. Es decir, no hay nada per se, porque para decir algo necesito que eso esté en una relación con otra cosa. Dado que el lenguaje, a mis legos ojos, no es más que un retazo pragmático de lo real, que nos permite pensar.

Por ende, cuando hago el pasaje de "mano en el cuerpo" a "mano cortada" lo que hago es cambiar también el sistema de referencias. Lo que antes era la mano de Yusuf ibn Zaid ahora no refiere precisamente a él, sino a "la carne en descomposición en general" o al "alimento de los bichos varios" o a las "cosas tiradas en el jardín de un asesino serial".

Pero de nuevo, insisto que es mi ignorancia la que no me permite ver el problema. Por eso la dejo aquí, para que la esponjita con su amabilidad retire de mis lentes las cosas que me impiden verlo.

Saludos

Pepe Cleto dijo...

jajajaja que chido post, gracias por la referencia! :) jejeje si, siempre pense que el panteismo tenia una relacion muy estrecha con el solipcismo... caso curioso, mencione que me llamo Jose??? jajajajaja que cosas con pepito zaid no ????
aun no leo... pa poder discutir a descartes mas a agusto, es que ando trabado con la mente holotropica de grof hehehe. un saludo.

quique ruiz dijo...

Una pequeña duda. Dices: “El ser de toda y cada una de las cosas que existe, proviene de la relación que cada una de éstas sostiene con el Cosmos entero” y luego dices: “si Dios es aquello que en última instancia les da realidad a todas las cosas, él es ese TODO”. ¿Por qué igualas la relación de cada cosa con el cosmos entero (el todo ese) con el todo? ¿No decías que lo que da realidad a cada cosa es su relación con todas las demás cosas, no todas las demás cosas? ¿O la relación de una cosa con todas las demás cosas es todas las demás cosas?
Otra duda: cuando dices que el ser de una cosa proviene de su relación con el cosmos entero, ¿incluyes en el cosmos entero a la cosa de la que se dice que tiene una relación con el cosmos entero? Es decir, ¿estás diciendo que la cosa tiene una relación consigo misma?

quique ruiz dijo...

Comentario. No creo que haya que considerar el cosmos entero para hablar de lo que es algo, pues para pensar que estamos ante algo, no tenemos que percibir el cosmos entero, sólo una pequeña vecindad (en tiempo y espacio) del algo.
¿O tú qué piensas?

Esponjita dijo...

Lutsek y Carrión: ya han sido ampliamente contestados...
Quique: así, tal y como lo dices en tu primer comentario: la realidad de cada cosa proviene de la realidad del todo.
Y sí, puedes imaginar un objeto aislado y reconocerlo. Pero el reconocer qué es lo que ves requiere de una enorme serie de relaciones (como dice Luc).
Que cómo es en verdad la realidad (o cómo es en realidad la verdad), ese es otro tema. Pero como dice Quine: un asunto interesante es averiguar por qué estamos bodyminded.
Luego te contesto con más calma, orita estoy agotada y con mucho Avicena por delante todavía.

(usté lo que tiene que hacer es comprarse y leerse con calma "La Crítica de la Razón Pura" de Kant. Ahí están sus respuestas.)

theponderinglotus dijo...

Solipsismo analítico: el cerebro que se piensa a sí mismo. Me gustó mucho tu escrito, Paloma. Saludos.

Esponjita dijo...

Anita preciosa, ¡que placer tenerla acá!... ¡viera usted cómo los analíticos se dividen entre los postmodernos casi derridadianos y unos metafísicos, húsares de la verdad, que para qué le cuento!

Muchos, muchos abrazos

Lukas Rybensen dijo...

Sublime post. Qué deleite, tanto para mi ego pretencioso como para mi nuevo y extraño interés metafísico. Su maravilloso escrito y una charla que mantuve con Walter Doti me hacen presentir que hay algo así como una "necesidad metafísica" en el ser humano, que lejos de ser un residuo biológico (como afirma Walter) está ligado a una necesidad práctica humana y es la carta en la manga de su propia superioridad por encima de las otras especies. Pero esto da para largo.

Un beso