a Paulíssima, porque ésa es la laguna que busca,
y ya dijo el filólogo bigotón que es trágico que no exista.
Ayer escuché Across the Universe de los Beatles. Y sentí un poco de tristeza porque no sentí el enorme placer que la primera vez que la escuché. Entonces me acordé de la definición que yo tenía del cielo cuando era niña:
El cielo es el lugar donde todo lo que te gusta, te gusta como la primera vez que lo probaste. Por ejemplo ¿te gusta enormemente el relleno de las galletas Oreo? pues sí, pero ya a la tercera o cuarta galleta te fastidia. En cambio el cielo es aquél lugar donde cada relleno de galleta Oreo te sabe tan extraordinario como el primero que probaste.
Tuve que titularme de la licenciatura para descubrir que ésa es la definición de Dios de San Agustín: aquél que al contemplarlo satisface eternamente y sin menoscabo alguno todos los deseos del alma. Por eso es vida eterna, no porque dure largamente, sino porque permanece intensamente.
(que mi Dios fuera el eterno placer de una galleta Oreo en el justo momento en que me saciaba, es meramente accidental)
La esponja que hace cookie-theology
2 comentarios:
Me gusta la "cookie-theology". Aunque me pongo a pensar, y esa satisfacción eterna es como la pérdida de la necesidad de satisfacción, ¿no?
Luc: pues sí. A menos, claro, que la necesidad de satisfacción sea condición necesaria para la felicidad. Entonces sonamos
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