19 agosto 2010

Acatlán


1.- Miércoles 12
Le tocó a Édgar. Yo estaba atorada tratando de entederle al De ente et essentia de Tomás.
2.- Miércoles 18
Le tocó a la chica de los estoicos. Yo estaba tratando de entender cómo darles a entender el De ente et essentia de Tomás a los chicos

Total que acabé en el librito de Beuchot "Introducción a la Filosofía de Tomás de Aquino". Y, genial, el comienza con la epistemología para explicar la metafísica... y a mí se me había ocurrido al revés, jajajajajaja JAJAJAJAJA (risa de loca): comenzar con el De ente et essentia para que entendieran el asunto de las Species Intelligibiles.
Y es que, entiendan.
No es mi primer acercamiento a Tomás. Ya había trabajado yo el De aeternitate mundi y el De unitate intellectu. Pero yo no había caído en cuenta de que no es lo mismo tratar una cuestión disputada que un opúsculo... un opúsculo donde se exponen las cosas, se explican... no sólo se disputan.
¿Será que es lo único que sé hacer? ¿disputar? Me cuesta tantísimo trabajo exponer, justamente porque ordenar es lo que no se nos da a los niños con TDA.
Además mi último contacto con la gente de licenciatura fue con la de Clásicas: son estudiantes orgullosos y están aprendiendo cosas, digamos, técnicas.
Pero la gran mayoría de los estudiantes de filosofía están asustadísimos. No todos, claro. Tengo por lo menos tres alumnos brillantes que hablan. Otros brillantes que no hablan, pero contestan.
Y luego: luchar contra el sentimiento de "claro, los estoy aburriendo", "claro, a ver qué están pensando de mí".
Pero de nuevo: los estudiantes de filosofía de la UNAM, sean de Acatlán o de la FFyL padecemos, creo yo, de una inseguridad terrible.
¿Por qué? porque la filosofía es esquiva, no se deja definir. Ella es la que define, se define. Como diría Quine, somos nosotros, los pobres filósofos, los únicos que tenemos que construir y arreglar el barco en alta mar. Todos los filósofos tenemos mucho miedo. Pero los estudiantes de licenciatura tienen que afrontar ambos miedos al mismo tiempo.
Por ejemplo: uno de mis alumnos hizo la tarea, y contestaba luego luego a mis preguntas porque tenía el texto muy fresco.
Pero mientras avanzaba mi atropellada exposición, le fue cayendo el veinte de que no había entendido: sabía lo que decía ahí Tomás, pero no que significaba. Lo vi dudar... me sentí culpable.

¿Qué hacer? ¿cómo enseñarles que ese miedo no debe darnos miedo? ¿que no entender no debe asustarnos, porque para eso están ahí, para aprender qué hacer cuando algo no se entiende?
Digámoslo así: un paramédico debe aprender qué hacer en las emergencias. Él debe guardar el orden porque posee el método para actuar en el desastre.
Eso debe aprender el filósofo, es su oficio: aprender a enfrentar cualquier asunto abstruso, actuar en la emergencia de cuando las cosas no se entienden. (Debe, pues, aprender a hacer preguntas, las preguntas correctas).
Peor aún. Debe aprender a enfrentar las dudas y horripilantes preguntas que surgen cuando sus respuestas resultan ser un marasmo de preguntas.

Eso nos dicen: a cada respuesta se abren mil preguntas.
Pero lo que no nos dicen es que esa situación no provoca paz espiritual sino todo lo contrario, que es una maldita situación de emergencia. Que NO ES LO DESEABLE SINO EL MALDITO HECHO para el cuál existimos los filósofos.
Somos más que ingenieros: somos bomberos, somos rescatistas. Somos los que actuamos en el mayor momento de crisis, cuando a la ciencia y a la humanidad se les desbarata el piso.

El honesto esfuerzo de entender, eso es lo que hay que enseñarles a los alumnos. ¡No importa demostrar que se ha entendido! ¡Importa entender! ¡Entender lo que no se entiende! ¡Lo que todos padecen por entender! Poner orden en el desaguisado: para eso estamos.

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Homero, Heródoto, Tales de Mileto y Hesido comparten lo mismo. Grecia un día recuperó la escritura. Y fue cuando se dio cuenta de que había perdido la memoria. Un día despertaron y se dieron cuenta de que tenían un revolvedero de Dioses, que unos no pegaban con otros, que el nieto de fulano resultaba ser primo de su propio abuelo... Tenían la memoria partida...
Y ante la angustia del desorden, del terrible caos en que se encontraban, trataron de poner orden.
Heródoto investigó (de ahí viene historia: ἱστορία: investigación) ¿de dónde venimos? ¿qué relación tenemos con los otros?
Hesiodo rearmó la jerarquía de los Dioses
Homero reconstruyó aquellas memorias y les dio sentido.
Tales de Mileto... trató de explicar el origen de todas las cosas.
¿Por qué el milagro griego? ¿por qué ahí colocamos el nacimiento de Occidente y de la Filosofía? ¿por qué?
Porque estaban en un terrible estado de emergencia: tenían que poner en orden todos los fragmentos de memoria que el Thera hizo trizas con una explosión.

Esa es la única comunidad que aún guardamos con los helenos, con sus filósofos: la habilidad de poner orden ante el caos, y donde hay aparente orden, descubrir con embarazosas preguntas el verdadero caos y volver a poner orden.

Y eso aterroriza, y eso es muy cansado.

Pero para eso estudiamos y para eso nos pagan. Para que ante el desastre y la hecatombe del ¿Por qué? sepamos qué hacer...

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Por eso no fuí el miércoles de Édgar y el Miércoles de los estoicos. Por eso estoy dejando ir los últimos días en que podría ver al Demiurgo. Porque estoy entrenando a mis bomberos.
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Y por que no es lo mismo tratar de apantallar a Papá, al Lobito, o al Demiurgo: porque apantallar a alguien es una acción egoísta. Y si una se agota puede decir: 'qué importa, fallarles a ellos es fallarme a mí, y me puedo dejar morir'
Pero con los alumnos no pasa eso: uno no quiere apantallarlos: quiere que aprendan. Uno es responsable de ellos. Uno no se puede dejar morir porque entonces carga con ellos.
¡Maldita sea!
(he ahí tu Otro, maldito Lévinas)


La esponja que ojalá pueda ver al Demiurgo antes de que se vaya...

1 comentario:

Uchití dijo...

Hola:
Fíjate de lo que nos perderíamos si hubieses hecho realidad lo de cerrar tu blog.
Compartir estas vivencias no es cualquier cosa, y se agradece.
Espero que la relación maestra-estudiantes siga siendo mutuamente benéfica.
Saludos
RRS