12 agosto 2010

Sol y Eclipse


Antes que nada, quiero mandar un fuerte abrazo a Uchití, Lutsek y Quique et Alia por haber acudido a mi llamado inmediatamente. He tomado sus consejos al pie de la letra y espero que todo vaya por buen camino.

Bueno. Pues rápidamente les contaré una historia. Y digo rápidamente porque todavía no termino de preparar la clase.


Ahí tienen que el otro día me encontré con un famoso bloguero.
Yo sé quién es él: es un individuo popular no sólo en el ambiente bloguístico, sino en el real: es profesor y, creo, una especie de Priani de su universidad donde trabaja (¿no saben quién es Priani? Pues escuchen Radio Universidad). Y yo tengo muchos amigos egresados de esa universidad.


Él sabe quién soy yo. Si soy un ser absolutamente anónimo, ¿cómo pudo ocurrir eso? Bueno, durante algún tiempo, esponjita fue comentarista incesante de su Blog.
La cosa es que un día nos encontramos de carne y hueso y le cayó el veinte (creo) que yo era yo... y bueno, no era difícil: existe una lista de correos con la cuál el Demiurgo se comunica con un gran grupo de gente que se dedica a Filosofía Antigua. Y, ejem, pues mi correo lleva la huella de mi esponjosidad (por cierto amigos: he descubierto cómo seguir utilizando la misma cuenta con otro nombre).


Así que de ese modo supimos ambos cuál era el referente de nuestros denotadores blogs.
Pero jamás a nadie se le ocurrió presentarnos formalmente. Total que a nosotros tampoco se nos ocurrió; porque yo, además de muy shy, no hallaba modo de presentarme: él jamás respondió a mis comentarios esponjiles en su blog ¿no tenía él que dar el primer paso?

Y creo que el otro día lo iba a dar...
Y yo pues estaba preparada para aquello. Me sonrió, le sonreí... a punto estaba de acercárseme cuando...

El Sol en persona salió del Oriente única y exclusivamente para dejarse saludar por mí.
(o en pocas palabras, el Demiurgo apareció de repente)
Entonces un furor divino (muy ficiniano, muy ficiniano) me arrebató... casi empujo al bloguero famoso, y tiro a todos los demás, y por poquito me lanzo a los brazos del Demiurgo...

Así fue.

Espero que no se sienta demasiado el bloguero... que comprenda mi situación (y si no la comprende, pos es su culpa: debió leer mi blog más seguido para entender mi arrebato ficiniano)

Y, es que comprendan: ese Sol está a punto de irse hacia Occidente (metáfora, más bien al Norte), y la noche será larga. Y yo cuento los días, uno a uno, para prepararme a la oscuridad...


La esponjita descortés (y cobarde, para acabarla de amolar).

No hay comentarios.: