
No me vengan con que los gatos pobres no tiene hambre psicológica. No me vengan con que es su mágico e inefable instinto el que, al saciarse, los aleja automáticamente de la comida.
Alguien pariente de un viejito que ha muerto, algún pariente huevón (léase en mexicano y chileno para que quede más integrada la semántica de mi adjetivo), decidió echar a la calle a la barbaridad de mascotas del señor. De pronto mi colonia quedó poblada de gatos (segundo desalojo de gatos en la Portales. El primero, célebre, los gatos de Monsiváis).
¿Cómo se llamarán todos esos gatos? ¿tendrán nombres tan elegantes como Fray Gatolmé de las Bardas? ¿o acaso se llamarán Manchas, Pipino y Misifús?. No sé… sólo sé que los expatriados, gracias a sus habilidades sociales, se ganaron el favor de la gatera colonia Portales… y detrás de ellos una gran cantidad de gatos salvajes decidieron aprovechar la época de vacas gordas (o ¿latas llenas?)
Yo adopté a Ángulo (así le puse porque su cola está rota y anda siempre en ángulo recto)… luego descubrí que lo hicieron también tres vecinos. En la madrugada me encontré a un pequeño infante que maullaba pidiendo no sé qué… no era comida… no… quería que yo lo siguiera, pero no entendí a dónde (¿y entendería él?). Apareció después Manchas… y luego el gato Blanco, famoso por estos rumbos.
Frente a mi casa hay un auto… no digamos abandonado, porque mi vecino lo lava cada semana, pero ya no lo mueve (tiene el parabrisas estrellado… me pregunto las razones de su inmovilidad).
Ayer mientras salía alimentar a Ángulo, una garra y un ‘!gis!’ que salieron debajo del auto, nos alejaron a Ángulo y a mí. Era un gato siamés de voz aguda que le disputaba los Whiskas a Ángulo. Ambas nos alejamos asustadas. Entonces salió el Siamés, lleno de hongos, arisco y peligroso. Subí a mi casa por una lata de atún porque la comida robada no había calmado la voracidad del siamés…
Por experiencia sé que ningún gato (de talla mediana) es capaz de dar cuenta de toda una lata, así que supuse ingenuamente que el resto sería para Ángulo.
Pero el hambre de Famélico es infinita… sólo el hambre… porque su estómago es, para su desgracia, finito.
Famélico comía vorazmente… las primeras mordidas eran sorprendentes… poco a poco la velocidad fue disminuyendo… finalmente se quedó dormido frente a la lata. Pero entonces hacía un esfuerzo sobregratuno por despertar y seguir comiendo. Al principio lo logró… dos mordidas más… y los ojitos se le volvieron a cerrar. Lo volvió a intentar… una mordida. De nuevo… lamió el atún adherido a la lata… ya no podía más… pero su hambre es infinita y permaneció frente a la lata con la esperanza de poder continuar.
Una manada de vecinos pasaba y me saludaba, lo que me hizo reflexionar en la necesidad de llevarme la lata: no se me fuera a acusar de basurosa encima de atractora de gatos. Después de una hora volví por la lata. Famélico ya no andaba por ahí, así que la levanté: prácticamente vacía (¡increíble! la paciencia de Famélico consiguió milagros). La levanté y, amenazante, salió Famélico exigiendo que se la devolviera. Después se acomodó frente a ella y cerró los ojos.
(Tuve que esperar varias horas y una jauría de perros con peinado de peluquero, para que finalmente Famélico me dejara recoger la lata vacía).
Alguien pariente de un viejito que ha muerto, algún pariente huevón (léase en mexicano y chileno para que quede más integrada la semántica de mi adjetivo), decidió echar a la calle a la barbaridad de mascotas del señor. De pronto mi colonia quedó poblada de gatos (segundo desalojo de gatos en la Portales. El primero, célebre, los gatos de Monsiváis).
¿Cómo se llamarán todos esos gatos? ¿tendrán nombres tan elegantes como Fray Gatolmé de las Bardas? ¿o acaso se llamarán Manchas, Pipino y Misifús?. No sé… sólo sé que los expatriados, gracias a sus habilidades sociales, se ganaron el favor de la gatera colonia Portales… y detrás de ellos una gran cantidad de gatos salvajes decidieron aprovechar la época de vacas gordas (o ¿latas llenas?)
Yo adopté a Ángulo (así le puse porque su cola está rota y anda siempre en ángulo recto)… luego descubrí que lo hicieron también tres vecinos. En la madrugada me encontré a un pequeño infante que maullaba pidiendo no sé qué… no era comida… no… quería que yo lo siguiera, pero no entendí a dónde (¿y entendería él?). Apareció después Manchas… y luego el gato Blanco, famoso por estos rumbos.
Frente a mi casa hay un auto… no digamos abandonado, porque mi vecino lo lava cada semana, pero ya no lo mueve (tiene el parabrisas estrellado… me pregunto las razones de su inmovilidad).
Ayer mientras salía alimentar a Ángulo, una garra y un ‘!gis!’ que salieron debajo del auto, nos alejaron a Ángulo y a mí. Era un gato siamés de voz aguda que le disputaba los Whiskas a Ángulo. Ambas nos alejamos asustadas. Entonces salió el Siamés, lleno de hongos, arisco y peligroso. Subí a mi casa por una lata de atún porque la comida robada no había calmado la voracidad del siamés…
Por experiencia sé que ningún gato (de talla mediana) es capaz de dar cuenta de toda una lata, así que supuse ingenuamente que el resto sería para Ángulo.
Pero el hambre de Famélico es infinita… sólo el hambre… porque su estómago es, para su desgracia, finito.
Famélico comía vorazmente… las primeras mordidas eran sorprendentes… poco a poco la velocidad fue disminuyendo… finalmente se quedó dormido frente a la lata. Pero entonces hacía un esfuerzo sobregratuno por despertar y seguir comiendo. Al principio lo logró… dos mordidas más… y los ojitos se le volvieron a cerrar. Lo volvió a intentar… una mordida. De nuevo… lamió el atún adherido a la lata… ya no podía más… pero su hambre es infinita y permaneció frente a la lata con la esperanza de poder continuar.
Una manada de vecinos pasaba y me saludaba, lo que me hizo reflexionar en la necesidad de llevarme la lata: no se me fuera a acusar de basurosa encima de atractora de gatos. Después de una hora volví por la lata. Famélico ya no andaba por ahí, así que la levanté: prácticamente vacía (¡increíble! la paciencia de Famélico consiguió milagros). La levanté y, amenazante, salió Famélico exigiendo que se la devolviera. Después se acomodó frente a ella y cerró los ojos.
(Tuve que esperar varias horas y una jauría de perros con peinado de peluquero, para que finalmente Famélico me dejara recoger la lata vacía).
7 comentarios:
Hola:
Serías una excelente etóloga si no fuera por tu marcada tendencia antropocéntrica.
Pero es un relato muy bueno.
Saludos
RRS
Tienes razón... hay un hambre más intensa que la fisiológica. Es un hambre que no puede ser saciada con pan y nos devora por dentro. Y es un error suponer que sólo es de humanos. Abrazos cálidos para usted, para Angulo y para Famélico.
Uchití... no hay modo de hacer descripciones no antropocéntricas... creo... (y si hubiera... ¿es posible?)
Bandala... abrazos adorada... un placer tenerla por acá
Hola:
La verdad es que me hiciste dudar con tu pregunta, así que me fui al diccionario y encontré:
Antropocentrismo:Teoría filosófica que sitúa al hombre como centro del universo.
Así que creo estar en lo correcto al suponer que la Ciencia tiene precisamente la pretensión de conocer el comportamiento del Universo sin poner al hombre, salvo cuando es pertinente, como parte de esa explicación o reconocimiento.
Pienso que en la física, astronomía y otras áreas hay ejemplos muy evidentes de ello (pienso en las leyes de Newton, y en el enunciado que establece la equivalencia entre la materia y la energía, así como en lo establecido por Copérnico y Galileo respecto a que la Tierra no es el centro del Universo y, además, no es estática).
Creo que en varias áreas esto aún no se logra, la noción dizque evolutiva del "diseño inteligente" sería un ejemplo de ello, pero hay muchos más.
Por otro lado, supongo que en las llamadas "humanidades" el pretendido distanciamiento podría resultar en algo grotesco, al menos en algunas situaciones.
Pero quiero aclarar que no lo dije con afán peyorativo. Yo mismo me precio de ser antropocéntrico en varias de mis "actitudes", particularmente las políticas. Pero en mi trabajo u observaciones sobre organismos y el ambiente, trato de separar ambos enfoques.
Saludos
RRS
Uchití: ¡lo que es no haber leído a Kant ni por la tapa!
sabes me gusta como relatas las cosas
me llegaste a la mente y al corazon
Isiste bn y me alegra saber que eres una persona de buen corazon a darle de comer a alguien quien no tiene que le cuide. Dios te bendiga C: buen dia
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